sábado, noviembre 29, 2008

Georgia en Garamond.


Georgia es el tipo de letra en el que Lars suele escribir. A veces se levanta muy temprano, aunque por lo general suela hacerlo tarde y a destiempo. Se despierta con pereza, no le gusta nada encontrarse con una cucaracha en el baño, pero si es rubia, la tolera y no la aplasta, pues le produce náuseas apachurrarlas tan pronto.


Se afeita con cuchillas gillette, de las baratas. Sí, de las de usar y tirar. Antes solía hacerlo con maquinillas, porque se las regalaban, ya no. Se acabaron los tiempos de patochadas, ahora es mayor, casi viejo y nadie le regala chuchas a un viejo.

Dejó su último trabajo hace meses y con el dinero ahorrado se puso a escribir. Trabajaba en una ilustrísima y bribona financiera de su país. Su misión transferir de la forma más suave y honrada posible los embustes que ellos, los jerarcas, creaban para sí y por el bien de la sociedad; su sociedad, claro está. Hasta que se dio cuenta. Todo consistía en que mientras ellos se forraban él y un tropel de desgraciados mentían sin cesar para hacer crecer la gran compañía.
Un día les dijo que se iba de viaje por motivos de familia y le guardaron el puesto. Y todavía lo aguardan, pues llama advirtiendo que volverá. No quiere que ningún desgraciado ocupe su lugar. Además, le confesaron que invirtieron demasiado tiempo y dinero en transmutarlo en mentiroso de primer orden. Lars cree que en el fondo les agradaba su forma de engañar a los clientes; al final era realmente competente. Incluso había días en que se sentía capaz de mentir por un tornillo mal colocado.

Cuando dejó el trabajo no echó de menos a nadie, eso fue lo más curioso. Excepto tal vez el cuerpecito apañado de Shiwa, una hindú de nariz ganchuda y ojos negros de metal que parecía un robot de porcelana. A Shiwa la despidieron; resultaba demasiado sobresaliente para sus intereses. Revolvía al personal y ellos necesitaban algo funcional y manejable. Tampoco era el caso de Alena, una israelí trepa, que se follaba a todos los jefes que se oponían a su cruda manera de trabajar.

Nada como un trabajo así para descubrir la sobria vanidad de aquellos directivos que vivían a su costa. A veces llamaban y se desenvolvían de tal manera:
- ¿A su servicio?
- Soy Pedro Alcántara Director General de Castilla la Mancha. Ponme de inmediato con tu jefe o jefes.
- ¿Con Juanma?
- Sí, venga. Ya. ¡Rápido!
- Lo siento, no está en este momento.
- Oye chico, pues ponme con quien le sustituya, con quien sea ¡ya!
- Soy teleoperador, no soy ningún chico.
- ¡Oiga! Páseme con sus jefes o va a tener problemas. Ya.
- ¿Ya…? Se dice por favor más bien. ¿No cree?
- Pero… pero… ¿Quien se cree usted que es?
- Eso mismo digo yo. ¿Quién se cree usted que es Señor Directivo?
- ¡Joder! Vaya. Dime… Dígame su nombre por favor.
- ¿Ahora dice por favor? ¡Y un carajo…! Listo. ¡Clik!

Como es natural al hacer aquello se arriesgaba a que lo pescaran si hacían escuchas. Pero tuvo suerte y nunca lo pillaron. Y como su apariencia era tan pulcra y educada jamás pensaron que él era el atrevido que ponía en evidencia a los capullos.

Todas las mañanas tomaba un asqueroso café de máquina en un cuartucho que denominaban, cafetería. Mientras, soñaba con estar allí afuera, al otro lado de la calle, tomando entre sus brazos la digna cintura de una bella muchachita. Y casi todas las mañanas se topaba con Ramón, un fantoche de tres al cuarto, que se había empeñado en ser su amigo y estaba incluso más extraviado para la sociedad que el mismo Lars. Ramón quería un ascenso. Habían entrado hacía tan sólo tres meses y ya exigía el ascenso. Y, para colmo, en una compañía de embaucadores, estaba claro a donde lo iban a ascender. Y lo ascendieron. No tardaron en ascender su nombre al listón de expulsados.

Pero él siguió acudiendo a ver a Lars. No se sabe qué monos había visto en el pobre Lars, pero deseaba a toda costa hacerse su amigo. Para darle satisfacción Lars salió un día con él, fue un completo desastre. Ramón acabó borracho y Lars lo dejó en un taxi. Resulta que fuera de las oficinas de la empresa se desdibujaba y perdía su encanto. A las chicas les gustaba, pero a Lars le fastidiaba. Ramón tenía una novia. Hablaba con ella empleando los teléfonos de la empresa, pues le salían gratuitos. Siempre le decía “preciosa.” En una de sus charlas Lars le oyó decir cerca de cuarenta veces preciosa. Le pidió que se la presentara y lo más que llegó a ver de ella fue la foto de una mujer demasiado bonita para un tipo mediocre como aquél. Lars pensó que le engañaba en lo de la foto ¿y tal vez en lo de la novia? Entonces sospechó que era invertido. Un pobre y tímido invertido.

Le entristeció acudir a su primera fiesta corporativa de fin de año. Sabía que aparte de ser un don nadie, tampoco iba a ligar. Pero lo hizo. Más que nada para ver el grado de compañerismo que podía existir en una empresa donde llevaban años trabajando. Y se sorprendió. Allí todos, o casi todos, eran desconocidos entre sí. Daba pena observar como se esforzaban por sonreír cuando resultaba evidente que muchos de ellos en el fondo se odiaban.
No habló con nadie más de cuatro palabras seguidas, ya que de alguna forma, todos sabían que Lars no era un competidor. Él era distinto, de otro pellejo. De un mundo diferente y al que daban la espalda, porque ellos estaban enquistados en su particular carrera por obtener más beneficio material.
Cuando Lars dejó aquella empresa lo hizo respirando profundo y sin volver la vista atrás; al fin y al cabo un tosco borrón en la vida lo tiene cualquiera… y más de uno.

A la mañana siguiente despertó y se sentó en la terraza frente a su portátil. Se puso a redactar en Georgia, aunque en el interior de su mente todavía no sabía con claridad sobre qué deseaba escribir. De pronto sus pensamientos se transportaron a Georgia, un territorio en el que jamás había estado. Entonces le pareció buena idea expresar algo sobre ese lugar. ¿Y por qué no? A veces el lugar donde uno no está puede ser el mejor para empezar a anotar… Y lo hizo, escribió sobre Georgia, pero esta vez cambió y lo hizo en Garamond.

José Fernández del Vallado. 14 Marzo 2007. Arreglos Nov 2008.


52 libros abiertos :

lys dijo...

Me disponía a apagar este trasto y he visto que has actualizado, tu no duermes? Tienes el cerebro en marcha siempre? parece banal esta historia, pero como que no lo es, le leeré mañana, aunque puede ser que mañana ya hayas escrito otra y me absorba en ella. Puede ser, pero esta noche, buenas noches

Verena Sánchez Doering dijo...

que maravilla como cuentas y cuentas historias que siempre logran encantar
cuantos Lars hemos visto en nuestra vida, que solo trabajan con honestidad y jamas ven eso
dejando atras tantos sueños dormidos
en la empresas no existen los amigos, solo la sobrevivencia de entregar lo que uno sabe
y cada día que pasa es mas impersonal la vida en los trabajos y cuantos Lars seguiran liberandose y volver a comenzar entre Georgia y Garamond, entre sueños y libertad
hermoso amigo, me hiciste recordar un Lars en mi alma
te dejo muchos cariños y mil gracias por estar crca y acompañarme, disculpa si no he venido pero el tratamiento que estoy me deja sin fuerzas
pero este mundo silencioso, es maravilloso, se hacen amigos fieles y se une la geografia sin mirarse a los ojos, solo a traves de las letras
sigue llenando el mundo de letras amigo, que llegan al alma
mil besitos y mil gracias


besos y sueños

©Claudia Isabel dijo...

José, tus relatos son excelentes. Uno se queda prendado desde el principio. Un gusto pasar por tu espacio.
Abrazos

Marysol Salval dijo...

Dios mio...Me quedé en la mirada gris...Cómo puede ser que el tiempo pase tan rápido?

Juan Duque Oliva dijo...

El trabajo de teleoperador es muy, muy duro, no hace falta ser muy desagradable pues ya en la operativa te indican como serlo con una sonrisa telefónica, últimamente hasta la sonrisa puedes obviar, es sintoma de debilidad e inseguridad.

Me ha encantado el relato sea en la letra que sea aunque la Georgia me gusta mucho.

Besos invertidos.

CONSCIENCIA dijo...

Ay jose cuantos Lars en este mundo. Me gusta como escribes. Cuidese.

Trini Reina dijo...

Si para escribir una historia, fuese todo tan fácil como cambiar de letra...

Pienso que Lars, en el fondo, era un valiente, porque esa decisión no la toma cualquiera.

Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Creo que tu relato refleja perfectamente el mundo laboral de hoy en día.

Suele ser repugnante.

Saludos.

Lara dijo...

Difícil decisión pero cuando se decide una cosa así hay que ir hacia ello, sin mirar atrás ;)
Muuuuuacks!

Spica dijo...

...ya me gustaría a mi poder dejar mi trabajo para aislarme en algun lugar a escribir o a lo que venga...el protagonista ha sido listo...me ha gustado...un abrazo...

Lúa dijo...

al fin se liberó; el 99% no puede, saludos!

Silvia_D dijo...

Una historia que llega por "real" e irreal, es genial, niño.

Estaba malilla, voy mejorando, gracias por tus visitas :)

Besos con cariño

WILHEMINA QUEEN dijo...

Un disfrute total leerte. El final, una buena idea para todos cuando no tenemos nada para escibir, o no nos sale o nos sentimos vacíos.

Besotes!
Verónica

Sol - Estaré siempre dijo...

Y pensaba mientras leía atentamente.. cuantas personas conservan su trabajo aún sabiendo que no es agradable como en este caso enbaucar a las personas... pero por suerte hay otras que saben salirse de esos lugares y conservar su etica a pesar de todo... excelente relato cielo... y la verdad como leí por ahí arriba... ERES UNA MAQUINA DE PENSAMIENTOS.. de buenos pensamientos que nos llevan al final del relato sin chistar...!!! Besotes cielo!!! Llenos de luz como siempre!!!

libra dijo...

Y que mejor que ir tras un sueño, pero la realidad es que el temor a dejar la seguridad hace que nos atemos a ese asiento que nos gusta más bien poco...

Un abrazo.

...flor deshilvanada dijo...

Coincido con Toro, tus letras reflejan el ámbito laboral de hoy.

Que pases un lindo finde José!

Besss

Anónimo dijo...

Es que un rara avis como Lars tiene que salirse de ese ámbito tan pernicioso, y es claro que la que nunca utilizaría es Times new roman, ni arial, demasiado corrientes para él.

a mí me gusta, lucida casual, será por la interna contradicción del nombre??

zoraida999 dijo...

Jo, acabo de perder todo lo que te habia escrito, siempre tengo problemas al entrar en los comentarios de tu blog, pero no se porque.
Mas o menos te comentaba, como me recordaba esto a una empresa en la que he trabajado y por duplicado, como si no hubiese tenido suficiente con la primera vez, pero esta vez, iba a por algo y me lo lleve.
Que duro es no estar en un ambiente de trabajo agradabel y acompañado, donde pasas la mayoria de las hora del dia, donde comparte con conocidos que son desconocidos. Con falsedades para el provecho de unos pocos, y donde cuando tu desapareces, nadie se da cuenta que no estas.....que suerte disfrutar con lo que haces y ganar con ello...
Impresionas como escribes---

Yurena Guillén dijo...

Bueno Jose, Creo que personajes como Lars, Ramón o Shiwa son reflejo de lo que vivimos actualmente en las empresas. Así es el mundo laboral... así como lo describes.
Abrazos

Mónica dijo...

hola josep... buenísimo, un placer leerte.

Bss.

Lobita Esteparia dijo...

Un relato curioso, sobre el tema del eterno aburrimiento y la triste cotidianidad...¿de qué escribirá esta vez?...un saludo.

Jesus Dominguez dijo...

Fabuloso. Excelente calidad. Para mí has sido un gran descubrimiento.

Un saludo

Jesús Domínguez

patri dijo...

Una historia que sorprende por lo cotidiana, por lo normal. Cuántos Lars y Ramón habrá por ahí?
Seguro que muchos.Estarían orgullosos de tu retrato.Excelente,como siempre.
Un besazo

Amnesia dijo...

Te confieso que te dejo el ultimo para leer, me gusta leerte en calma, por que en tus escritos siempre encuentro una reflexion. Un besazo y espero que tu tambien estes bien. Que pases buen fin de semana.

toñi dijo...

La forma de relatar tus historias son estupendas, siempre disfruto leyendolas. Un beso

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué buena forma de enlazar inicio y final de relato.

Steki dijo...

Me atrapaste con tu historia, Josef, y yo aquí trabajando! Jajja.
Abrazo de luz en tu fin de semana.
BACI, STEKI.

bog_art dijo...

Difícil decisión.. me gustó como empezaste esta historia.. me saltó el espíritu de diseñador al leer el nombre de la tipografía como punto de partida.. un abrazo!..

Anónimo dijo...

un cambio a tiempo siempre es una buena salida,

por experiencia propia

un saludo

AnyGlo dijo...

Como siempre un texto fantástico!!

Un saludo!!

mj dijo...

Un placer seguirte, te he encontrado hace poco y lo agradezco...de verdad.
Te dejo un abrazo y feliz domingo
mj

SILVIA dijo...

como siempre un placer leerte, tus historias atrapan de principio a final ,son excelentes
besitos y lindo domingo

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Fantástico relato.

Lo que sí me ha sorprendido es el dato de las Gillette baratas, ufff, que tortura! Una vez recuerdo que me puse la cara como un autentico "Ecce homo".

Yo me afeito cada dos o tres dias, y con mucho cuidado, pues tengo piel sensible y barba muy poblada...!

Un abrazo, amigo.

la inkilin@ dijo...

Un relato fantástico.chico te superas día a día..;)

Un café??

Oteaba Auer dijo...

Terrible circunstancia el ser humano que se siente un don nadie...patético en un mundo hostil...Siempre queda la esa opción de la imaginación y volar o escribir sobre Geaorgia, Louissiana o sobre una zona de del este europeo...
Hoy te echo otra flor...¡es qeu eres único! :-))
Saludos

maria varu dijo...

A más de uno creo que nos gustaría largarnos del trabajo, dejar el lugar vacante y no volver más. Dedicarnos a escribir, quizás no en los blogs, de poco nos mantendríamos así, pero quizás algunos momentos grises (muchos por el tiemo que pasamos en el trabajo) cambiarían de color.
Yo prefiero el tipo Tahoma.

Un abrazo.

Martine dijo...

Me gustaría decirte en Verdana cursiva cuanto me ha gustado tu relato... ¿Existe Verdana como país? Igual si...

El intercambio telefonico,
soberbio!

un beso Josef.

LUX AETERNA dijo...

Te felicito me gustó mucho el relato, evidentemente Lars era mejor persona que esos pobres desgraciados, espero que le vaya bien se lo merece.

PD: Yo en mi trabajo también elijo Georgia.

Salu2

ESCAECER dijo...

Rara avis ese Lars, el mundo está lleno de tipos como él. Siempre me sorprendes Josep.
Besos

ESCAECER dijo...

Rara avis ese Lars, el mundo está lleno de tipos como él. Siempre me sorprendes Josep.
Besos

Raquel Graciela Fernández dijo...

Muy buen relato. Tu inspiración es inagotable. Brindo por eso.
Un beso grande y que tengas una buena semana.

Glenn K. dijo...

Aquí en Perú te preguntarían algo como: ¡Que te haz fumado?? jeje, pero bueno, cuando se tiene el don, se tiene el don, excelente como siempre maestro!

MAYTE dijo...

Bonito relato, me ha gustado mucho.

saludos

Tormenta. dijo...

¡Hola! perdona que no entrara antes, como creo que te comentaron, mucha inspiración e imaginación, Me gustó de verdad! un besazo guapo!;)

Marysol Salval dijo...

Me identifiqué con Lars...a ver si yo también tengo el valor y puedo algun día marcharme de mi empresa sin mirar para atrás y dedicarme sólo a escribir...Quien sabe, a veces los sueños se hacen realidad.
Estupendo texto, es grato para mí venir a leerte. Un abrazo y buena semana

Esther dijo...

Hizo bien en salir de ese mundo tan frio al menos durante un tiempo en el que reinan el egoismo y la competición..bajo el calor de sus letras seguro que está en mejor compañia.. besitos

NDEH dijo...

Da igual en lo que escribas tu... siempre resultara genial...

Abrazos en Georgia y Garamond

CarlosCarrión dijo...

Gran relato...me encanto leerlo con la música de fondo.
Gracias por pasarte por nuestro blog.
Un saludo y espero que seas un fiel lector, como lo seremos nosotros de tus blogs, por lo escrito y por la música que me obliga a nombrarla por escucharla mientras escribo.
Un saludo

fgiucich dijo...

Atrapante, amigo mío. Abrazos.

Dejame que te cuente dijo...

alguns veces esos cambios en nuestras pequeñas rutinas...dicen mucho mas que lo que somos capaces de expresar....
geniales siempre tus relatos...
un abrazo

© José A. Socorro-Noray dijo...

En Georgia o Garamond,
en Arial o Times New Roman,
en Comic Sans o Tahoma,
en Verdana o Book Antiqua,
en Geneva o Futura,
en Lucida Handwriting o Courier,
incluso en silencio y sin letras
eres un genio de la narrativa.
¡No sé donde están los editores
de este país si eres un valor
seguro de éxito!

Un abrazo, Amigo y Maestro.

Anónimo dijo...

Hi!


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