lunes, diciembre 01, 2008

Una vez... En el Paraíso.

¿Por qué narrar esto si no lo he hecho nunca en dieciocho años de existencia? En el fondo no lo sé. Lo he pensado otras veces y me avergonzaba, o a lo mejor no deseaba compartir. En cambio hoy deseo hacerlo y que percibáis lo que es sentirse bien y disfrutar de la vida, y sobre todo como es vivir esos momentos para los cuales, pienso, vinimos al mundo.

Una mañana de un mes de marzo del año de mil novecientos noventa estaba lejos de mi vida habitual y de mi casa. Lo había conseguido, viajar a un lugar fascinante: a un lugar del Caribe. Me desperté muy pronto, mis dos amigos dormían, mi intención no era despertarlos, por lo que silenciosamente me vestí y salí de la casa.
Desayuné un café con leche en un bar cercano, junto a un parque ajardinado y a la sombra de un árbol del pan. Un grupo de lagartijas marrones y grises con el abdomen azulado llamaron mi atención, tomaban el sol y se perseguían a escasos metros por encima de mí, iban de los muros de piedra caliza de un antiguo convento a un Ficus de considerables dimensiones. Finalicé y me dirigí a mi coche de alquiler, un pequeño Isuzu blanco de cristales ahumados.
Apenas llevaba medio mes en la isla, Minerva y yo nos habíamos conocido la noche anterior en un local pequeño, cuando durante una tormenta muy fuerte nos acurrucamos bajo su soportal. Fue advertirnos y quedar transpuestos uno en el otro, atrapados en la misma celada de amor. No hubo truco, leí en sus ojos sinceros la profundidad y el deseo.

Arranqué y me fui a buscarla a su casa. Estaba en la pequeña localidad de La Romana, según me explicó vivía en una calle llamada: Padre Ayubere.
Antes me detuve a echar gasolina en el único depósito de la villa y Pedro Cabrales, un buscavidas avispado, se las arregló como siempre para sacarme unos pesos de más. Le pregunté por la calle sonrió y me deslizó: “Buscas a tu niña.” Y en realidad así era, pues apenas tenía veintiuno recién cumplidos, en cuanto a mí, con mis veintisiete, era a su lado un adulto.
Su casa era un desconchado chalé de color verdoso, era de familia pobre. Pero cuando amas a alguien con la espontaneidad y el espíritu de la juventud todo parece brillar y la riqueza o la pobreza no existen. Como aquella mañana soleada y cálida, yo no sentía calor, sino felicidad. No sentía ninguna molestia porque me sabía afortunado de haberla conocido y además era joven y mi cuerpo respondía con eficacia y plenitud a mis exigencias. En realidad vivía un sueño de hadas. Hasta entonces nunca creí que semejante circunstancia fuera posible; es decir, verlo todo con los ojos de la belleza. Es más, los cuentos me parecían cursilerías fantásticas y nunca creí que te pudieran involucrar en la realidad, y sin embargo, está comprobado, su origen nace en el contexto de los enamoramientos, y así me sentía, tocado por una varita de gracia.

Cuando la llamé me miró con ojos de asombro, pienso que ni ella misma creía en la posibilidad de verme otra vez. En realidad nuestro amor estaba sellado y con fecha de caducidad. Su fin, el día en que me fuera, transcurrido un mes, los dos lo sabíamos, pero procurábamos ignorarlo y ansiábamos ser felices juntos.
Aquella mañana representamos muy bien; la vida estaba de nuestro lado y, por el momento, el tiempo contaba para nosotros.
Cogimos las toallas, la sombrilla, y nos pusimos en camino. Todo, y cuando digo todo, me refiero a cualquier reacción, hasta el mínimo roce, significaba sensualidad en nuestra relación. Entramos sonrientes y abrazados en la farmacia para comprar preservativos; todavía no habíamos hecho el amor pero estaba claro como el agua que lo haríamos. Las señoras que había allí se ruborizaron, las farmacéuticas fueron más profesionales; de todos modos no entiendo como a alguien le sigue enrojeciendo algo tan universal como hacer el amor.

Arrancamos, puse una cinta de música y la carretera envuelta en un vergel de selva brilló en todo su esplendor. Estaba en una de las zonas más bonitas de la isla y Minerva era uno de sus tesoros. Recuerdo aquella ruta de una forma especial porque era espectacular. Sobre todo el puente que atraviesa el río Chavón emplazado en un abrupto cañón cubierto de vegetación, sobrevolado por bandadas de fragatas con los buches rojos e hinchados al sol.
Me llevó hasta una playa que en sí misma era un sueño. Supuse que playas así ya no existían, pero por aquel entonces había una, aquélla. La arena blanca y pura deslizándose hasta un agua de una transparencia sin límites; cocoteros inclinados a ras del agua; un cielo azul marino delimitándose frente al turquesa del océano, y nosotros, completamente solos...
Nos tumbamos sobre una arena caliente y viva, ella sobre mí, cerré los ojos y transcurrí en ese estado un límite incierto de tiempo, sin cesar de amar un solo instante, pues aquel mes me pareció perdurar años de vida en plenitud.
Cuando la dejé mi corazón me dolía y todavía me duele pensarlo y cuando alguien se pregunta como será el Paraíso y si existe, yo convengo que sí. Existía. Este mundo era un paraíso. La pregunta consiste en descifrar ¿qué hemos hecho de el?

No he vuelto a ver a Minerva probablemente era un ángel en el Paraíso ¿Y yo? Su demonio.

José Fernández del Vallado. Nov 2008.


53 libros abiertos :

TORO SALVAJE dijo...

Quizás era para quedarse allí para siempre no?

Otro retrato magnífico.

Saludos.

Esther dijo...

que pena que no la volvieras a ver..seguro que más su demonio eras su angel también ..muy bonita.

besitos

Capochoblog dijo...

Creo que el verdadero infierno es ese... encontrar tu lugar perfecto en el mundo (este donde este); y no quedarte en el.

Como siempre, super grato leerte :)

Besos.

Juan Duque Oliva dijo...

Si no te quedastes es porque algo te faltaba.

Otro viaje fantastico sin salir de casa, gracias.

Un abrazo, mago.

LUCIA-M dijo...

Yo creo que eras más su ángel.
Y te vas porque tal vez buscabas otro lugar…..
Me encanto precioso relato
Un beso.

Belén dijo...

La de vida que nos da esos amores de verano, aunque sean con fecha de caducidad

:)

Besicos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hace mucho que sé que los paraísos sólo existen en la nostalgia.

mia dijo...

Minerva debe tener la

misma pena,la isla

era tan bella con tu

sentirte tan feliz,

que no entiendo como

pudiste partir..

Árbol del pan,

es el del cual se hace

el perfume Bois de farine?

Contigo siempre se sueña!

♥♥♥besos♥♥♥

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

No creo que aquello fuera un infierno, sino un cielo momentáneo. Como dice Pedro, los paraisos existen en la nostalgia, ya lo creo.

Bella narración, poblada de dulces y entrañables recuerdos...

Un abrazo.

NDEH dijo...

Pues si... ya se lo que es sentirse bien y sobre todo disfrutar de la lectura...

Magnifico...

Abrazancos de otro demonio.

Luar dijo...

Cuando estamos en el paraiso solo hay una solucion, dejar de pensar y quedarse para siempre...
Abrazo!

Anónimo dijo...

hizo bien en marcharse, el paraíso mengua cuando hay que pagar las facturas de la luz, jaja

en fin.

Buen relato.

NDEH dijo...

No sabes cuánto daría para poderte brindar ese café...creételo... me cachis...

Abrazos de corazón a tu corazón...

...flor deshilvanada dijo...

Yo me quedaría a vivir ahí para siempre!

José, cada día es más lindo leerte!

UN BESO!

MaLena Ezcurra dijo...

Me maravillan los paraísos que se desprenden de sus letras, siempre.

Quisiera escaparme de la realidad y quedarme, largamente quedarme, enganchanda a sus relatos.

Un abrazo compañero, buena semana.

Eria.. dijo...

Cualquier amor con fecha de caducidad se vive mas apasionadamente.
Besitos varios.

Claudia Sánchez dijo...

Pues menos mas que te has vuelto a tiempo, porque sabes que irremediable e imperceptiblemente, el paraíso se iría transformando hasta desaparecer completamente de tu conciencia.
De esta manera, aún puedes creer en él.
Besos!

pati dijo...

Tú lo has dicho:

Viviste el momento que te estaba predestinado

Tenías billete de vuelta y quizá por eso es por lo que, después de tantos años, aseguras que existe el Paraíso... quédate con eso :)

Precioso.

Un beso :)

saudade dijo...

A veces está bien inventarse recuerdos así...
:)

Margot dijo...

Los paraísos tienen lados y curiosamente suelen estar en otro que no es el nuestro...

Puñeteros paraísos... jeje.

Un beso, Josef.

Gaviota dijo...

cuando encontramos ese paraiso no queremos irnos jamas, y cuando nos falta es un infierno

AdR dijo...

Siento la tardanza. Debería haberme pasado antes por tu casa para comprobar como escribes, ya que tú lo has hecho varias veces por la mía :)

Y vengo y me encuentro con un trocito de tu paraíso :)

Entiendo eso que dices, que en un mes parece perdurar años de vida en plenitud. A mí me ha ocurrido en menos tiempo.

Abrazos.

Lúa dijo...

hola, paso para saludarte, pues no puedo leerte hoy, un beso!!!

MAYTE dijo...

el paraiso esta en el lugar donde nos enconcontremos bien, lo dificil es encontrarlo.

saludos

marbu dijo...

Es muy bonito el relato y si algo tenemos nuestro, sólo nuestro, es nuestra memoria de recuerdos, de vivencias, de historias y tantas cosas....

Un saludo

Yurena Guillén dijo...

Yo sí que creo que el amor es lo único que puede llevarnos al paraíso. Sólo por un instante, un fugaz instante... pero podemos decir a ciencia cierta que hemos conocido el paraíso.

Un abrazo, Jose.

Anónimo dijo...

Recibiste un regalo, conociste el ´´paraiso`` que más se puede pedir, bueno pedir se puede por ejemplo quedarse en el, pero no suele pasar.Otros tardan más en conocerlo y algunos nunca lo conoceran. Bonito relato.
Besos
anamorgana

Lara dijo...

Ainssss.... el paraiso, yo lo he pisado alguna vez ;)
Muuuuuuacks!

Mos dijo...

Uno no debería desprenderse de ningún paraíso cuando lo encuentra.
Aquí, una vez más, tenemos al Josef más sensible; tal vez nostálgico, siempre con ese punto enigmático que nos cautiva.
Como dice la canción: "Para ir hasta el cielo no es preciso morir".
Un abrazo de Mos desde la ESFERA.

Amig@mi@ dijo...

Efímero, pero tan intenso a la vez. Da gracias de que tu recuerdo lo guardara y que cada vez que lo revivas sientas la misma pasión que entonces...
Un abrazo

Jeanne dijo...

Minerva...precioso nombre para ella.

Si la música que elegiste para vuestros encuentros fue de Sigur Ros, el éxito y la magia estaban asegurados.

(Merci again por el descubrimiento musical)

Tus palabras siempre son un puente que me conduce a nuevas melodías que me atrapan.


J.

Anónimo dijo...

¡¿Dieciocho años?! ¿Estás de broma? Wow.. sientete odiado por mi parte porque al tener esa edad y escribir ya así... alucino.
(es sólo una muestra de admiración, no te lo tomes a mal, va desde el cariño ;) )

Ay..esos paraísos... lo peor es encontrarlos en alguien..

lichazul dijo...

a los 18 yo sólo quería un amor de verano conquien compartir las puestas de sol y recorrar las arenas de esa playa

pero el destino quiso que mi pasos siempre fueran míos y mis puetas sólo mías

a veces un amor de verano que nunca llega
es peor que uno que duró tan sólo un verano
al menos tienes momentos compartidos que recordar.

un abracito de paz

mj dijo...

Sí la amaste y ella te amo con intensidad date por contento, eso es lo que cuenta...
Muy bueno el texto, su lectura muy fluida...
Un abrazo
mj

Isabel dijo...

Una breve, pero intensa y bella historia de amor.
Un beso

lys dijo...

Si, bella historia... de esas que llegan y pasan como una tormenta,
que dejan un recuerdo, pero nada más.
De las que van llenando la mochila al caminar.
Y dejan un suspiro y nostalgia al recordar.

Saludos José

Vampi666 dijo...

Las historias de amor no se miden por el tiempo que duran, sino por su intensidad, y por lo visto esta fue una gran historia de amor.
Un saludo desde mi mundo.

SOMMER dijo...

Pues vaya martirio, conocer el paraiso, y no poder quedarte en él ¿verdad?

Abrazos, me ha encantado.

fgiucich dijo...

Un relato muy bueno. Felicitaciones!!! Abrazos.

la inkilin@ dijo...

Una Historia pero en Mayúsculas

Que envidia de paisaje..tendré que ir un día::;)

Un café?? por cierto.. que tal el café..en el paraíso??

Verbo... dijo...

Un viaje de lujo
en donde se disfruta
y sobre todo se baila.

En las islas del Caribe
se come
se bebe
y se baila

Rios, playas, veredas, vegetación, y gente buena.

Besos ♥

M.

Novicia Dalila dijo...

Hay amores que aunque breves, su recuerdo se hace eterno en nuestro interior. Inolvidable... para bien o para mal.

Un beso, Josef

MRB dijo...

Pero que belleza de historia. ¿Por qué la dejaste ir? Cierto que la fantasía precede a la realidad, nunca se sabe a largo plazo... pero al menos intentarlo.

El enamoramiento es así: te coge desprevenido y es una obligación del alma seguirlo. Sus huellas son imborrables y perduran a través del tiempo.

Me alegra nos hayas compartido esa historia tan personal, pero tan bonita.

Besos,

Shanty

Sol - Estaré siempre dijo...

Contigo siempre se sueña y me quedo colgada de tus relatos...
Seguramente eras otro amgel ... seguramente!!!
Besos cielo!!!
Llenos de luz como siempre...

Silvia_D dijo...

A veces los paraísos nos son negados, los deseos, las ilusiones de el ayer... pero nos queda el recuerdo, quizás ella no sintió que fuera un demonio...

Querido, niño, cómo me gusta leerte :), dejas el alma en tus letras y cruza el mar hasta mi orilla, gracias por ser tan cercano a mi.

Te beso con cariño y amistad :))

Soñadora dijo...

Josef, que bella historia de amor y pasión. Por lo menos se tuvieron y pueden ahora ambos recordar, pues los recuerdos no te los quita nadie.
Besitos,

Inés dijo...

Hola Moderato Dos Josef,

..como Adan y Eva, fuiste expulsado del paraiso por amar en exceso y querer demasiado.

Josef, he venido a darte un abrazo enorme que llegue hasta tus huesos, gracias por tus visitas y comentarios.

una incondicional de tus relatos,

besos,
..somos vecinos ;)

MaríaCv dijo...

Seguramente ese lugar y lo vivido sea o se acerque mucho al paraíso. Un gusto leerte como siempre josef. Mis saludos

panterablanca dijo...

Nooooooo, en el paraíso no hay demonios!, sólo ángeles y enamorados como tú lo estabas.
Besos salvajes.

Julia Hernández dijo...

Josef, que historia, me sumergí en esa divina playa y reviví momentos idos, la locura del amor, el brillo de las miradas que no se pueden ocultar, el desenfado la despreocupación, sí el paraíso existe, sí existe, los que hemos amado intensamente, lo sabemos, no quiero preguntarme que hice con él... ya es demasiado tarde. Un abrazo. Bellísimo.

LUX AETERNA dijo...

A fe mia que el paraíso existe en la tierra yo estuve y me expulsaron, ahora vivo recordándolo y lo que no me perdono es saber que yo fui el causante de mi perdición.
Te he incluido en mi blogroll asi me pongo al día con tus novedades, es un gusto venir a leerte.
Abrazo

© José A. Socorro-Noray dijo...

¡Otro relato excelente... y van..!

A veces, Infierno y Paraíso
convergen en un sueño
que se hace realidad.
Volver a hacer el amor
con la bella Minerva
sería arder en el Infierno
para renacer en el Paraíso.


UN abrazo

Myriam dijo...

Hola Moderato_Dos_Josef,

Aqui te estoy visitando. Me da mucho gusto saber que te gusto mi blog y que me seguis... Gracias!

Te estare visitando, tu relado en el Caribe me parecio muy tierno.
Recuerdos de una juventud bien vivida.... Recuerdos que siempre puedes evocar porque estan en ti.

Recuerdos que me alegra hayas compartido con nosotros,

Un abrazo,

Myr

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