domingo, febrero 22, 2009

Federico Losada.

Federico Losada tenía hambre. Llevaba viviendo treinta años en un hogar silencioso y apartado. Tenía un setter de doce años que iba siempre tras él y se llamaba “Notepierdas.” Le gustaba remojar sus botas de agua en los charcos en los días de aguacero, disfrutaba de las siestas durante los calurosos atardeceres de verano, y nada más despertarse hablaba sin descanso a los pájaros y a la vida durante la primera media hora de estirones y recogía ramos de flores que enviaba a Dulce, la mujer que regentaba un burdel de un pueblo en A Coruña y de la que estaba perdidamente enamorado desde hacía diez años. Estaba empleado en la contabilidad y revisión de las líneas férreas de RENFE, su coche era un Wolkswagen escarabajo que arrancaba tosiendo improperios a las siete de la mañana.
Viajaba dos veces por mes a ver a Dulce, hacían el amor, paseaban por la Plaza Mayor del pueblo y soñaban con lo que harían si estuvieran en otra situación, pero ambos vivían en aquella situación, e imaginar que alguna vez podrían ser más felices les hacía muy muy felices.

Federico Losada tenía hambre. Llevaba viviendo treinta años en una choza silenciosa y apartada de la montaña. Tenía un sombrero panamá, un gato de ocho años y siete vidas que iba siempre tras él y se llamaba “Trabalenguas.” Le gustaba caminar las dos horas que había hasta el pueblo de Chicaguas – lugar más cercano. – Disfrutaba de los amaneceres en los que su cabaña aparecía establecida sobre un mar de cielo; entonces, sentado en el porche de su hogar, podía sentir el alma de la mujer a quien más amó sentada a su lado. Cuando despejaba emprendía rumbo al pico más alto y acurrucado, tocaba una melodía con su flauta de Pan mientras contemplaba el elegante vuelo del cóndor.
En el pueblo visitaba siempre a Angelita, una viuda mestiza y pecosa que regentaba un viejo tugurio. A veces se quedaba a dormir, hacían el amor y juntos soñaban con lo que harían si estuvieran en otra situación, pero ambos vivían en aquella situación, e imaginar que alguna vez podrían ser más felices les hacía muy muy felices.

Federico Losada tenía hambre. Llevaba viviendo treinta años en una cabaña junto al océano, oyendo el rumor de los cantos rodados removidos por el oleaje. Tenía un perro de aguas que pescaba escualos a bocados y se llamaba “Mordisco.” Le gustaba hacerse a la mar para ver si sacaba, además de buena pesca, una sirena.
Disfrutaba de esos días en que la mar estaba serena y parecía una enorme Avenida llena de tranquilos paseantes, mientras echaba sus redes con parsimonia podía oír las melodías de Fabiana, la mujer que conquistó su corazón, hasta que cierto día a la mar, que a veces es un poco lesbiana envidiosa, le dio por robársela. Cuando terminaba la faena emprendía rumbo a la isla de Cucaña donde vivía Carmela; entraba a su casa por la puerta de atrás, se encontraba con ella en secreto y hacían el amor. Y si el marido los sorprendía, salía corriendo desnudo, Mordisco saltando tras él, embarcaba en su velero y ponía rumbo a la vida. Una vez a salvo le gustaba soñar lo que haría si Carmela estuviera en otra situación, e imaginar que alguna vez podría ser más feliz le hacía muy muy feliz.

Federico Losada tenía hambre, era hora de comer y apenas tenía comida, pero mientras tuviera vida los sueños serían su alimento, abasteciéndole siempre de renovadas esperanzas y sobre todo, de felicidad.
Coció un par de patatas, las peló, las tomó e imaginó que eran un delicioso solomillo, un rico pollo a la criolla, una hermosa lubina...
Cuando terminó de comer Federico Losada no tenía hambre, estaba saciado de ansiedad pero continuaba hambriento de vida.
Se levantó canturreando, acarició al perro al gato y al perro, y puso rumbo a la vida...
José Fernández del Vallado josef 2009.

52 libros abiertos :

mj dijo...

Cuanta felicidad y gratitud en dos patatas cocidas, lo digo en serio, envidio a Federico, es toda una lección de vida, que en estos tiempos que corren deberiamos recoger como ejemplo.Y tu escrito querido amigo, como siempre te digo es excelente.
Un abrazo
mj

MAMEN ANZUÉ... dijo...

Los sueños también pueden dar la felicidad¡¡;).. Estupendo relato amigo Josef¡¡

UN BESAZOOOO ENORMEEEE¡¡¡

Amig@mi@ dijo...

Buenísimo Josef, Este también es de concurso...
Deberías pensar en hacer una recopilación...
Besos

Seo dijo...

la vida es sueño y los sueños, sueños son.
hay veces que la vida es tan anodina que se vive de ilusiones y "que pasaría si"..

lindo relato

saludos

Noelplebeyo dijo...

Y es que a veces lo cotidiano cubre necesidades básicas pero para vivir hay que arriesgarse...

Verbo... dijo...

No solo de pan vivirá...

Lo sueños son medicina, salud y vida, siempre que se consuman con moderación.

balance,

eran felices, a pesar de...

angélica beatriz dijo...

Una vida bien vivida la de Federico Losada, creo que sin darse cuenta.

Gracias querido Josef.

Un beso.

LUX AETERNA dijo...

Moderato te juro que sos increible!

Cada vez que leo que subiste algo, rápidamente me conecto pensando mientras sobre que me vas a soprender y siempre lo lográs, me gusta mucho como escribís sos único.
Es un gusto poder leerte.
Abrazo

Unknown dijo...

felicito al personaje principal de tu historia.....
seguro que será más feliz que cualquiera con mucho poder y dinero!!!!!!!!!

un enorme abrazo, amigo

jess dijo...

Así que mientras tuviera vida, él tenía tantas fantasías como seres vivos conocía eh?

Los únicos elementos comunes en él eran el hambre y sus fantasías.

Alimentando a uno, por ende, alimentaba al otro.

Mira, muy creativo!
Aplausos!!

Por fin llego maaaás o menos temprano... jiji.

Abrazos mi querido Josef!
Salta Valiente!

patri dijo...

Los que menos tienen,son los únicos que valoran realmente la vida.
Deberíamos aprender de don Federico.
Besitos

Juan Duque Oliva dijo...

ME han entrado unas ganas enorme de tomar ese barco rumbo a la vida

BEsos

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Es genial, genial el relato.
hambre....
besos y amor
je

Carver dijo...

Que relato mas impresionante, creo que le envidio su modo de enfocar la vida. Imagino..., y puso rumbo a la vida.

saludos

Lara dijo...

Rumbo a la vida.... me gusta la expresión ;)
Muuuuuuacks!

Arantza G. dijo...

En los sueños, hay esperanza.
Nada mejor para poner rumbo a la vida que realmente queremos.
Un beso.

NDEH dijo...

Genial... me ha cantado.

Eres un gran y maravilloso escritor..
¿te lo habia dicho?


Abrazos... tengo hambre...

NDEH dijo...

Quise decir... encantado...
y es verdad... tengo hambre.


Mas abrazos

Sol - Estaré siempre dijo...

Necesidades basicas para ser feliz amigo !!!
Sueños y mas sueños!!!
Esperanzas y mas esperanzas!!!
Simples cosas que dan valor a este maravilloso escrito!!!
Besos llenos de luz cielo, como siempre!!!

Cynthia dijo...

Tienes mucha creatividad y eso hace un lujo tus relatos.. la manera de llevarnos adentro de la escena a sentir al personaje y hacernos complices... bello... realmente tienes un don para esto..
Sigamos soñando!!!
cariños.

Susana Peiró dijo...

Moderato...qué forma tan agradable de homenajear los sueños de un hombre!

Maravillosas letras, claro que sí, maravillosas!

Un abrazo!

Capochoblog dijo...

Aventuras no le faltan a Federico, cuánto no es eso?

Besos.

Arwen dijo...

Que relato mas maravilloso...lograste que me metiera de lleno en el mundo de Federico...de su hermosa cabaña...de sus amores esplendidos y bellos...de sus ganas de vivir y ser feliz...me alegro que volvieras...mil besos querido amigo.

Glenn K. dijo...

Nunca debemos de sentir el alma llena, siempre debemos tener hambre en ella para seguir buscando, seguir creciendo seguir mejorando día a día xq no es lo material lo que llena, sino los sueños, los logros .... el amor...

Naveganterojo dijo...

Es curioso como los sueños nos hacen vivir, y como la vida...no nos deja soñar.
Un abrazo

Soñadora dijo...

A veces es grato huir del mundo real y soñar! En sueños podemos alcanzar muchas cosas que la vida real a veces no nos lo permite.
Besitos,

Jeanne dijo...

===========
Saciado de ansiedad pero todavía hambriento de vida...
===========

Bonita imagen...

J:-)

Martine dijo...

Saciada ersta primera necesidad... quedan las otras... las de soñar ser feliz... y conseguirlo...

un beso, josef.

Yardan dijo...

El secreto de la felicidad decía mi padre consiste en conformarse con lo que uno tiene..... pero sin ambiciones no se crece...


un saludo

Andrea dijo...

Tu relato me ha dejado con una sonrisa en los labios un buen rato.
Leerlo ha sido conmovedor. Eres muy bueno. Gracias por alegrar mi tarde.

Calvarian dijo...

Me ha encantadeo, original y genial. Federico Losada, muchos en uno.

Enhorabuena. Yo también creo que es de concurso

Abrazo

Eria.. dijo...

Este hombre era simplemente feliz... no necesitaba mas, le valía soñarlo. Besitos varios.

Unknown dijo...

Algunas vidas necesitan poco para alcanzar su felicidad. Deberíamos aprender de ellos.
Excelente manera de enfocar su vida y presentarlo.
Un abrazo

JESUS y ENCARNA dijo...

Buen relato, aunque a veces los problemas nos tengan trabados y no sepamos imaginar la sencillez de la vida y lo felices que seriamos si esta fuera sencilla.
Saludos.
Jesus

Anónimo dijo...

hay personajes que se nos quedan grabados por la empatía que sentimos y lo mucho que nos gustaría parecernos a ellos en ciertas cosas.
Eso es lo que me ha pasado con tu texto. Muy bueno.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

No se como lo haces, pero te superas día a día, y a mí me encanta seguirte.

Un abrazo Jose

Anónimo dijo...

Excelente relato, me gusta. Los sueños suelen saciar y dar más felicidad que la realidad. Siempre me sorprendes. Besos
anamorgana

María dijo...

Los sueños forman parte de la vida, la vida forma parte de los sueños, nuestras esperanzas e ilusiones a veces los llevamos en sueños, no dejemos nunca de soñar, cuesta muy poquito y da mucha vida y energía.

Un beso.

Unknown dijo...

los sueños serían su alimento...

pienso eso frase y cada vez le encuentro más parábolas.

Increíble


Un saludo, Paz

LOLI dijo...

Siempre me quedo sin palabras para decirte,igual que ahora,solo decirte que en mi blog hay un premio para ti EL BLOG DE ORO,ESPERO QUE TE GUSTE.Un saludo

MAYTE dijo...

No es mas rico el que mas tiene, sino, el que menos necesita...Los sueños alimentan nuestra vida.
Estupendo relato.

besos.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Cuesta tan poco soñar y sin embargo casi nadie lo hace. Hoy vivimos en un obsceno derroche de bienes materiales que poco espacio nos dejan para el sueño.
Sólo si perseguimos que los sueños se hagan realidad podremos ser felices. Yo sigo creyendo que la utopía es hoy más necesaria que nunca. Así, pues... ¡Pongamos rumbo a la vida!

Un abrazo, Maestro.

Janeth dijo...

Hola Jose, que lindo cuento, de esos Federicos Losada esta repleto el mundo, pobres, aquellos hambrientos de vida, mas llenos de sueños para continuar viviendo, me encanto los nombres de sus mascotas, "notepierdas" es un buen nombre para un perro jejjejje
Gracias amigo
abrazos besos
Janeth

Juani dijo...

A veces la simple felicidad se encuentra en un simple sueño, precioso relato
tienes un premio en mi blog
saluditos

Maga h dijo...

Impecable, como siempre. Sos increiblemente creible en tus relatos. Me atrapan y nunca se a donde vas a llegar.

Un placer leer cada relato nuevo.

Un abrazo!!!

AdR dijo...

Muy bello eso de poner rumbo a su vida. Yo creo que a veces nos empeñamos en buscar tanto la felicidad que, al final, cuando la tenemos no nos damos cuenta de que la estamos disfrutando.

Me gusta esa imagen besando al
eclipse.

Abrazos

My dijo...

estaba mirando tus libros.
me quedaba en los titulos, en las publicaciones, en las portadas.
te miraba admirandote,
maravillada, porque llegas, porque trasmites, porque alcanzarás todo cuanto desees.

un abrazo mi amigo.

Sergio dijo...

Me uno a los comentarios excelente relato y lleno de ideas esperanzadoras que tanto nos hacen falta en esta época e turbulencias económicas.

Saludos

Celia Álvarez Fresno dijo...

Un relato magnífico. Y con patatas...
Un abrazo

Yessi dijo...

Hola Moderato, muchas gracias por tus visitas a mi blog y por ese agradable recibiemiento, me ha dado mucho gusto leerte y desde luego visitar tu hermoso espacio, gracias nuevamente, un gran abrazo.

fgiucich dijo...

Una trilogía que navega en la perfección de los sueños. Abrazos.

maria varu dijo...

Josef, es que cuando aparezco por tu casa y me pasó algun relato por leer no puedo irme sin leerlo.
Qué bella forma de alimentar los sueños, verdaderamente los sueños siempre están hambrientos de que les demos vida, que les demos espacio y tiempo, pero no siempre lo hacemos por el regreso a la realidad.

Bella de forma de presentarlos.

Un abrazo

María

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