lunes, marzo 01, 2010

El brillo de la esperanza.



En el interior de la celda se está bien. Han pasado semanas o meses. No, no sé por qué estoy aquí, apenas puedo recordar nada excepto la piel trémula y blanca de Janka. ¿Dónde está ella? No he vuelto a verla desde que los señores de las batas me la arrebataron y me metieron aquí. Ahora son ellos quienes dirigen mi vida, quienes deciden que pastillas debo tomar, que sueños o pesadillas padeceré...

No puedo entenderlo; mi vida sin ellos no tendría sentido. Me sacan al pasillo, me acomodan junto a la ventana y desde allí, desde allí puedo ver un prado verde, a veces es un verde que raya en lo obsceno, un verde insoportable, otras, su claridad se acomoda a mis pupilas y puedo ver que ya no hay blindados, que ya no hay maldad, que no necesito seguir en tensión con el kalashnikov esperando a salir de la nieve roja por la sangre coagulada y volver a atacar y destruir al enemigo, a un enemigo que ya ¿no existe? O se ha aliado con el Diáblo...

En cuanto a Janka, sé que ella está allí, esperándome mientras llora su tristeza por no poder verme. No, no puedo salir de la carcasa que doblega mi voluntad a capricho. Yo era un hombre feliz, orgulloso de mi pedazo de tierra, mi jardín era igual que esa pradera a la que tanto deseo salir, oraba mis cinco plegarias al día, mirando siempre a la meca y creía en la yihad... ¿Creía en la yihad? En cambio ahora, mi mente está lejos de lograr siquiera esa posibilidad, Dios ha dejado de comunicarse conmigo y ni siquiera me permitirá descansar en el paraíso...

Y sin embargo, aún puedo oírla; tararea la melodía que más le gustaba mientras trabajaba en el campo. Una bella melodía de Souad Massi, dice así:

“En tu mente somos jóvenes
Cuéntanos sobre el cielo y el infierno
Sobre el ave que nunca voló en su vida
Nos hacen comprender el significado del mundo
Nos dejan en el mundo del Érase una vez...”

Cuando la mina estalló no pude hacer nada sino tratar de recoger sus pedazos y empezar a llorar... luego dejé de matar, dejé de comer, dejé de vivir... un día desperté y creí que estaba muerto, todo era blanco, ¿era aquello el paraíso? ¿Existe el paraíso después de vivir un infierno?

Tal vez...

Tarika vino a verme y empezó a cuidar de mí a partir del segundo año. Para mí dejaron de existir las demás personas, si había hombres y esperanzas en el mundo, porque no había o para mí no existían.
Ahora vivo con una esperanza, al menos una, volver a ver a Tarika entrar en mi celda tomarme del brazo y sacarme a ese prado verde intenso por el cual caminamos en silencio pero con el corazón palpitando, lleno de vida de nuevo. Nos detenemos miro en sus ojos y pienso que tal vez exista una posibilidad de renacer a otra vida donde no haya conflictos ni muerte, donde no hablen las balas en lugar de las lenguas y donde las lenguas se unan en un abrazo sin límites para siempre jamás...
He empezado a creer de nuevo, antes creía en la lucha, en el poder de la fuerza; ahora, en cambio, creo en la vida.

José Fernández del Vallado. Joséf. Marzo 2010.


17 libros abiertos :

MORGANA dijo...

Sin duda alguna tocayo,creo en un mundo mejor donde no existan enfrentamientos ni guerras,aunque sea en mi imaginación.
Muy buena historia..te felicito.
Besos.
Morgana.

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo que bella historia siempre te lo digo pero es un placer leerte
un beso corazon

Susana Peiró dijo...

Comparto la esperanza de este tristísimo y desgarrado personaje. Acaso exista en algún lugar la paz perpetua, una utopía en nuestro mundo.

Como siempre, apuntando directamente al corazón Querido Escritor.

Un enorme Abrazo para Vos!

Janeth dijo...

Que linda historia, la esperanza es la que mantiene viva la ilusion, cuando los ojos se iluminan con la pureza
de nuestro corazón, todo está claro...

jess dijo...

A veces, el miedo que nos detiene para cruzar ciertos umbrales, nos impide encontrar el verdadero significado de la vida.

:)

Me has hecho la tarde mi querido Josef!!!

¡Salta Valiente!

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Linda historia, amigo. No, Janka no ha muerto, permanecerá siempre con él.

Y yo voto por un mundo sin guerras y con un poquito más de amor.

Un abrazo.

Belén dijo...

Es curioso ver cómo muchas veces una sola persona nos da un halo de esperanza...

Besicos

Arantza G. dijo...

Emocionada.
Un texto para pensarlo, para sentirlo. Como todo lo que escribes, tiene materia para no dejarte indiferente.
Besos

TORO SALVAJE dijo...

No hay nada con lo que no te atrevas.
Y siempre ganas.
Bravo otra vez.

Saludos.

Celia Álvarez Fresno dijo...

Trste y esperanzado. Amigo... eres una caja de sorpresas.
Un abrazo.

Lara dijo...

Ultimamente siempre consigues sorprenderme. Excelente texto ;)
Muuuacks!

Arwen dijo...

Excelente el relato querido amigo Josef...si tenemos esperanza no está todo perdido...un lujo leerte cielo, besitos...

Amig@mi@ dijo...

Más vale tarde que nunca para darse cuenta.
¿El motivo?
Es lo mismo, cualquier excusa vale para encontrar un sentido.
Para pensar...
Besos

Unknown dijo...

sigo trabajando con la esperanza a flor de piel..claro que se puede!

besos y felicitaciones

NDEH dijo...

Vengo a expltar una pompa de amor sobre tu escrito... que es magistral... como siempre.

Abrazancos amigo Jose...

Un placer leerte...

Anónimo dijo...

Hola Josef
(Me gusta llamarte Josef)
Es hermoso este relato. Al adentrarse en él es como si una angustia te fuera invadiendo, y apareciera el cuestionamiento del porqué de las guerras, sus secuelas, las muertes, diríamos que el mismo infierno.
Siempre es un placer leerte.
Estoy de vuelta, y creo que no me iré jaja
Un beso

panterablanca dijo...

A veces el camino de la sabiduría pasa por experiencias muy duras y pérdidas irreparables. Un relato muy hermoso.
Besos de pantera.

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