domingo, abril 18, 2010

El día en que perdí la audición…

El día en que perdí la audición, dejé de escuchar el trino de los ruiseñores en mi jardín los amaneceres de primavera, dejé de escuchar el silbido de la brisa al mecer los pinos del monte, dejé de estremecerme al escuchar preciosas canciones en mi mini cadena y la magia de los conciertos de música clásica en el auditorio, dejé de prestar atención, porque no las oía, a las palabras de ánimo de mi otorrinolaringólogo, dejé de llegar a tiempo a las clases de narrativa (no oía el despertador), dejé de escuchar los latidos de mi corazón, dejé de oír las palabras de ánimo y amor de Rosa, mi prometida, dejé de desear vivir frenéticamente, dejé de ver a mis amigos, dejé de tener hambre de vivir, dejé de fijarme en las chicas bonitas que pasaban a mi lado, dejé de arreglarme, dejé de sentirme completo.

En cambio, comprendí el sentido del silencio en la vida, el valor del amor sin palabras, el valor de ser amado por alguien seas como seas, hagas lo que hagas y vayas a donde vayas, el valor de sentarse a contemplar un amanecer o una puesta de sol en absoluta paz y disfrutar de unos instantes de descanso y armonía, el significado de prestarle una mano a un ciego y ayudarle a cruzar una calle, la importancia de dar limosna a un vagabundo, de sonreír ante las adversidades de la vida, de amar sin necesidad de escuchar palabras de amor, de procurar que la música esté siempre dentro de mí, de reconciliarme con el hermano con quien una vez peleé y pescar juntos de nuevo, de disfrutar como tus hijos oyen por ti, de apreciar como la vida no se detiene ante nada y como Rosa es capaz de entenderse contigo sin necesidad de palabras, comprendí el valor de asumir sin escuchar ciertos riesgos que a la larga se convierten en logros, de luchar contra tus pesadillas, vencerlas, y tener consciencia de que el silencio a veces puede ser más ruidoso que la algarabía de una ciudad.

El día que perdí la audición aprendí a conocer el verdadero valor de mi existencia...


El autor: Josef, que ha llevado a cabo este ejercicio, padece sordera parcial.
Teniendo en cuenta lo que debe sentir un sordo irreversible, ha tratado de ponerse en su lugar e imaginar algunas de sus sensaciones primarias, con mayor o menor éxito...

Va también por los incapacitados del mundo.


José Fernández del Vallado. Josef, abril 2010.
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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.



54 libros abiertos :

Beelzenef dijo...

Conmovedor ese amor sin palabras, cubierto de miradas y caricias. El amor está por encima de cualquier condición física, ya sea hacia hijos, hermanos o pareja.

Un fuerte abrazo

Paquita Pedros dijo...

Una bellas palabras para el amor no hay sonidos solo basta sentirlo
un beso corazon y feliz semana

© José A. Socorro-Noray dijo...

Podría suscribirlo al pie de la letra tan sólo cambiando el título: El día en que perdí la visión.


Excelente y conmovedor relato el que nos regalas hoy.




Un fuerte abrazo.

Carolina dijo...

Me he quedado sin palabras... Conmovedor, tierno a la vez. ¿Que cosas verdad? Algunas veces sin ser sordos y ciegos, pasan desapercibidas las maravillas que tenemos por delante... Y cuando nos damos cuenta, es demasiado tarde.
El amor es eso, aceptar tal y como es el otro.
Un besito mi querido Josef.
Feliz noche

César Sempere dijo...

Preciso relato. Aprendemos del verdadero valor de las cosas cuando ya no podemos tenerlas. Me encanta la valentía del "tirar para adelante".

Un fuerte abrazo.

Cele dijo...

Vivir en el mas absoluto de los silencios, me resulta dificil de imaginar, pero creo que apreciariamos mejor otras cosas que pasan desapercibidas por el ruido en que vivimos. Sin duda alguna es empezar a vivir en un mundo nuevo, diferente, pero hermoso, por que los sentimientos y lo verdaderamente importante, sigue ahi.
Un besazo

Jose dijo...

Gran relato lleno de esa sensibilidad,que muchas personas ante el que padece un poco de sordera ,ellos parecen que también son pobres en prestar la atención que se merece este colectivo de personas

Yo uso sólo cuando veo la tele que es poco el tiempo que la veo,un audifono solo y exclusivamente por no molestar a la familia

Un saludo

Julia Hernández dijo...

Una entrada llena de sensibilidad, muchas veces debemos tomarnos el tiempo para llegar a comprender a otros y ser tolerantes con las diferencias y con eso ser mejores seres humanos. En el silencio encontramos justo lo que debemos escuchar. Totalmente de acuerdo. Un fuerte abrazo. Muy hermoso.

Vicky dijo...

Emotivo relato que se siente
profundamente , esos silencios te otorgan la facultad de apreciar la existencia de maravillas que nos rodean y que se aprecian en su mayor intensidad, deberiamos de ser más conscientes sobre ellos.
La valentia y la lucha diaria se disfruta con el amor más puro por cada logro conseguido.

Me a gustado mucho.

Un Beso.

Alimontero dijo...

Muchas gracias por abrirnos tu corazón. Ponerse en el lugar de los otros requiere de un esfuerzo Josef..es cierto! y "vivir, como sentir" como el otro requiere de valentía y nobleza de corazón.
Tú lo tienes...;-)

Siempre he sentido una gran empatía contigo y te he seguido por mucho tiempo...que no sea fluida la comunicación no significa que no estemos conectados.... es lo que me pasa contigo...;-)

Ahora, en la realidad de la vida, agudizar los otros sentidos es un regalo.... disfrutar del silencio te lleva a conocer otras dimensiones, tanto tuyas como de los otros....percibes las sutilezas...;-)
Como alguien te sugirió, yo escribiría, "el día que realmente nací para vivir".

Besos,

Ali

Anónimo dijo...

Dicen que el amor es ciego, sordo y mudo, y el amor que nos acepta tal cual somos es el más puro y verdadero.
Gran relato José, un canto a la esperanza.

Besos.

Dejame que te cuente dijo...

Vivo on una persona on sordera parcial..
a lo largo de estos casi 30 años de vida en comun...he sido testigo de como poco a poco ha ido aislandose del entorno...
la sordera le ha vuelto agrio de caracter, desconfiado, aislado...

entiendo lo que dices...y cualkier problema por pequeño que aprezca...puede condicionarnos la vida si no lo sabemos asimilar...

interesante este post...que como puedes adivinaar...me afecta considerablemente...

un abrazo

Maga h dijo...

Aplaudo de pie. No será necesario que escuches mi bullicioso palmeo, que valga mi gesto y la emoción.

Chapeaux Josef!

Soy fonoaudióloga y se muy bien lo que significa la perdida de audición, mucho mas allá de la medición cuantitativa de la misma.
Es un texto que guardaré.

Abrazo

Lara dijo...

Un gran relato lleno de emotividad.
Muuuuuuuuuacks!

Belén dijo...

Perdiste cosas pero seguro que ganarías, ¿no?

Besicos

ybris dijo...

Emotivo y certero, amigo.
Cuando sentimos que algo nos falta hay que compensarlo profundizando en lo que tenemos.
Compartí estudios con un ciego que acabó las carreras de Económicas y Derecho y que se partía de risa viendo mi incapacidad para discriminar los puntos del alfabeto Braille. Cuando se ponía comunicativo intentaba explicarse lo que sentía tocando lo que no veía.
Todo nuestro apoyo a los incapacitados y toda nuestra capacidad de asombro por su modo de vivir la vida.

Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

El autor Josef es ALGUIEN MUY GRANDE.

MI APLAUSO Y MI RECONOCIMIENTO.

Saludos.

Juan Luis G. dijo...

Hola Josef.

Por desgracia, el poder disfrutar de todos los sentidos muchas veces no equivale a saber apreciarlos en toda su dimensión. Tienen que pasar cosas para que por fin "despertemos".

Saludos.

Trini Reina dijo...

En ese silencio "impuesto" se engrandecen más el resto de los sentidos. Eso me parece, aunque es duro dejar de ori algunos sonidos y vivir forzosamente en el silencio.

Este relato trasmina alma, alma del autor.

Abrazos

María Gladys Estévez dijo...

Que delicia leerte... me gustó el relato... a veces el silencio puede ser tan hermoso como los es el amor más inmenso del mundo!!
besos

F. J. Zamora dijo...

Mestro de la palabra, sabia que habia algo en ti que te hacia grande, que esa musica que llevas siempre dentro nos la dabas en forma de letras , de historias que nos hacian bailar esa danza.
Nos has dado una leccion de lo grande que nos podemos hacer ante un problema, que se puede seguir , gracias amigo, mil gracias.
Un abrazo y por favor sigue sintiendo la vida sigue llenando el silencio.
namaste

Anónimo dijo...

Coincido con Toro; Autor: Josef un GRAN ser humano!
Josef, esta historia es de las mas bellas que he leído (y bien sabes que soy seguidora y amante fiel de tus relatos), llena de sentimientos y una enorme capacidad de describir sensaciones.
Belleza pura, en su máximo estado!
Depeche mode (una de las bandas que admiro mucho) ya lo dijo a modo de canción: "Disfruta el Silencio".
Un beso o 2!

Amig@mi@ dijo...

Si vieras como te entiendo Josef...
Padezco trauma acústico.
Imagino que poco a poco perderé más y más oído.
Tampoco quise informarme mucho.
Un abrazo

Aniquiladora dijo...

Perder el sentido auditivo te habrá llevado a desarrollar aún más los otros sentidos. De algún modo, la sensibilidad aumenta y ahora puedes percibir otras sensaciones de forma más intensa a través de la visión, el gusto, el olfato, el tacto...
Es una historia un pelín triste, narrada con dulces palabras.

Besos.

Rosario Robredo dijo...

Tal vez apreciamos mas lo que es conservar la audición leyendo tu hermoso relato!!!

Buen día.

Un abrazo

MTeresa dijo...

Es un relato tan real
que me estremezco,
tan repleto de sensibilidad
que me pongo en tu lugar
y tan lleno de esperanza
que es un inicio de vida.
Un abrazo

Asun dijo...

Creo que es un ejercicio que deberíamos practicar todos alguna vez en nuestra vida para así poder apreciar lo que tenemos y al mismo tiempo experimentar con mayor intensidad otro tipo de sensaciones. Descubriríamos muchas e importantes cosas.

Un beso

lichazul dijo...

FELICITACIONES JOSEF!!

humanismo puro y muy bien plasmado

ten una semana preciosa
besitos de luz

matrioska_verde dijo...

felicidades por tan conmovedor texto... no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos ¿verdad? y tampoco sabemos lo que nos perdemos cuando lo tenemos todo y no reparamos en cosas que de otro modo no se nos escaparía.

biquiños al oído.

panterablanca dijo...

Dicen que no hay mal que por bien no venga, y viceversa. Nunca sabemos realmente lo que es bueno o malo en esta vida hasta que nos pasa. Aunque por otro lado, creo que ver una cosa como positiva o negativa depende más de la disposición del afectado que de la cosa en sí misma. Y me alegro de que hayas dado una visión tan positiva de este asunto.
Me gusta la música que has puesto, mucho.
Besos selváticos.

Carmen dijo...

el autor ha tratado de ponerse en su lugar e imaginar algunas de sus sensaciones primarias, con mayor o menor éxito...

Josef, has conseguido además de meterte en su piel, vivir intensamente esas sensaciones primarias, yo diría que de forma insuperable

emocionada te aplaudo

besos

JOSH NOJERROT dijo...

No es irremediable que lleguemos a vivir todas esas pequeñas grandes cosas a las que no siempre prestamos atención, inmersos en las prisas cotidianas no saboreamos los olores, no vemos los colores, no sentimos la luz de la luna, no oímos a nuestro alrededor todo lo que nos tiene que decir y solo cuando se nos arrebata, nos damos cuentas de la verdadera dimensión de esas pequeñas grandes cosas que no deberíamos dejar pasar. Disfrutar del momento y en su momento con todas las posibilidades a nuestro alcance hará que no sintamos mejor, magnificas letras...


Abrazzzusss

Unknown dijo...

Vuelvo de nuevo como te dije hay muchas cosas que leer aqui, muchos temas , muchos sentimientos también , como en esta entrada... Siempre he pensado que la peor incapacidad es aquella que padecen algunos de los llamados no incapacitados...he compartido mi vida con alguien que padecia entre muchas cosas casi ceguera total, nunca me gustó llamarlo incapacitado o minusvalido o invidente, porque él más que nadie me enseñó a mirar y a ver...y él mejor que nadie me vió...
La vida que es muy dura... yo también hice ese mismo ejercicio un día ya muy lejano pero vendandome los ojos y poniendome en el lugar de él...
Gracias por esta entrada , gracias...

Mar dijo...

...La vida no se detiene...

Increíble cómo has relatado la falta de un sentido: el oído.
Se pierden muchas cosas hermosas, que tú muy bien has descrito, pero le has dado más valor a otras que podían pasar desapercibidas.

Gracias por compartir tu experiencia con nosotros.

Un beso.

✙Eurice✙ dijo...

Muy bien descrito, la perdida de cualquier sentido siempre es traumática, no sé que sería de mi si no pudiese escuchar la música, sino pudiese ver el mar, sino pudiese acariciar la cara de mi hijo, sino pudiese oler las flores, sino pudiese sentir el gusto de un helado en verano.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Un relato conmovedor, es verdad que los ruidos nos distraen en muchas ocasiones de lo fundamental.
En ese silencio extremo se aprende a escuchar otras señales que antes pasaron desapercibidas, a hablar con el corazón, y seguro que una mirada de amor y una caricia valen más que un "te quiero" pronunciado y escuchado.
Muy buen texto, amigo.

Un abrazo.

Cora dijo...

precioso, los sentidos son los que nos guian, nos mueven...

un besazo de Cora

Dama dijo...

Y todo un privilegio ser lectora de una persona así Josef. Muchos somos los que padecemos minusvalías psiquícas no siendo capaces de llegar a conocer nuestra existencia.

Un beso enorme lleno de cariño amigo. Gracias siempre por tus palabras.

VeroniKa dijo...

Josef sabe mas que nadie acerca de los sentidos.

Wilhemina Queen dijo...

En una mañana extraña, ni gris ni luminosa, me has sacudido Josef, y desde la distancia, te doy una abrazo silencioso, porque como dices, la fuerza del silencio a veces tiene más fuerza que mil palabras.
Se te quiere y admira!

NDEH dijo...

Tu si que eres un maestro... amigo mio.
Todos tus escritos... impactan de lleno en la linea de flotación de tus lectores.


Abrazos de corazón.

Unknown dijo...

dejar fluir los sentidos puede ser maravilloso..
gracias por hacer que piense en eso!!

besosss

Zayi Hernández dijo...

Muy hermoso. Me has llegado...Yo tengo problemas musculares, vivo con dolor la mayor parte del tiempo y la que no vivo con dolor, la disfruto como dudosamente lo haría cualquier otra persona.
Te comprendo porque desde que tengo esta limitación, he aprendido a disfrutar la vida de un modo distinto, ya no doy las cosas por hecho y sé que NADA ni NADIE vale la pena lo suficiente como para amargarnos la existencia que tenemos para vivir plenamente la felicidad...hay mucha gente que aspira mucho de la vida ( yo era una) , ahora sigo aspirando pero entre mis listas de prioridades siempre está en el encabezado: "Que hoy no me duela nada, por favor y si me duele, que sea tolerable".
Un beso cielete y ánimo!

Soledad Arrieta dijo...

Josef, esta entrada, no sólo me encantó, sino que me conmovió muy hondamente.
Me alegra haber llegado hasta aquí.
Cariños!

Anónimo dijo...

Hola José!! Maravilloso amigo. Me quedé sin palabras. La senssibilidad que demuestra el texto hace que te admire no sólo como escritor sino como aquello que es más importante,como ser humanao.Felicitaciones.
Besosssssss

fgiucich dijo...

Un ejercicio de alto grado emocional. Abrazos.

iliamehoy dijo...

Perder unas capacidades, para ganar otras... es de justicia.
Tu relato conmueve y alienta y sobre todo, sobre todo, despierta la conciencia.
Una sonrisa

Verbo... dijo...

para empezar a escuchar el interior.

besos.

Eritia dijo...

Estupendo texto, y enhorabuena por haber sido capaz de realizar el ejercicio que nos describes con tanta sabiduria y sensibilidad. Esta sociedad es tan cruel con los humanos y en especial con las personas que padecen algún tipo de limitación, que poder comprobar que otros aprovechan con ventaja las mismas, no hace más que engrandecer al ser humano.
Enhorabuena de nuevo. Te agradezco enormemente tus visitas por mi casa y tus comentarios.
Besos. Eritia

Sue dijo...

Yo me estoy quedando sorda...

soy beatriz dijo...

Hola Josef. Estoy con problemas para conectarme a internet desde mi casa. y en mi trabajo es un poco complicado. Este post merece que te haga un buen comentario.
Volveré, compartiendo con Josef, las diferencias diferentes que tenemos. Un beso grande.

Anónimo dijo...

Realmente muy lindo, me emocione cuando lo leia, en apreciar las cosas sencillas de la vida es algo en lo q estoy muy de acuerdo y pocas personas se dan cuenta porq viven tan dentro de su mundo.

Ah gracias por lo q decis de mi cuento, y eso q no es uno de mis preferidos, aun tengo q corregirle algunas cosas :)

besos
Deni.

Rossy dijo...

No había leído este relato, y me ha conmovido mucho. Eres un sol, Josef!

Tenemos tanto que aprender de lo que perdemos, ojalá todos hiciéramos ejercicios parecidos y aprendiéramos a valorar las cosas pequeñas que pueden llenar nuestros sentidos.

Hermoso!!!

soy beatriz dijo...

Te debía este comentario, querido Josef, y ojalá que llegues a leerlo ya que esta entrada es bastante antigua.
Sé de qué hablas, conozco la valoración de todas aquellas cosas que a simple vista o a simple oído, nos rodean y las damos por descontadas.
Mi piel te entiende, entiende tantas ausencias y rechazos. Ella ha vivido por mí y ha sufrido por mí. Literalmente ella que padece una enfermedad incurable... te entiende. Un abrazo muy muy grande!!

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