miércoles, abril 14, 2010

Natalia…

Veo el mundo desde las ventanillas de mi coche; y llueve. La gente se protege bajo los paraguas, unos chicos corren a refugiarse en unos soportales, y Natalia no está.

Cuando teníamos diecisiete montábamos en mi moto Ducati; y me gustaba sentirla allí, detrás, aferrada a mi espalda. También me agradaba ir a esperarla cuando salía de la academia donde estudiaba mecanografía. Después íbamos a la cervecería Cruz Blanca, y tomábamos unas buenas cervezas. El efecto de la bebida en mi cerebro relajaba mis músculos y una especie de flojera tendente a la sonrisa, y en la cual percibía mejor las mañanas soleadas de primavera y el semblante de Natalia, afloraba en mi ser. De pronto me hallaba inmerso en medio de una luz desbordante y viva; y Natalia ya no estaba.

Ahora percibo todo en tonos más grises, será porque ella ya no está y siento nostalgia, o quizá se trate de la vista, que al irse desgastando pierde su brillo interior y lo nuevo deja de serlo.

El pasado fin de semana por primera vez salí de mi refugio y escribí iluminado por la luz del sol. Pensé en cuando corría – sí, en cuando era un atleta – y corría por los campos de mi antiguo colegio hoy ya rodeado de edificios y civilización. Entonces veía pasar el mundo desde las ventanillas de mis ojos, y todo era brillante y prometedor.
No digo que hoy haya dejado de serlo. Apelo al pensamiento positivo. Solo que ya no estoy con Natalia; lo cual tampoco me importa porque Natalia acabó cautivada por el atractivo que mi hermano desplegaba para internar a las personas en su maravilloso mundo de felicidad y color. Puedo contarlo porque yo también caí y viví rodeado de su fantasía y realidad, o al revés. Mi hermano era especial para lograr ese difícil arte de subyugar... y lograr que uno tuviera lo que nunca tuvo. Puesto que yo nunca tuve una moto y Natalia si existió fue entre los brazos de mi hermano, pero como él me quiso regalar, por capítulos, parte de sus sentimientos más nobles, la viví como si hubiera sido mía, y la soñé a mi lado tantas veces como si hubieran sido realidad.

Luego Natalia se fue a algún lugar con mi hermano. Algunos dicen que murieron, pero yo sé que eso no es cierto. Ella está viva y con una familia en algún lugar del planeta; en cuanto a mi hermano, todo lo que puedo decir es que el próximo quince de mayo, cumplirá los cincuenta. Quizá por eso lo estoy casi celebrando mientras afuera la lluvia no cesa. Aunque ya no es lluvia, pues en el caso de serlo, mi hermano me habría anunciado que se trata de una lluvia de meteoritos, y habría montado una gran fiesta en el sótano de casa. A la cual habría acudido Natalia, Cristina, Paz, Carlos, César, y todas aquellas personas que una vez, hace ya tiempo, marcaron una etapa de nuestras precoces, breves y felices vidas en la Tierra...

José Fernández del Vallado. josef, abril 2010.

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29 libros abiertos :

Julia Hernández dijo...

Son esos recuerdos que se quedan para siempre. Y las personas acunadas en la calidez del corazón se hacen eternas. La lluvia lleva pero tambien regenera y da vida. Muy hermoso. Un abrazo grande. Espero que estés bien.

lanochedemedianoche dijo...

Qué lindo josef, esos recuerdos tan nítidos que regresan y lo expresas así con mucho cariño y añoranza.

Besos

Topacio dijo...

Siempre que te leo me quedo muy pensativa. Este texto no es menos que los demás y me ha gustado como has ido cambiando de la realidad a la imaginación, de la vida en la Tierra otro estado, o tal vez lugar…

Besos.

Xiomara dijo...

Suspiro cuando flotan mis ojos devorando los vocablos que van en el vagón de la esencia donde el corazón late con fuerza…el techo gris anuncia lluvia que cae como recuerdos…en senderos que ahora recorro se pasean arrastrando notas de melancolía…pero luego se visten del verdor de la eternidad que a la efímera vida le confiere el amor…besos

khepri dijo...

La memoria tiene esa magia especial que solo se puede comparar con los sueños aquellos que logran llevarnos a los lugares más increíbles y junto a las personas imposibles, me encanto tu relato, y toda esa lluvia… besitos.

Lara dijo...

Excelente relato Josef que me ha hecho sentir muchas cosas.
Muuuuuuuuuuuacks!

ybris dijo...

Revelador y magnífico final como recuerdo a los que marcharon.
A aquellos que "marcaron una etapa de nuestras precoces, breves y felices vidas en la Tierra..."

Abrazos.

María Gladys Estévez dijo...

Ternuras de juventud. Sueños como la vida porque alguien dijo, que la vida es sueño.
Capas de cebolla se van dejando atrás, lo mejor de todo , es que en el ahora, nuestro interior, se ha enriquecido y, poblado de sensaciones tan vibrantes como las de antes.
besos

Novicia Dalila dijo...

Así se llama mi hija... Y también es de las que dejan huella :D

Un beso, Josef

Carolina dijo...

Mi querido Josef, quedo fascinada con la historia. Esos recuerdos que nos marcan, que nos dejan un buen sabor a boca... y que vale la pena tenerlos en ese cofre que guardamos en el corazón y dejarlos aflorar, para cuando la nostalgia nos atrape, dando paso a revivir esa frescura de momentos imborrables.

Extraordinario.

Un fuerte abrazo amigo mío.
Muchos besos.

F. J. Zamora dijo...

Aqui tambien llueve y no cuesta trabajo imaginar el mundo al otro lado de la ventanilla, poder sentir el aire en la cara mientras vas en moto y la sientes detras.
Ansiar un amor .
confieso que noto un tono de añoranza por lo que no volvera, por lo que duerme en nuestra memoria , deseoso de ser despertado, por ese amanecer llamado recuerdo.
Un abrazo amigo

NDEH dijo...

Ay amigo mio... tienes todos los sintomas de una linda nostalgia.

Nostalgia que has traducido al lenguaje maravillosamente de escritor y...
¡puñetas!
¡me la has contagiado!

jejejeje

Un gran abrazo Josef...

Amapola Azzul dijo...

Me ha encantado, ! cuántos sentimientos¡.
Me ha gustado compartirlos.

Isabel dijo...

Un relato precioso, cargado de recuerdos y añoranzas. Un beso

Jose dijo...

Un gratificante bello relato por ser con tanta nitidez recordado.

Es lo que me has provocado que recuerde esos tiempos, donde podías tomar el aperitivo en esa formidable Cruz Blanca con esos grandes humoristas Tip y Coll.

Cora dijo...

una entrada preciosa , con tristeza como melancolia...
en este dia de lluvia

un besazo de Cora

TORO SALVAJE dijo...

Cuantas historias nos has regalado.
Que prodigio de imaginación.
Y que bien escrito.

Saludos.

HUMO dijo...

La verdad?, es un encanto leerte!
Besos!

=) HUMO

Pd: me encantó eso de observar las vidas por la ventanilla, siempre me he preguntado cómo es su mundo ajeno al mio, cientos de coches que me rozan, adónde van, que pasa por sus mentes en el exacto momento que yo los observo y quién además nos mueve con sus hilos?!

=)

soy beatriz dijo...

Ah!! bendita lluvia de inspiración!!! hermoso relato o debería decir retrato...no se si tuyo, pero seguro espejo de muchas realidades muy parecidas.
Me encantó...muy bueno!!! Con mucha nostalgia de esas que te provocan una sonrisa de ternura!!!
Un abrazote!!!!

Wilhemina Queen dijo...

me gusta leerte, y aunque no siempre dejo mensaje, quiero que sepas que paso por aqui, siempre, generalmente en silencio.
mil besos!

fgiucich dijo...

Cuando la lluvia nos va salpicando de recuerdos, el pasado es como un presente marchito. Muy buen texto. Abrazos.

Marina dijo...

La vida puede ser también una mirada desde una alcantarilla, más o menos eso dijo Alejandra Pizarnik, y todo depende de nuestra "forma de ver". Eso es lo que demostraste en tu relato, una mirada inmensamente bella.
Un abrazo.

Janeth dijo...

Mi querido Jose una magnifica historia, relatada solo como tu sabes hacerlo, llena de momentos bonitos, recuerdos que viven en tu memoria y que tan calidamente nos enseñas a nosotros tus lectores, me encanto gracias por compartir

Zayi Hernández dijo...

Llevo días metida en la nostalgia...en nostalgias buenas como ésta...Hay etapas de nuestra vida que se quedan para siempre, supongo que la idea es que como no se puede retroceder el tiempo, ni vivir dos veces una misma historia del mismo modo...tenemos que vivir cada instante como lo que es: irrepetible.
Un beso.
sigo estando acá para leerlos.

Belén dijo...

Tienes razón, hay gente que no se muere, sólo cambian de escenario...

Besicos

Seo dijo...

una entrada muy emocionante...pero a veces los recuerdos pesan mucho

un beso

roxana dijo...

buen fin de semana!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1

matrioska_verde dijo...

¡como se trastocan los recuerdos con el paso del tiempo!
biquiños,

Belkis dijo...

Los recuerdos y añoranazas no hacen daño, de vez en cuando, traen solaz y esparcimiento a nuestras almas. Tus relatos son muy buenos Josef, supongo que mas de uno nos vemos reflejados en más de alguno de ellos.
Que tengas un feliz descanso de domingo.
Un abrazo

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