domingo, mayo 16, 2010

Días de fiebre y delirio.


He pasado dos días con una fiebre de cuarenta; percibiendo como la vida y mis fuerzas se me escapaban por el bajo vientre de la diarrea que he sobrellevado.
La vez que estuve nadando cerca de los lobos marinos en Paracas, si no me mordieron, fue porque puse peor cara que ellos. ¡Dios! El agua estaba tan fría. Al salir no se me ocurrió otro remedio que exponerme dos horas al sol y la combinación frío-sol, fue como si una bomba impactara en mi línea de flotación.

Hoy, maltrecho, pero casi recuperado, siguiendo un tratamiento de antibióticos, viajo al distrito de Marcona; y no voy solo. A mi lado está Ana, mi querida Ana; enfermera y salvadora. Además, es un placer no encontrarse solo haciendo frente a un desierto que mediante su sola aridez, impresiona.
Son cerca de las siete de la tarde y la oscuridad comienza a afianzarse. El autobús desciende las laderas de una loma y la claridad de lo inhóspito en la penumbra resulta tan transparente que puedo presenciar los contornos de la inmensa explanada, y no finalizo de asombrarme ante la cantidad de espacio inhabitable que todavía escapa a las manos del hombre. Y, sin embargo, más allá, descubro las flamas anaranjadas y azules de los yacimientos de cobre y hierro que, alimentados por capital Chino, florecen en el desierto.

San Juan es una ciudad, en cierto modo, similar a las del antiguo Oeste americano. Repleta de mineros peruanos que viven en el interior de unos barracones de apenas cuatro metros por doce y ni un solo chino; ellos son los jefes pero apenas salen de la mina. ¿Donde están y qué hacen? Ignorar el mundo que les rodea. Todo el abastecimiento en recursos y alimentos les llega importado desde su país. Resulta evidente, mediante su política discriminatoria, el odio que se han granjeado se deja sentir de inmediato. Ni un solo habitante de San Juan habla bien de ellos. Alegan que se llevan toda la materia prima a Asia, y no dejan nada a cambio; es decir, una mínima ayuda para hacer más confortable y rica la zona. Lo malo es que nada de lo que dicen es irreal o inventado, son gente increíblemente honesta y cordial.

Hay una serie de locales donde alimentarse resulta tirado; e incluso, un mercadillo funciona a destajo algunos días de la semana.
Agotado, o más que nada deshecho (todavía temo que mis intestinos se desintegren) entro en el diminuto negocio que Ana escoge para los dos, nos acomodamos, y antes de que pueda negarme estoy degustando un agrio pero a la vez delicioso cebiche de pejerrey.
Después vamos al hotelillo donde nos hospedamos, y algo más tarde, nos mezclamos entre el ligero barullo de un festejo que organizan en el pueblo. Me presenta a su hermano; trabaja en la mina y no es precisamente hablador. Por último, agotados tras bailar y reír nos vamos a ¿dormir? No, para qué...

Al día siguiente decidimos ir a Nazca; queda hacia el norte. El día anterior, viajando desde Ica, pasamos al lado de la famosa explanada donde están las líneas, pero era al atardecer, y como es lógico el autobús de pago no se detuvo.
¿De qué forma viajaremos? Lo decide Ana, que se las sabe todas. Sencillo, en un viejo y maravilloso Buick Intercontinental de los años cincuenta. ¡Y vaya! Me doy cuenta enseguida. Montar en un cochazo así es casi lo mismo que subir a un avión.
Más adelante le propongo alquilar una avioneta, pero aparte de que el chófer del Buick nos informa de que salen por un ojo de la cara, ella no parece decidida a volar. Y lo que quien me ha salvado la vida dictamina, se cumple. La alternativa resultante es detenernos junto a un mirador desde el cual, bien que mal, mis expectativas resultan complacidas. El viaje de regreso es incluso más espectacular que el de ida. El Buick, averiado, nos deja tirados en medio del desierto.
Hacemos auto stop y nos recoge un trailer impresionante manejado por un camionero agradable.

Una noche más y parece que mi estómago vuelve por sus fueros. A la mañana siguiente, tras una velada sin desperdicio, viajamos a la costa. Bueno, en realidad ya estamos en ella. En San Juan, en su Bahía de San Nicolás, se encuentra el puerto interoceánico utilizado para el transporte del mineral.
De todas formas Ana me comunica sonriente que en la zona hay magníficas playas desiertas donde bañarse.
Alquilamos un taxi por horas y según nos abrimos paso por caminos sin asfaltar – casi para 4x4 – me doy cuenta de la inmensidad abandonada de costa que existe en El Perú.
Al fin, abriéndonos paso entre la polvareda amarilla del camino, en medio de un día brillante, con un cielo azul oscuro extraordinario, el coche se detiene en un lugar determinado. Pagamos al chófer la mitad de lo convenido y concertamos un plazo de cinco horas para que vuelva a recogernos.

Caminamos un par de kilómetros hasta escuchar el murmullo precioso e inquietante de las rompientes. El graznido de las gaviotas y algunos... ¡albatros! Conforman el panorama de una playa salvaje y misteriosa que de pronto surge ante mi vista.
De forma espontánea mi estómago está limpio y curado, Ana envuelta en un vestido de suave tela azul parece una ninfa oceánica, el agua en cambo sigue estando ¡helada! y las olas revueltas, parecen garras prestas a devorarnos.

Resguardados por la sombra protectora de una roca, dejando que el olor de la sal y las algas marinas nos impregnen, nos tumbamos boca arriba en la arena y nos relajamos hasta caer en una siesta apenas interrumpida por unas veces breves y otras, pausados besos de amor y placer que por unos instantes me hacen olvidar mi condición de débil y terreno ser humano. Me encuentro en el Perú de las multiplicidades: de las selvas impenetrables, de los picos como atalayas, donde florece el lago más alto del mundo, y existen volcanes y seísmos terribles. Estoy en el arisco y hermoso Perú.


José Fernández del Vallado. josef. mayo 2010.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

35 libros abiertos :

TORO SALVAJE dijo...

Hago más turismo aquí que en mis vacaciones.
Es como si ya lo conociera.
Excelente.

Saludos.

Anónimo dijo...

ainsssssssss Perú...

Genial!!!!

Un besazo

Lara dijo...

Gracias porque aunque se virtualmente me has llevado a esa playa.
Muuuuuacks!

Arwen dijo...

Me encanto pasearme por esa playa...y por tus bellas letras querido amigo...debe de ser bellisimo viajar así con tan buena compañía y conociendo mundo...genial el relato, besitos cielo...

María Gladys Estévez dijo...

Hermoso relato como todos... felicidades.
besos enormes

Unknown dijo...

Hola Josef, soy de Peru me ah encantado la forma como describes lo hermoso que es y tambien la triste realidad, el miedo domina cerebros cansados y adormitados. pero eso no define su alma se que te diste cuenta que son personas que tienen mucho que dar, mucha sabiduria que comunicar pero el odio irracional que se ha sembrado separa a las personas, hay mucha magia aqui en Peru amigo hay mucho saber incomunicado y tristemente hay muchos sueños truncados, pero no es escusa se q en todo pais hay dificultades y el que uno diga que no cumplio su sueño porq es de tal o cual pais esta de mas.

Las sombras caen sobre esteras
que cubren la belleza y el sonido poetico
de una quena te despierta.
el alma halla cobijo en mi pais.
y eso me gusta.....

Arwen dijo...

Fantástico Josef, gracias por acercarme a esas hermosas playas y a tanta belleza como se respira.

Un saludo.
Arwen

iliamehoy dijo...

Emocionante recorrido. Siempre es emocionante compartir un viaje. Gracias por llevarnos de la mano por playas, minas,contradicciones y sobre todo... vida.
Una sonrisa

fgiucich dijo...

Muy buen relato!!! Abrazos.

lichazul dijo...

que bien describes y relatas
es como si nos llevaras de la mano en cada detalle

Felicitaciones Josef!!

uno se entretiene y visualiza las situaciones

besitos de luz

César Sempere dijo...

Expléndida descripción del paisaje.

Viajar sin salir de casa.

Un saludo,

lanochedemedianoche dijo...

Josef que linda aventura por esas playas paradisíaca de Perú un país para recorrer y conquistar, te felicito muy linda entrada y bien narrada.

Besos

matrioska_verde dijo...

¡guau que lugar!

todo te lo envidio excepto ese malestar corporal, claro está.

biquiños,

Ricardo Miñana dijo...

Muy bonito el texto un placer
pasar por tu bonito blog.
feliz semana.

Sue dijo...

No conozco Perú, pero me encanta acercarme a lugares que no conozco de la mano de personas como tú, que lo describen tan bonito.
Pues gracias.

Sue dijo...

Por cierto, fui una apasionada de la Beat Generation.
No sé bien por qué, supongo que porque derrochaban libertad.

Alhena dijo...

Visitar Perú es uno de mis sueños y tú, hoy, me has acercado un poquito a él.

Gracias y un abrazo.

Amapola Azzul dijo...

Es un placer dejarse trasnportar a los lugares que nos muestras con tus relatos.

Asun dijo...

Yo creo que hoy dormiré arrullada por el sonido de las olas.

Besos

dijo...

Y yo aprecio mucho tu visita y tu tiempo para escribirme, muchas gracias.

Es un gusto leerte.

Espero que estés bien.

Ten un feliz inicio de semana.

Besos! :)

Jose dijo...

Me encanta el mar con sus pardisiquiatricas playas,pero más me encanta correr esas aventuras, pues al leerlas crees que es una realidad la que estas viviendo.

un saludo

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!!
Qué pena la fiebre, pero si esta Ana, se que te cuido bien, espero que puedas ir a Machu Pichu es otro de mis sueños.....que seas feliz y se pase la nana.
Buen domingo y un abrazo de oso.
PD:te quiero presentar a Emilio.

Lolítica dijo...

Estoy haciendo otro blog con una amiga aunque sigo con el mio. Te invito a pasar.

http://la-mejor-vibra.blogspot.com/

Susi DelaTorre dijo...

Pues yo, que soy de natural viajera, aunque con más ganas que realización, he encontrado la excusa perfecta para acercarme o, por lo menos soñar con ir a ése lugar.

Tan bien lo has descrito, con sus claroscuros...

Y pasando de tus episodios... ejem... de salud y bienestar,
el resto de la aventura
la anoto en mi lista
de " viajes pendientes".



Saludos Josef!

campoazul dijo...

Muchas gracias por enseñarme parte de Perú, pues no lo conocía..., tu descripción es tal que cuando vuelva en cuerpo ya sé que no me tengo que bañar en el agua tan fría. ¡Claro está! A menos que conmigo esté un enfermero eficiente que me cuide tanto como a ti te cuidó Ana...

Besitos.

Angeles dijo...

Eres un guía excelente!
Gracias por el viaje.
Un beso

Amanecer* dijo...

Hola José, sé que no te comento nunca, aunque te leo a menudo. Gracias por tus visitas a mis blog.

Tu relato ha sido un bonito viaje, que parece como si estuviera allí, presente, bueno a decir verdad, me he sentido bastante identificada con el protagonista, y no sabes cuanto.
Pregúntale a sus intestinos. :)
De todas formas, aún así disfrutó de ese viaje tan maravilloso.

Un besote.

Para tus noches... dijo...

Me haces recorrer tus lugares y disfrutarlos o penarlos al mismo tiempo!
Mirá que casualidad este fin de semana estuve en San Juan una provincia de Argentina donde conocí un lugar llamado el valle de la luna (justamente el nombre porque dicen que tiene el aspecto de la tierra lunar)
No puedo comprobarlo(jamas estuve en la luna jaja)
Pero realmente el lugar tambien es tan inhóspito, hay tanta desolación que asusta y alivia al mismo tiempo!
El frío tambien calaba mis huesos ya que noo habia llevado demasiado abrigo!
Fue un fin de semana agotador pero valió la pena, al igual que tu relato excelente!
Me queda un sueño, bueno muchos mas en realidad, conocer Perú es uno de ellos!
Besos y abrazos JOSEF!

fonsilleda dijo...

Me pasa lo que a Toro, casi viajo más desde aquí que en la realidad.
Por eso disfruto de los viajes que me cuenta. Como del tuyo.
Gracias.
Bicos.

Amig@mi@ dijo...

Me sentí transportada a ese mundo que al principio pensé era real ¿Lo era?
Un abrazo

Anónimo dijo...

Josef: hermoso cuento el que he leído hoy:-)
Coincido con Toro: hago mucho turismo leyéndote y, eso me fascina porque viajar es mi mayor pasión en la vida!
Gracias por tus cuentos!
Un beso o 2!

Belkis dijo...

Con tus relatos nos transportas por todos los rincones del planeta y nos enseñas parte de la cultura de los diferentes pueblos. Eres además un gran conocedor del ser humano. Tu creatividad es infinita.
Gracias Josef por este disfrute que nos proporcionas día tras día.
Besitos

Alís dijo...

Fantástica manera de describir un lugar.
Me has hecho viajar.

Besos

Unknown dijo...

Anaïs Nin

"Vamos ahora a la Luna. En realidad, no está tan lejos.
El hombre puede ir muchísimo más lejos sin salir de sí mismo"

Has hecho realidad esta frase en mí , hoy...

Clarice Baricco dijo...

Que bonito es que tus letras me llevan de paseo. A veces me angustio, me refiero por lo que cuentas sí hay enfermedad o problemas y otra veces sonrío y pienso mucho.
Es un placer leerte.

Abrazos.

Post más visto

Otra lista de blogs