jueves, agosto 05, 2010

En el aeropuerto. Noche cálida, de pleno verano.


Sigo acercándome. Los pasos quebrados, casi rotos por el paso de un tiempo que parece inexistente.
¿Estoy ya en el aeropuerto? ¿Estoy ya en mi relato?
Al otro lado de las inmensas cristaleras, las aeronaves que cubren vuelos transatlánticos, no cesan de despegar unas tras otras sincronizadas por un radio compás.
No olvido que ayer dejé atrás un cadáver dentro de un relato que tampoco era el mío. Y sé que me costará volver a ubicarme, volver a ser quien una vez fui; el hombre de los relatos. Aquel que inventaba palabras y les daba un sello propio hasta hacerlas identidad.

Detrás de mí hay una chica, no. Todavía no es una mujer. Es joven, como una vez lo fui yo, y parece agradable. No debiera andar sola por estos andurriales. Pero parece que el fashion y la parafernalia del aeropuerto le van. Decido sentarme a su lado, y sin titubear le pregunto a donde se dirige, si es que piensa ir a algún lugar.

Me mira a los ojos. No parece disgustada. Está satisfecha. Descubro que lo que va a hacer la entusiasma.
— Es tu primera vez, le pregunto.
Se revuelve nerviosa, pero no por mí, sino más bien la pregunta. Inclina los ojos, y dice.
— Sí.
— Vas a volar. Hummm… ¿Te llamas?
— Daniela.
— Eso es Daniela. Bonito nombre.
— ¿Y que tal de sensaciones?
— Espléndido.
— ¿Primera vez?
— Sí.
— Algún tranquilizante, ¿ansiolíticos?
— No...
— Vamos, di la verdad. Suéltalo. No te ocurrirá nada.
— Bueno, un par de orfidales.
— Así me gusta, chica buena. Irás relajadita. Te invito a un whisky.
— No gracias, no debería...
— Bah! ¿A qué hora sale tu avión?
— Sobre las doce.
— ¿Las doce? Y llevas aquí desde…
— Las siete.
Le sirven el whisky.
— ¡Cinco horas! ¿Has llegado con cinco horas de antelación?
— Sí... verás... No se lo digas a nadie. Me escapo.
— ¿Te escapas? ¡Ah! Chica mala.
— En realidad me voy al país de mi novio. Mi novio está…
— Y donde está tu novio. Ése noviete tan majo. A ver díselo a tu papá…
— Oiga...
— Qué.
— Es usted un sucio bocazas y un grosero, ¿verdad?
— Yo.
— Sí, usted.
— No. Perdona chica. Hemm... Yo, en realidad solo trato de hacerte la vida mejor.
— Ah sí, pues no sé como lo va a conseguir.
— Mira.
Saco un fajo de billetes de mi billetera, se lo enseño. Y añado.
— Con esto.
Ella permanece un rato pensativa. Luego pregunta.
— ¿Cuánto hay ahí?
— Lo justo.
— Lo justo para qué.
— Para que tus sueños se hagan realidad y te cases con ese mocoso.
— ¿Mocoso? Pues para que lo sepa, no es un mocoso. Es un muchacho inteligente y no un bocazas como usted y…
— De acuerdo, de acuerdo, lo sé. Soy un bocazas. Hagámoslo ya.
— El qué.
— El sexo y luego te doy los billetes.
— Oiga
— Qué.
— ¿Para eso viene usted al aeropuerto? A echarse un polvo con la primera que se encuentra.
Por primera vez la miro con consternación y algo de vergüenza. Y trato de arreglarlo. Si es que hay algo que arreglar.
— Bueno verás. La cuestión es que yo también tengo un viaje a las puertas, pero no es hoy.
— Hoy no.
— No. Resulta que no. Y ella tampoco está.
— No está. Ya... Así que mientras ella no está usted se lo hace con la primera...
— Fulana que me encuentro. ¡Exacto!
Irritada se levanta de la silla.
— Se está pasando de la raya. ¡Me voy!
La agarro de una mano y le pregunto.
— ¿Y qué del dinero?

Cuando salgo de los WC de señoras me siento más relajado, ha sido un buen polvo. Claro que lo siento por ella, no pude olvidar utilizar el truquillo de los volantes del sujetador. Sin duda me puse frenético y se me fue la mano. Pero no, no la maté, no soy un asesino. Y además, este tampoco es mi relato. No sé qué diablos me sucede, ¡no acabo de encontrarlo!
Antes de salir rezo un padrenuestro y un par de avemarías. Las puertas del aeropuerto se cierran a mis espaldas, hace una noche cálida, de pleno verano. Llamo a un taxi.

José Fernández del Vallado. Josef. Agosto 2010.
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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 libros abiertos :

Lara dijo...

Madre mía Josef!!!! ultimamente estás que te sales.
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuacks!

VeroniKa dijo...

y dónde está la parte romántica?
jajajaja
dios qué miedoooooo!

Noelplebeyo dijo...

este psiscopata tiene buena pinta

lanochedemedianoche dijo...

Josef, que tal si seguís así sin encontrarte, me gusta, solo por un tiempo, perdido en ese mundo de pasiones, dinero y mujeres desoladas, este también te quedo genial

Besos

Miguel Baquero dijo...

Es muy buena esa idea que se apunta del asesino que va saltando de relato en relato buscando el suyo, donde dejó un cadáver. Muy bueno.

Miguel Baquero dijo...

Otra cosa: me he bajado tu libro, aprovechando tu amable ofrecimiento, para añadirlo en el e-book que he pedido para Reyes.

Verdial dijo...

Dijistes que te ibas porque te faltaba inspiración, que no sabrías si regresarías.
Has regresado y de que forma, una manera de escribir tuya, pero algo distinta. Me encanta la transformación, la noto más dura pero me encanta.

Un abrazo

María Gladys Estévez dijo...

El estío a veces traiciona la razón
pero bueno es un relato tuyo provocado por la desidia tal vez?
besos

Primavera dijo...

Alaaaaaaaaa el asesino anda suelto por este blog, uff que peligro, bueno le estuvo bien a la chica por ser avariciosa, se quedo sin dinero, sin novio sin nada por tontaaaaaa.
Primavera

Primavera dijo...

Alaaaaaaaaa el asesino anda suelto por este blog, uff que peligro, bueno le estuvo bien a la chica por ser avariciosa, se quedo sin dinero, sin novio sin nada por tontaaaaaa.
Primavera

soy beatriz dijo...

Querido josef, las transiciones de los cambios se sufren. Uno no sabe muy bien quién es, qué quiere. Qué décir y cómo hacerlo. Pero uno ahí va...y hace y como dice el poeta: "Caminante no hay camino se hace camino al andar"...ya encontrarás tal vez otro camino que te satisfaga. Por mi parte, reconozco que es distinto pero tiene tu escencia.
Eres tu, lo demás son condimentos Josef, sigues siendo tu.

Por favor continúa transitandolo que hasta este andar que sientes errático es bello, y siempre da gusto leerte.
Un abrazo fuerte, Sr.ESCRITOR!!!

soy beatriz dijo...

JAJA Bueno Primavera, no estoy tan segura que se haya ido sin nada, tal vez el señor del dinero la dejo contenta!!! Vaya uno a saber no?

Alís dijo...

Muy inquietante este hombre de los relatos... Espero no encontrarme con él.
También espero que sigas sin encontrarte, buscándote de relato en relato, porque te estás perdiendo por unos muy, muy buenos.

¿Era una introducción esa crisis de creación? Empiezo a pensar que formaba parte de un todo magnífico.

Besos

Taller Literario Kapasulino dijo...

Waw Josef... que relato tan intenso. Muy bueno los diálogos!

matrioska_verde dijo...

¡vaya personaje! ¡que tipo!

y ese final religioso le queda al relato genial.

biquiños,

Anónimo dijo...

Josef: a mí me fascinó el relato. Me gustó la osadía del señor y toda la intriga de principio a fin.
Me gusta cómo escribes y lo sabes. No lo digo para que te pongas contento, sabiendo que estás algo para abajo: te lo digo de verdad y con el corazón: eres muy BUENO. AMO tus historias y estas historias que mezclan erotismo, intriga y hasta un dejo de oscuridad: son mis PREFERIDAS.
Un beso o 2 !

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