jueves, diciembre 16, 2010

Hará unos cinco mil años. Sigo Adelante


Foto tomada por el Autor.


Hará unos cinco mil años, no tanto como parece, el hombre decidió abandonar para siempre las selvas y bosques que lo vieron nacer. De alguna forma llegó a un punto en que resolvió que ya era independiente y adulto, y por lo tanto, autosuficiente entre la naturaleza que lo rodeaba.

No se sabe y tampoco creo que se haya estudiado con la debida minuciosidad... por qué dimos ese paso. Todo lo que sé es que según se nos enseña, hubo un progreso y un cambio o una: “humanización” decimos; en la que pasamos de ser cazadores a recolectores.

El caso es que de pronto, un día, salimos de las selvas y bosques y nos fuimos apiñando en poblados cada vez mayores, que durante el imperio romano pasaron a llamarse civitas o urbs. Tampoco sabemos la razón exacta que nos indujo a considerarnos “seres superiores.” Pero hoy esa creencia, ese error milenario, se mantiene y arrastra a nuestra civilización al exterminio, y es y fue clave para que un ser humano enaltecido, se alejara del resto de la naturaleza, dejara de tener la cabeza y los pies en el suelo y comenzara a cavilar en asuntos que le indujeron a desarrollar una faceta quizá más que ninguna otra: La Ambición.

La verdadera cuestión del tema es, lo queramos o no, seguimos siendo animales. Y en ocasiones quizá tan vulgares como el macaco más ignorante. Nuestro mayor error radica en que nos creemos inteligentes, y tal vez solo seamos una pobre aberración de la naturaleza; puesto que ¿qué ser inteligente es aquel que se muestra capaz de llevar al auto exterminio a su propia especie?

Cuando me alejé de la tribu de los Yaguas infectada por el mal monetario, y acompañado por Jorge Luis y John me adentré por primera vez en mi vida en la selva más impresionante, pude darme cuenta de lo lejos – mentalmente – que estamos de los lugares a los cuales pertenecimos. Me bastó una sola mañana y cuatro horas de caminata para, chorreando sudor y felicidad, comprender que el lugar al cual había llegado, una laguna preciosa en medio de la selva, era o también fue nuestra casa. Jorge Luis me devolvió la conciencia y supe que fuimos capaces de vivir arropados en la selva, sin destruirla; de tomar sus regalos con respeto; sin menospreciar o insultar nuestra desnudez, puesto que nuestros físicos, tal cual, siempre fueron bellos y mantuvimos respeto por ellos; y, por supuesto, me di cuenta también de algo esencial: la gran mentira de nuestra sociedad: No se necesita apenas nada para vivir. En cambio, hoy subsistimos bombardeados por océanos de noticias que nos ofrecen ¿avances? De acuerdo. Bravo por la medicina, si es que progresa. Pero ahora mismo por qué nos hace falta tener ¿cámaras, impresoras, relojes, móviles, neveras, ordenadores, automóviles, bicicletas, mp4, Ipad, dvd, televisores, radios, antenas parabólicas, etc...? Por qué tantos cachivaches. ¿Para hacernos felices? Eso no es felicidad, sino enfermedad.

He vuelto a mi hogar en Madrid. Miro esos objetos y me pregunto ¿¡por qué tengo tantas cosas inútiles!?
Ellos me impulsaron a que los comprara y ahora solo valoro una clase de objeto realmente: Los libros. Me permiten soñar, y soñar es una de nuestras cualidades más hermosas. Me detengo un instante reflexiono y con pavor me pregunto: ¿Es cualidad o defecto? ¿Por qué? ¡Ya está! Del sueño a la ambición apenas hay un paso... pero no podemos dejar de soñar sin ser ambiciosos; en cambio, sí se puede ser ambicioso sin soñar. Luego ¿Es la ambición una enfermedad de nuestra inteligencia? Tal vez. Soñar consiste en saborear un estado que te llena, pero sin alcanzarlo, en cambio ambicionarlo es desear convertir ese sueño imposible, en real. La ambición desmedida arrastra a nuestra especie al vacío porque mientras que los sueños siempre podrán existir no así las ambiciones. Me pregunto ¿La ambición es un estado perjudicial y erróneo en sí? Claro que una vez el hombre soñó con llegar a la luna, ambicionó alcanzarla y lo logró. Hoy todavía estamos a tiempo de soñar con un mundo equitativo y feliz, pero la ambición desequilibra el concepto y lo desbarata. Una pena que el hombre sea, por no decir ambicioso,sí un soñador delirante...

Fin del viaje astral...


José Fernández del Vallado. Josef diciembre 2010.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

22 libros abiertos :

Julia Hernández dijo...

Si lo que mueve nuestros pasos es la ambición desmedida, en un mundo plagado de injusticia, olvido, que avasalla a costa del dolor del más desprotegido, de la ingenuidad, adoctrinando, olvidando que somos parte de la naturaleza bastante marcada de forma tormentosa por nosotros, estamos desgraciadamente autodestruyéndonos, viajando a un abismo del que ya nadie nos salva. Excelente José. Un abrazo.grande!

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo la ambicion es mala en el hombre
un beso corazon

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo la ambicion es mala en el hombre
un beso corazon

Ojosnegros dijo...

Hay que soñar y ambicionar lo verdaderamente importante. Estamos metiditos en un círculo espantoso de consumismo y cosas triviales que amontonamos como hormigas sin cerebro.
Me gustó tu texto.
Fíjate, pienso que mi próxima entrada tiene relación con él.
Besos.

josefina dijo...

Me ha gustado mucho lo que has escrito.
La felicidad es muy dificil de conseguir en estos tiempos, nunca tenemos bastante.
Un abrazo

MORGANA dijo...

Así nos va tocayo,mala compañera la ambición.
Cuídate mucho y sé feliz.
Besos.
Espero que te guste mi última entrada.

Arwen dijo...

La felicidad ese oscuro objeto de deseo. Muy buen post.

Besos.

Arwen

Myriam dijo...

ESo, volvamos a la Naturaleza, a lo sencillo.

A tu preg. de por qué tengo tantas cosas inútiles: yo lo soluciono mudándome de pais de tanto en tanto: Eso evita el rejunte de cosas. LO único que lamento son eso sí, las bibliotecas que he perdido en el camino.


Un abrazo

Lara dijo...

Totalmente deacuerdo, seguimos siendo animales pero yo me pregunto ¿racionales?
Muuuuackssss!!!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Quizá debimos queadarnos allá.

Camy dijo...

Sana envidia tengo de una experiencia semejante. allí perdido o encontrado en medio de la selva realmente puede una reflexionar sobre los excesos materiales que tenemos por tener, no obstante, creo que estoy tan acostumbrada a esta sociedad, a una ciudad, que casi seguro no podría volver a los orígenes de esos antepasados que vivían en total en total equilibrio con la naturaleza. Aquí podríamos aprender a vivir y ser feliz con lo que tenemos y no ambicionar más. Ufff.

Carlobito dijo...

Somos un virus, un tipo de animales dañinos... hemos perdido totalmente la conexión con nuestra tierra, esa q les permite a otros animales saber cuando habrá un terremoto o cuando va a llover. Nosotros dependemos de nuestros cachivaches, y nuestros cachivaches dependen de los recursos de nuestro planeta... nuestra inteligencia es nuestro defecto, por ella tenemos consciencia para ir en contra de lo natural, y ambicionar lo innecesario, ambicionar lo superfluo... somos y seremos siempre la enfermedad de este planeta.

Saludos.

Mayte dijo...

La naturaleza humana...me gusta pensar que no esta tan podrida, tus letras son esperanzadoras,dentro de la realidad.

Besiño!

Soñadora dijo...

Casi sin darnos cuenta nos vamos dejando envolver en ese vórtice en que lo material es protagonista.
Me ha gustado mucho seguir tu viaje.
besitos,

Mariluz GH dijo...

Cuando ambicionamos lo verdaderamente importante no es negativo ¿verdad?... sí, yo tam bién me pregunto si lo que yo ambiciono es importante o capricho :(

quiero dejarte un enlace donde encontrarás mi felicitación -de estas fechas- para ti y tus amigos-seguidores Feliz Navidad

abrazo cálido

essaldir dijo...

Me ha encantado lo que has escrito... la forma... el fondo. Si, en verdad somos depredadores de la naturaleza y de nuestro propio bienestar, el apego a las "cosas" es cada dia mas absoluto... como si estas cosas pudieran llenar el vacio de una espiritualidad decadente...
La ambicion desmedida de mas "cosas" claro que es mala... si solo fuera la ambicion por ser mejores, por superar el dolor y el sufrimiento... pero solo es el ansia de cosas...
Sin embargo considero validos los pequeños avances en cuanto a comunicaciones... como herramienta y no como fin.
Y contrariamente a ti... creo que tu viaje solo comienza...

Un Abrazo

matrioska_verde dijo...

sin duda, ese viaje te ha cambiado por completo, te ha hecho mirarte bien adentro y también poner la mirada en la naturaleza... ¡cuanto nos ha dado siempre y que mal nos estamos portando con ella!

interesantes y acertadas reflexines.

biquiños,

Anónimo dijo...

hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


pasaba dejarte saludos amigo mio...
y a desear que a pesar del mal del mundo estes bien....

aqui LA SAU....

:)BESINES QUERIDO.

tanci dijo...

Estimado Josef, el ser humano se caracteriza por is siempre en la búsqueda de la felicidad. Cosa que no logrará en su totalidad. Tendrá moemntos felices y hallará reflejos de esa felicidad. Sin embargo creo que no ha de ser criticable la ambición del avance y progreso. Es estimable, ya lo dices tú, el avance en medicina. El problema mayor está, creo yo, en el reparto de los bienes a todos los niveles. Dando siempre por diferencia países pobres y países ricos. Por otro lado creo y, espero no me lo tomes a mal, que para hacer tan estupendos posts en publicaciones, fotos, contactos etc has tenido que echar mano de "cachivaches" que la sociedad en la que estamos metidos nos ha impuesto. Y que por ende , hemos venido aceptando como necesarios.Pienso que la ambición si que nos ha llevado a un consumismo desorbitado, pero sin embargo estamos echando mano del uso cibernético en una gran mayoría de campos y ya se ven como imprescindibles. Dígase en la investigación, en la medicina etc...
Mi reflexión me lleva a pensar en que el desarrollo de cualquier persona, cualquier comunidad, cualquier pueblo ni debe evitarse por ajenos ni tampoco debería imponerse a imagen y semejanza. Los pueblos sin raíces desconocen su historia...Por ello me parece muy bien el aspecto romántico en el que muchos pensamos cuando volvemos la mirada hacia estos pueblos. Y sin embargo lo pensamos desde nuestros cómodos sillones y nuestras últimas adquisiciones. Y sin embargo hay mucho por hacer, por compartir y por repartir.Para que yo hoy esté cómoda en cierta manera, mis abuelos y también mis padres tuvieron que labrarase un camino arduo de trabajos muchos más fuertes de los que hoy se espera. Y sin embargo ese fue el momento que les tocó vivir.
No sé Josef, sin ánimo de levantar ampollas ni de ser crítica de una manera exagerada. Nos queda valorar los logros que tenemos gracias a los logros de nuestros antepasados. Sin obviar claro está la dimensión del futuro. También quiero un futuro digno sin contaminar y mejor repartido entre todos los humanos. También entre cualquier ser vivo. Pero la naturaleza es implacable y su ritmo es inevitable muchas veces. El desarrollo es consustancial al ser humano. Otra cosa es que el ser humano ha dejado de lado su desarrollo espiritual en pos de un desarrollo económico como la panecea de la felicidad y del éxito. Espero que mis palabras no molesten. Hice una reflexión leyéndote y cavilando tus viajes.Te saludo con afecto.

Belkis dijo...

Pienso exactamente como tu, porqué nos llenamos de tantas cosas inútiles que sólo nos sirven para volvernos locos porque no sabemos donde meterlas. Los libros es lo único de lo que me cuesta desprenderme.
Tu que has vivido la experiencia de tu viaje por la selva habrás notado que tan felices son esas personas con tan pocas cosas materiales. Es que la felicidad no está en esas cosas que acumulamos, la llevamos a cuesta pero no la vemos porque hasta la vista hemos perdido en el camino.
Un abrazo amigo Josef

TORO SALVAJE dijo...

Estamos inmersos en una carrera enloquecida hacia no se sabe donde.
No hay que ser Nostradamus para predecir que todo acabará muy mal.
La tragedia está asegurada.
El tiempo en que llegue es lo único que no sabemos.

Saludos.

panterablanca dijo...

EStupendas conclusiones. Nos ofrecen tener muchos cachivaches para tenernos controlados, cuantos más cachivaches, más tendremos que hipotecarnos, y cuanto más nos hipotequemos, más esclavos seremos del mercado. No quieren hombres libres, quieren marionetas, esclavos.
Me ha gustado mucho esta serie dedicada a tu viaje.
Besos selváticos.

Post más visto

Otra lista de blogs