domingo, julio 10, 2011

Diez días – Diez años.



Pintura tomada de Internet

Llegué de lejos, huía de un mundo que ante mis ojos se había transformado en desconocido y recalé en aquel lugar especial.

Llevábamos diez días juntos. Diez días que colmaron mi vida por espacio de diez años, sin escatimar un instante. Nos bastaba un rincón y un rayo de sol que iluminara nuestros cuerpos para sentirnos privilegiados. Decían que ella ni siquiera era guapa, pero para mi encarnaba a una estrella y daba brillo a la mediocre oscuridad de mi vida; decían que ella era solo una negra sin las oportunidades y ventajas de las blancas que frecuentaban los lujosos locales del centro, pero para mi encontrarme a su lado en un cuchitril lleno de la vida y el sabor de la humildad, significaba mucho más que formar parte del juego de fingimiento de una sociedad desnaturalizada. Recorríamos la isla en un Daihatsu, escuchando canciones del viejo Iggy Pop, recalando en pueblos llenos de muchachos que alegres salían a recibirnos. Creo que fueron los últimos diez días o diez años en los que viví con verdadera inocencia y por lo tanto, sabiduría.
Luego, llegó aquella última mañana, el repiquetear de la lluvia sobre el tejado de Uralita del hostal que regentaba un viejo leproso. Todo sórdido y real... ¡tan pobre! Movimos la cama hasta donde las goteras del techo no podían alcanzarla y permanecimos abrazados. Hacía frío y estábamos en el trópico. Creo que era un frío interno, un frío de pánico a dejar para siempre el verdadero amor estancado en un trozo de tierra en medio de un océano maldito y desconocido, como nuestros sentimientos primarios.
La dejé en la puerta de su casa. No sé si hubo beso de despedida, promesas de un regreso inmediato o lágrimas de aflicción. De lo que sí estoy seguro es de una cosa. Con ella murió mi lealtad.

José Fernández del Vallado. Josef. Julio 2011.
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13 libros abiertos :

soy beatriz dijo...

Hola querido Josef, bello texto, bella narración que deja al descubierto esos huecos que nos deja el amor, por haber pasado o tal vez por no pasar nunca.

Un abrazo grande!!!!

fgiucich dijo...

Te felicito: un texto imperdible, hermoso... Abrazos.

Mayte dijo...

Un texto maravilloso, bien llevado, como siempre he disfrutado...como nunca, desde hace tiempo.

Un beso.

Anónimo dijo...

Genial muestra de la sensibilidad y la esencia de un amor cristalino. Te felicito..... Un abrazo sin fin

Arwen dijo...

Precioso y de una belleza increíble.

Un abrazo.

Arwen

Julia Hernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
matrioska_verde dijo...

ojalá se hubiera quedado con ella.

aunque es un relato breve hace sentir muchas cosas.

biquiños,

Magia da Inês dijo...

♥ •˚。
Amigo,

Tristonho... tão tristonho!...
Beijinhos.
Dila
Brasil

♥ •˚。
°° 。♥。
●/ ♥•˚。˚
/▌
/ \ 。˚。♥

Carlobito dijo...

Una historia de auténtico amor, de esos que te dejan marcado para siempre. Muy buena.

Saludos amigo

Dejame que te cuente dijo...

siempre que te leo me pregunto si tus historias son inventadas...o tienen que ver con experiencias vividas...
si son producto de tu imaginacion...tu imaginacion es un portento...
si son producto de tu vida...tu vida es una pasada...


un abrazo

AdR dijo...

Sigues ambientando tus relatos tan bien que parecen siempre reales, sobre todo los lugares que narras.

Un abrazo

Wilhemina Queen dijo...

Había dejado un comentario pero no salió. Va de nuevo.

¡qué lindo sería poder escribir así de bien como vos!
un abrazote!

Leidy G. dijo...

Hace mucho no pasaba por aquí y está genial.

Sólo me quedó la duda de la sabiduría :D.

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