lunes, agosto 22, 2011

Tras el Abismo...


Imagen tomada de Internet.

Siempre fui incrédulo, nunca pensé que podría suceder. Pero ahí estaba, agobiado por las cadenas, formando parte de una interminable columna de hombres y adentrándome en un valle de tierra helada y gris; casi negra.Socavada por hoyos profundos y oscuros de los que surgían humaredas de sulfuro.

No... No sabría describirlo. Eran más bien de un tono amarillo, como en los volcanes. Sólo sé eso. Recibiendo latigazos de seres desfigurados con aspecto de minotauro. ¿Era aquel un planeta diferente? Y aquella, ¿una nueva vida? Nadie hablaba. O sí... lo hacían, pero no en el mismo idioma, quizá en ninguno. El ambiente estaba poblado de aullidos que se tornaban en berridos desencajados; en todo el paisaje ni un solo esbozo de expresión reconocible. ¿Eran humanos? Algo semejante, aunque no del planeta Tierra. Todos atrapados y solos como yo, o daba esa impresión...
En cambio las cadenas eran las de siempre, forjadas en metal; frías, pesadas, tirando de uno hacia delante y cuando las juntas de las argollas se encontraban y pillaban la piel, infligían dolorosos pellizcos que amorataban, herían y cercenaban trozos de carne. Entonces el dolor se hacía insoportable y gritar sólo suponía recibir una gratuita y brutal tanda de azotes. No había más remedio que seguir un camino impuesto de antemano y encima descalzo ¿en qué momento perdí los zapatos? Más preocupante era no recordar, o recordar cada vez menos sobre una vida anterior; si la hubo... o nunca la hubo y jamás existí en realidad. ¿Era aquello una pesadilla? Sí, pesadilla, pero no de la vida, sobre la muerte en todo caso. Muchos caían por el abismo que ora se abría a nuestra izquierda, ora a nuestra derecha; curiosamente no arrastraban a los demás, simplemente caían, creo que muchos lo hacían adrede, presiento que esa era la mejor determinación, pero mi instinto de supervivencia era más estúpido que eso. El camino conformaba una pendiente cada vez más inclinada, empecé a resbalar o las cadenas tiraron de mí y me arrastraron hacia el fondo, si había alguna clase de... No. No lo había. Sólo millones de seres revolcándose unos sobre otros envueltos en un pegajoso oleaje que formaba un embudo de... ¿esperma?

Fui adentrándome. Llegando el momento traté de cerrar la boca pero resultó imposible, el fluido untuoso penetró en mis ojos, enseguida me vi braceando en su interior. Expulsado como una hez caí al otro lado de la nada sobre una pila interminable de cadáveres amoratados. ¿De verdad estaban todos muertos? Me puse en pié y temblando comencé a caminar. Hacía un frío gélido, a veces me detenía y lo intentaba pero ya no era capaz de coordinar nada razonable sobre mi pasado, claro que... ¿tuve pasado?

Las pinzas me recogieron con suavidad y sin apenas zarandearme, tras sobrevolar interminables parajes sombríos, me depositaron en un territorio asombroso. El velo de neblina de un increíble amanecer se fue despejando y un horizonte naranja y sonrosado me recibió haciéndome sentir vivo y sobre todo, libre.
Una mujer surgió de la nada ante mí, desplazándose con pasos amedrentados se puso a mi lado y sin dejar de observarme de reojo, me tomó de la mano. Caminamos durante semanas descubriendo un espacio nuevo y limpio; hecho a nuestra medida. Hasta que dimos con el árbol gigantesco y milenario; y allí estaba él. “Y nos bendijo Dios. Nos dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra...”  

Y la vida volvió a reactivarse.

José Fernández del Vallado. Josef Agosto 2011. 
Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.  

16 libros abiertos :

Gladys dijo...

Aveces, es difícil creer lo que no vemos de ahí que existe el dicho ver para creer, un buen relato.
Besos que tengas una feliz semana.

Verdial dijo...

Impresionante, no sabría como describirlo, tan sólo sé que he pesado en un instante del terror y el agobio más absoluto, al placer y la serenidad de la paz.
Me he liberado bien de adrenalina.

Un abrazo

Belkis dijo...

A veces necesitamos un abismo cuando lo superficial cansa, y después de un tiempo de inflexión/reflexión, volvemos a resurgir de las cenizas, cual ave fénix y encontramos la belleza de lo verdadero, sublime, transparente y bello, lo feo se queda en pesadilla.
Excelente escrito, como siempre, Josef.
Un besito

soy beatriz dijo...

Hola Josef, intenso texto, atrapante como todo lo que escribes. Describes los climas y ambientes de tal forma que uno penetra en ellos sintiendo lo que el persoje vive.

Mis felicitaciones.
Un fuerte abrazo y buena semana para tí.

Unknown dijo...

bien dicen ya en un comentario, ver para creer

Jose dijo...

Como siempre un gran texto,que nos lleva al abismo de decir no ,de aquí no paso porque seguro no sabría salir.

Saludos

lichazul dijo...

abrazo grande, lleno de energía amigo querido(leyendo los comentarios anteriores me he enterao)


felicitacrte una vez más por la pluma que te guía, tienes duende
y es un regalo que la compartas con nosotros

Andri Alba dijo...

Tremenda historia, imaginativa y creativa. Muy buena.

Me sentí un poco rara como debió sentirse el protagonista dando brazadas en ese pegajoso oleaje...

Un abrazo fuerte.

:)

MORGANA dijo...

Tocayo,como siempre me dejas con buen sabor de boca,aunque este relato me angustió.
Millones de besos.

Mixha Zizek dijo...

Cuánta originalidad, destreza e imaginación tienen siempre tus relatos Moderato, yo siempre como te lo digo siempre encuentro gran nivel en tus relatos, uno de los mejores, esta historia impresionante. Muy buena, besos

Julia Hernández dijo...

Creo que ya te lo han dicho todo.
Después de un recorrido agobiante, abrumador, que asfixia de forma vertiginosa llevándome a experimentarlo, incluso a disfrutarlo con tu manera de narrar, porque cuántas veces hemos de pasarlo... como la vida misma, depositándome en un final reposado, sereno y apacible.
Ah, que bien, ese personaje concluyó de forma envidiable su viaje. Te felicito! Un beso.

Unknown dijo...

Ante lo banal, light, o superfical se aviene un abismo... sea de la índole que fuere tal siemprees un piso para volver y salir en alto vuelo....

Una historia rica y fuerte a la vez desde la óptica que se la vea es realmente unajoya para el apladar literario.

Gracias por compartir tal!

Hoy..........

Hoy………….

Paso a dejar mi huella
y dejo en tal decires
Titulados Ser
Y reza así:
“Todos lo decían, todos!
es libre como el viento,
sin imaginar que tenía
dos grandes secretos
guardados en su silencio.
Y el silencio mismo
los ha revelado;
El primero, es:
el viento no es libre,
es prisionero de sí mismo
y de su propio impulso,
que lo mece, lo hamaca,
lo agita , lo aquieta,
lo convierte en ráfaga, en ciclón
o en calma brisa.
Y el segundo:
se es como el viento
cuando se piensa
para ser!”

Dejo mi saludo e invito a visitar mis blogs, dónde te aguardan algunos detalles.

Tuya
Marita
www.panconsusurros.blogspot.com

maria rosa-prem prabha dijo...

Hace tiempo que no me pasaba por tu blog y veo que has hecho cambios.
La verdad es que estoy un poco apartada de este mundillo que tanto me ha dado y que me ha enseñado a saber seleccionar.
Te cuento que despues de leer a Brian Weiss en Muchas vidas, muchos maestros... quise experimentar y solamente me encontré con un abismo infranqueable y como dice Belkis, después de una superfidcie un tanto cansina... pero una vez dado el salto, trepé como una posesa y volví a la superficie totalmente diafana... no ví nada más después de dos hora y media de una hipnosis consciente...

un abrazo,

Arwen dijo...

Hacía tiempo que no pasaba, por las vacaciones de verano y me encanta el nuevo look de tu blog. Precioso!.

Hoy reanudamos la actividad bloguera por Calados con muuuchas ganas. Esperamos verte por allí.

Un abrazo y nos leemos.

Unknown dijo...

¡Hola José! Después de muchos meses, te visito. No sabes lo fascinada que me tenía esta historia tuya.

Me engañaste al principio, pero una vez que se descifra el relato, me dejaste una sensación de tranquilidad que me venía haciendo falta.

Muchas gracias y como siempre, salu2.

Carlobito dijo...

Imaginé escenas impactantes, esclavos al borde de un averno, un mar de cadáveres... y también el fantástico amanecer donde todo recomenzó.

Saludos amigo.

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