lunes, diciembre 05, 2011

Benidorm.


Hace unos días, en un arcón del trastero de casa, mi madre redescubrió unos negativos arrinconados por el inexorable paso del tiempo. Se los entregó a mi hermana y su marido, disponen de un buen escáner.
Ayer los visitamos, nos sirvieron un refresco y emocionados asistimos a unos resultados inesperados. Allí estaba yo, con apenas cuatro o cinco años, junto a mi hermano mayor fallecido, con la boquita abierta de par en par, haciendo gala de una sonrisa beatífica – tan natural en los niños – que jamás he sido capaz de volver a reproducir.
Nos encontrábamos en la playa de un Benidorm de ensueño; mi madre, junto a nosotros, era la mujer más feliz y hermosa del mundo, mientras que mi padre, fallecido el mes de junio pasado, volvía a ser joven y a encontrarse pletórico de facultades; y luego, mis hermanos menores, a quienes apenas dediqué tiempo en mi infancia...
Debo reconocerlo, me puse melancólico, deseé volver a ser niño y recuperar mi inocencia perdida. Y si pudiera, lo haría. ¿Por qué no? Volvería a esos años antiguos que una vez fueron modernos, respiraría el aire cálido y puro de un Benidorm inmaculado. Prolongaría mi infancia y disfrutaría de ella como un ser auténticamente limpio; sin prejuicios, sin ideales podridos, odios, muertes y corrupciones. Me encuadraría en aquella fotografía en la que detrás de mí una playa espléndida y desierta luce y se abre a mis brazos. Volvería a vivir sin apreturas en una naturaleza donde los seres humanos todavía no éramos plaga, pero sobre todo, recuperaría a mi familia y dejaría de existir, aunque solo fuera un instante, sin sensaciones nefastas.
De modo que me hice a la idea. Seguía con ellos. Estaban ahí, con la pala entre sus manitas, mirándome sonrientes, sin dejar de ser niños. Ignorando las guerras de los mayores, sus peleas, ambiciones y envidias. Di unos torpes pasitos, caí de bruces, y volví a sentir el sabor de la tierra – mi Tierra – dentro de mi boca, como no lo recordaba desde que fui aquel niño de sonrisa fácil y espontánea...

José Fernández del Vallado. Josef. Diciembre 2011.





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45 libros abiertos :

Mascab dijo...

De vez en cuando es bueno, muy bueno!! vestirnos de quienes fuimos un día y volver a sentirnos tal y como éramos entonces!

sin olvidarnos de regresar a nuestro presente y nuestra actual vida, ésta en la que estamos y somos, gracias a quienes fuimos y dónde estuvimos.

Besos

A.K.E. dijo...

Recordar las vivencias de la niñez, es hacer un viaje con la imaginación a tiempos muchas veces más felices por la sencillez de nuestros pensamientos.
Mantener un poco de aquella ingenuidad seguramente nos haría vivir mucho mejor.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una imagen dispara las emociones. La vista nos lleva a los sentidos. Una prueba para todo escritor: trabajar a través de esas imágenes.

TORO SALVAJE dijo...

Volver a donde todo era más bonito y casi todos los días la vida sonreía.
Claro.
Quién no volvería allí.

Saludos.

Las Gemelas del Sur dijo...

Emotivo relato con el que coincido en sensaciones.
Ahora me es delicioso verme reflejada en las vivencias de mis hijos y preservar en lo que puedo su inocencia.

Besos a pares.

Amig@mi@ dijo...

Un relato lleno de sentimientos, amigo. ¿Quién no volvería alguna vez a alfún capítulo del pasado?...
Un abrazo

Carmen Silza dijo...

Me he emocionado al ver esa sonrisa que como tu bien dices, no la podemos repetir...Una foto preciosa...Un abrazo

Amig@mi@ dijo...

Por cierto, ¿Has vuelto a cambiar la plantilla?
Esta es muy bonita y se carga pronto, aunque sigues teniendo publicidad. :(
Un abrazo

josefina dijo...

Que recuerdos mas bonitos, y esa sonrisa...
Lo malo es que poco a poco perdemos la inocencia y los seres que queremos nos dejan.
Un beso amigo

Julia Hernández dijo...

Y volver por qué no? esa carita de niño está ahí junto con tan bellas sensaciones y vivencias, muy dentro del corazón para siempre. Ya sabes lo que pienso sobre esto José... Ufff, me has emocionado profundamente!!! Un abrazo muy grande! Bella fotografía!

Xindansvinto dijo...

Aunque no lo crea, nunca dejamos de ser niños, se pierde la inocencia y la ingenuidad, puede que incluso dejemos de ser genuinos y generosos, pero siempre estamos aprendiendo a ser humanos. Sólo es cuestión de recordarlo.

Un fuerte abrazo.

Maria dijo...

Has tocado varios de mis temas favoritos, asique me he leido este texto con real gusto. Las fotografias, esas damas a veces temibles, capaces de eternizar momentos, sonrisas, tiempos -buenos o malos -que tal vez, habiamos olvidado. Momentos que aparecen de repente, como dices en el relato y que sacuden nuestro presente. Nos tironean hasta colocarnos frente a frente con ese tiempo pasado..degustar las sensaciones idas, volver a ver rostros, escuchar voces tan familiares como en ocasiones lejanas..Proceso dificil el de reacomodarnos luego, en la realidad. Un abrazo amigo querido.

Ojosnegros dijo...

Sigues siendo ese niño precioso, y ellos siguen estando contigo porque el amor no se borra nunca, ni tan siquiera con el tiempo.
Un abrazo.

Jose dijo...

Benidorm,un pueblo que siempre ha tenido un gran esplendor,y que bonito es recordar esos tiempos donde la ingenuidad y las ganas de jugar nunca se nos terminaban de agotar.

Saludos

noah dijo...

Emocionante y bien escrito.

Felicidades

Juan Ojeda dijo...

Nos queda la memoria y quizás no sea poco; creo que la grieta más profunda en las almas es cuando éramos niños, en los lugares donde fuimos niños y dejamos intacta y por siempre lejos a la inocencia,,,
siempre se vuelve a esos sitios, de alguna manera siempre estamos escribiendo sobre esos sitios.

Un fuerte abrazo, hermosa foto.

Trini Reina dijo...

Volver atrás en el tiempo y cobijarnos en aquello que ya jamás seremos.
A veces es necesario ese viaje y recrearse en lo que perdimos y comprender en lo que nos hemos equivocado o acertado desde entonces.

Saludos

Juji dijo...

¿Y si aún habiendo encontrado tanto dolor y desencanto, por el camino de los adultos, empleáramos más energía en recuperar la sonrisa ingenua de la niñez más amenudo? A mi me funciona.
Un bello y nostálgico escrito.
Un fuerte abrazo y una sonrisa.

Javier Ximens dijo...

Me gusta tu relato del eterno retorno. Es bueno revivir el pasado en fotografías. Pero hay que mirar al futuro para que no volver a sentir nostalgia del pasado. No sé lo que me digo.

Beelzenef dijo...

¿Cuanto dariamos por volver al pasado?

ela dijo...

El paso del tiempo nos ofrece con estos descubrimientos, otra oportunidad para revivir el pasado, con nostalgia, con ternura... Con curiosidad tratamos de encontrar la identidad de esa imagen que reconocemos, pero que no llegamos a identificar, ahora.
Saludos

Unknown dijo...

Una caricia al recuerdo, a la nostalgia, a esa niñez maravillosa y olvidada. Un relato que cala hondo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me ha sorprendido un relato tan emotivo, relato, escrito por ti.
No es triste el vernos y recordarnos de niños, lo más doloroso es ver y recordar a aquellos seres que formaron parte tan importante en nuestra vida y ya no están.
un beso

Mari-Pi-R dijo...

Gracias a toda la nueva tecnología podemos revivir buenos recuerdos de nuestra infancia.
Yo he convertido cantidad de negativos, diapositivas y fotos antiguas en papel al digital, todo es una maravilla poder juntar tantos recuerdos.
Un bonito post.
Abrazos

Tatiana Aguilera dijo...

Volver al momento de nuestras vidas cuando fuimos más felices, es una utopía posible cuando soñamos en su posibilidad. Es bueno tomar fotografías antiguas, para recordar los seres que fuimos en algún momento de nuestra vida.
Un abrazo Josef

Margarita dijo...

Creo que al desnudar tus recuerdos, al desnudar tu alma, has desnudado también una parte de la nuestra, porque al menos yo, he sentido ésto que dices, con otras personas, con otro paisaje, sí, pero con esa misma sensación de encuentro y pérdida, con ese querer volver a lo que ya no volverá. Creo que todos somos un poco tú, la diferencia, la gran diferencia es que yo nunca lo hubiera podido describir de una manera tan hermosa. Gracias, Josef por recordarme que, también yo, tengo mi propia caja de fotos en blanco y negro con mil recuerdos esperándome.

fgiucich dijo...

Un relato que emociona. Abrazos.

mientrasleo dijo...

Un relato precioso y emotivo como muchos otros veo que han sentido. Qué difícil transmitir esa sensación a todo un colectivo.
Aunque.. yo creo que no quiero volver a la niñez, temo que no se corresponda con mis recuerdos.
Un beso

Sergio DS dijo...

Estoy convencido que la mayor sorpresa fue encontrar esa tierna sonrisa junto a tu hermano, verdaderamente impactante y emotivo. El paso del tiempo podrá con el perfil costero de Benidorm, pero con eso no.
Bonito retrato.

Salamandrágora dijo...

Mi infancia fue tan hermosa como la tuya y mi nostalgia por ella tan grande como la que destila este relato. Perdida la inocencia, la infancia desaparece sin darnos cuenta. De niña era mejor, porque me pensaba mejor de lo que logré ser. Tener una vida por escribir es siempre algo fantástico. En verdad, la infancia es el "paraíso perdido".

Janeth dijo...

Hermoso relato el que nos cuentas amigo, cuanta nostalgia por el ayer, por la infancia perdida,..... como dices, dificil de recuperar, pero fresca aun en el recuerdo....

Adriana Alba dijo...

Bellos momentos de la infancia...dulces recuerdos, lo has contado de una manera tierna, me ha encantado.

Besitos.

Elizabeth Gallegos León dijo...

un relato muy emotivo. Me gusta.

gracias por tu visita.

un beso

jess dijo...

"inexorable paso del tiempo"..... íjoles la verdad es que el mejor descubrimiento de la tecnología para mi gusto, son las fotografías.....

Es como regresar varias páginas del libro de nuestra historia y .... añorar lo que alguna vez fuimos.


Hermoso, como siempre mi querido Josef!!

Salta Valiente!!!

Magic Moments dijo...

Hermoso relato el que nos cuentas...Bellos momentos de la infancia.Gracias por tus comentarios..La verdad que aca nieva de diciembre o aveces antes..el año pasado empezo nevar en octubre...y termina hasta la mitad de marzo..Muy largo invierno...Te deceo un un lindo miercoles.Abrazos

Belén dijo...

Yo me conformo muchas veces al ver que si el escenario ha cambiado, ver que la esencia de los actores que quedan es el mismo...

Besicos, maestro

dijo...

Cuántos momentos, sensaciones, recuerdos... nos trae una imagen, ¿verdad?, es hermoso poder revivir todo eso con sólo mirarla.

Gracias por tus visitas a mi blog, muchas gracias, Jose.
Un abrazo fuerte para ti :)))

virgi dijo...

Me has emocionado mucho mucho.
Como para dejar de escribir un rato, por no pensar en cosas parecidas.
Como en los que ya no están y me acompañaban en momentos parecidos al que cuentas.
Un abrazo Josef.

BONHEUR dijo...

Hay cosas que nunca deberiamos perder y una de ellas es la niñez...

un placer leerte, un abrazo

Alex B dijo...

Qué bonito.
Me recuerda mi propia infancia. Mi madre tambien era la más guapa del mundo en lo alto de aquella montaña, con la playa de Benidorm al fondo.
Saludos.

Zayi Hernández dijo...

Que hermoso José!

Te entiendo porque hace unos días me encontré una foto en la que salía con mi padre y me pasé la tarde llorando...si pudiesemos echar el tiempo hacia atrás...pero no podemos...

Un beso.

Anónimo dijo...

Me alegra un montón haberte descubierto. Me he identificado plenamente con tu relato. Ah, y muchas gracias por tus opiniones.
Hasta enseguida.

matrioska_verde dijo...

Hasta yo he sentido envidia de tus recuerdos. Yo no tengo hermanos y me hubiera gustado mucho tenerlos.

¡Que foto tan bonita! Es muy tierna, en serio.

Gracias por compartir tus recuerdos con nosotros.

biquiños,

ALBORADA dijo...

Bella entrada.
Sabes muchas veces me he sorprendido a mi misma preguntándome: Dios mío, por qué crecemos...
Porque es necesario crecer para después recordar esos instantes maravillosos de la infancia, de la sonrisa que salía limpia, clara, los amigos, la familia, todo lo que en el transcurso de una humanidad que corre vertiginosa hacia otros valores se va perdiendo y me convenzo que debemos recordar para luchar intensamente en aras a que nuestros hijos y las venideras generaciones no pierdan la sonrisa.

Agradecida por tus letras,


Abrazos

Bird dijo...

Este relato se ha convertido en uno de mis favoritos. Siempre lo digo cuando leo algo que me agrada y este me ha fascinado sobre todo esta frase: "años antiguos que una vez fueron modernos".

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