miércoles, diciembre 07, 2011

Necesito Unos Zapatos Nuevos.



Pintura tomada de Internet

Necesito unos zapatos nuevos. Adecuados, útiles, resistentes. ¿Dónde encontrarlos? Una palabra habitual alumbra de pronto mi sentido: El corte Inglés. ¿Chocante que se me haya ocurrido? No. Es ya una facultad implantada que los peninsulares almacenamos en nuestros cerebros.
Llegar, perderme y perder mi automóvil en las entrañas de un garaje que nunca acabaré de dominar, resulta tan sencillo...
Las escaleras mecánicas se me dan mejor de lo esperado y en breves instantes, mil aromas, efluvios, emanaciones, sugieren que estoy en el gigantesco hormiguero. Entro en el supermercado y mirando de reojo o tal vez ávidamente a las impolutas señoritas que atienden diversas secciones, me dirijo a la de calzado. Una vez allí voy al barracón de rebajas, donde se aglomeran en desorden los pares en oferta. Tengo suerte, solo nos encontramos yo y una joven de aspecto inocuo: es rubia y delgada, con una boquita que es casi un piquito de pichón. No está mal. Rebuscó de forma tranquila. Mi competencia, al principio al otro lado del cajón, se ha ido acercando y ahora se encuentra junto a mí. 

Me olvido de su presencia y prosigo. Veo un zapato precioso, lo cojo, lo miro, me encanta. Tengo el pie izquierdo, ahora solo falta el derecho. Alguien me pellizca en el hombro, vuelvo mi vista y la veo o más bien lo veo, sostiene en sus manos el que hace el par que necesito. Amablemente doy las gracias, lo agarro y tiro sin resultado. Levanto la cabeza y observo su perfil afligido. Un trino de ruiseñor se eleva y declara. “Perdón... ¿Me puede alcanzar el otro?” Me paralizo. Permanezco aferrado al zapato y balbuceando, susurro. “Se trata de mi zapato.” Ella entonces amplía. “No. Es justo el calzado que necesita mi hijo.” Corrijo. “Se equivoca. Son los zapatos que necesito, yo. Los he encontrado antes.” Corrige. “Creo que el equivocado es usted, los vi yo primero.” Vaya, la chiquita es tenaz, pero está buena. Hagámosle un favor. Cambio de expresión y le digo. “Escuche.” Asiente. “Podemos resolver esto por las buenas. ¿De acuerdo?” Asiente. Prosigo. “Mire. Le ofrezco justo el valor de la mitad del calzado y listos. ¿Le parece bien?” Sonríe, va a aceptar. Claro, es exactamente lo que pensaba. Todos tenemos un precio. Además la chica tiene un polvete y... 

Un dedo suyo se alza ante mí rostro y se mueve en sentido negativo. Abre un estuchito, saca unas gafas, se las pone, me escruta con detenimiento. Su boquita se abre, su rostro está colorado ¿o pálido? No, no es posible ¿cambia de color como el de un camaleón?  Comienza a hablar. “Escúchame bien macho huevón. Si crees que vas a corromper el alma de una mujer incorruptible, estás equivocado. Y ahora, por cojones, me vas a dar el zapato.” Mientras habla se ha ido acercando y está prácticamente pegada a mí. Algo punza mi estómago – ¿unas tijeras?–  Su aterradora voz se escucha de nuevo. Pero ahora clara, alta, nítida. Ha dejado de ser una mujercita tímida, para convertirse en fiera. He despertado el alma pendenciera y luchadora de una mujer avasallada, prisionera durante años de arbitrariedades que ahora se vuelven contra mí y me señalan. Señalan el machismo imperante y dominador, un machismo acostumbrado a adueñarse y violar las razones de las mujeres durante siglos.
 "¿Me los entregas, ya?"
Un intenso aroma paraliza mis sentidos. Con precaución miro a mi alrededor y me encuentro rodeado de dependientas que apoyan la actitud de la mujer. Le doy el zapato. Lo toma y se va.
Rendido, salgo del supermercado y me encuentro en la librería. Delante de mí se amontona una pila de libros, su título: “Violencia de Género.” Un volumen sale más caro que un par de zapatos. No importa, me llevo uno.

José Fernández del Vallado. Josef. Diciembre 2011.         
Creative Commons License      

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.



32 libros abiertos :

josef dijo...

Este tema me ha salido casi al vuelo. Y es porque creo, que por desgracia, además de otros muchos asuntos, sigue al orden del día.

Un cordial abrazo a todos.

Jose dijo...

Bueno amigo es un fiel relato de lo en tiempos ocurría en los grandes almacenes en general,en algunos casos eran unas situaciones que,en los asistentes causaba una gran hilaridad por lo furiosas que se ponían las dos encartadas.

Si la violencia de genero siempre está ahí y es difícil de erradicar pues son mucho los cafres que pululan por la vida.

Saludos

Lucrecia Borgia dijo...

La próxima vez no vayas al barracón de rebajas. Hay mucha competencia... ;-)

abrazo

noah dijo...

Dejo al margen el tema.

Bien escrito.

Juan Ojeda dijo...

Es un relato sutil, hospitalario y sobre todas las cosas profundamente audaz; me parece muy interesante como el protagonista termina "pagando" individualmente por algo que no ha hecho y no tiene que ver con su actitud en ese momento... pero todo viene de algún lado (nosotros también),,, un texto que lleva a intrínsecas reflexiones.

Excelente, un abrazo.

Bird dijo...

De casualidad no fue un viernes negro? Las rebajas hacen eso! Yo tengo un libro que te recomiendo.. "venciendo a través de la intimidación" wajajjaja. Divertido y ameno relato.

Juji dijo...

Lo siento por tus zapatos perdidos pero a mi me ha gustado que se los quedara ella y la fuerza empleada para obtenerlos. Hay veces que con o sin malos tratos, la mujer explota... y es tan lógico...
Un fuerte abrazo.

Vivian dijo...

Hola Josep
Como Noah dejo a un lado el tema y me voy al relato en sí. Qué bien escribes, siempre hay un detalle muy tuyo en las descripciones, sonreí con la boquita de piquito de pichón. El final es excelente, me gusta leerte (y no es un halago barato de blog, lo digo en serio) Cuando sea grande quiero escribir como tú jaja.
Un beso.

Vivian dijo...

Perdón, el Word me cambió la f (de Josef) él hace lo que se le canta, seguro que también quería tus zapatos.

Margarita dijo...

Un relato en el que bajo una situación anecdótica, aparentemente ligera, se pone sobre la mesa cómo se le puede dar la vuelta al más honrado de los razonamientos, de cómo los que rodean a los protagonistas se "vuelcan para hacer justicia", cómo las situaciones no son siempre lo que aparentan, de ideas preestablecidas, de conductas gregarias. Un relato que me ha hecho sonreir, pero también meditar.

ODRY dijo...

Trabaje en este centro durante mucho tiempo, en rebajas todo es posible.

Un besote.

María O.D. dijo...

¡Hola!

Lo bueno de una mala experiencia es que deja un aprendizaje, no importa que cueste mas que un par de zapatos :)

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho la forma de plantear un tema tan controversial. Me parece muy bueno que la chica no se deje y utilice cualquier método para evitarlo, esa posición tan respetable evitaría muchos males.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y tanto que sigue al día. Y por desgracia, a veces en el sentido de tu historia.

Mari-Pi-R dijo...

Mejor buscar en un lio perdido y encontrar lo que deseabas que tener un vendedor pegado a tu lado haciéndote comprar los zapatos que no querías, aunque en tu caso no tuviste la suerte de ello.
Un saludo y buena semana

Yo dijo...

Yo como ellas tambien prefiero no entrar en el tema...
Pero si te digo que me parece estupenda la manera que has tenido de expresar el tema...Y la actitud de la chica...aunque te hayas quedado sin los zapatos ; )
Un beso Josef.

Amig@mi@ dijo...

Un tema que como casi todos decis, por desgracia sigue vigente pero en tu relato se envuelve de una peculiaridad, el que tenga lugar en unos grandes almacenes en los días de rebajas. NO está tan lejos de la realidad, no te creas. Yo he visto discusiones, no tan violentas, pero en serio que sucede el que yo lo vi primero , que no que esto es mío...
Un abrazo

Beelzenef dijo...

Nunca es tarde para darse cuenta de los tropiezos de cada uno

Mariluz GH dijo...

Y tanto que está a la orden de día...

gran relato

un abrazo :)

Javier Ximens dijo...

Bien, aquí el propio personaje se describe por lo que hace y dice: es un jodido machista. Pero lo reconoce y se le reconoce: si no fuera por las tijeras... No obstante anda en el camino de la corrección pues el final compra un libro. Aquí veo la "moraleja" que nos quieres transmitir: se puede cambiar. De fácil lectura, lo cual ya es un mérito.

Maria dijo...

Muy interesante material para ser analizado, Josef. Como siempre, dire que tus trabajos son imnpecables estilisticamente hablando lo cual hace que la lectura, independientemente del tema tratado, sea un placer. Elfinal, sin embargo, me dejo pensando..pues no se si el protagonista ha comprado el libro para aprender a no maltratar al sexo opuesto o si lo ha comprado para no dejarse maltratar por ellas..En definitiva, no veo que se trate ni de machismo ni de feminismo, el zapato tenia que irse con cualquiera de los dos que lo hubiera encontrado primero...por educacion y cortesia. Un abrazo

MORGANA dijo...

Muy buena entrada Josef ,aunque me imagino de todo ....
Besazos.

Ricardo Miñana dijo...

Aquí en el Corte Inglés de Valencia, las veces que estuve nunca vi que hubiera algún jaleo,
siempre que necesite unos zapatos los solicite a la dependienta sin más problemas, por aquí la gente
suele ser bastante correcta,
aunque en rebajas todo es posible.
que disfrutes el fin de semana.
un abrazo.

Janeth dijo...

Hay amigo Jose que peligroso lo que nos cuentas jejjeje, y es que a veces no sabes con quien te vas a encontrar, hubiera sido mejor que le entregues el zapato en cuanto te lo pidio,...en fin existen mas zapaterias,...uno pone en riesgo la integridad fisica en esas liquidaciones,..en todos lados es igual....

Maribel Romero dijo...

Tengo que reconocer que me he divertido con el toma y daca de los zapatos. Es peligroso comprar en rebajas.
Ah, te diré que yo nunca he sido mujer de Corte Inglés, si me tienes que buscar que no sea en uno de ellos.

Un abrazo.

ArteDeAmar dijo...

Lo has contado tan bien que te he imaginado con el zapato en la mano jijiji Quien se resiste a una mujer? Corte ingles que es?
Buen relato.
Besitos de Arte.

mariarosa dijo...

Una historia original y muy bien escrita. Saludos.

mariarosa

matrioska_verde dijo...

Tu historia, muy buena y divertida, con cierto trasfondo de novela negra [por un momento pensé que la mujer iba a acuchillar al protagonista], me recuerda a un pequeño episodio que sufrí hace años en un supermercado Día, y por una barra de pan [claro que el super estaba a punto de cerrar y era la última barra]. ¡Que momento tan patético!

Odio los centros comerciales, así que El Corte Inglés nunca me produce interés, no me gusta ir de compras, me estresa, y cuanto menos voy de compras más me estreso cuando no me queda otra opción.

biquiños,.

BEATRIZ dijo...

Está bien narrado, tanto que parece que estuve allí.

La imagen es ¿Vangogh?...podría ser de su serie de zapatos. Son excepcionales.


Saludos.

fgiucich dijo...

Buenísimo!!! Y muy de actualidad. Abrazos.

Dejame que te cuente dijo...

no siempre se gana no?...
aunke alo mejor...
saliste ganando con el libro...jejejje....


geniales siempre tus historias...

un abrazo joseffff

Julia Hernández dijo...

Jajaja, ayer sonreí al recordar tu relato, es terrible, me pasó, sentí miradas inquisidoras en mi hombro al tomar unas pulseras... al final las compré yo, no se si está bien o mal pero me encantó la sensación de pertenencia uhmmm. Quedarse en casa, leer y escuchar música es lo ideal, por cierto te he dicho alguna vez que me quedaría escuchando tu música durante horas...? Un abrazo y un beso!

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