La Avenida, sembrada de vehículos;
aparatosos embotellamientos y accidentes. Motos de todas las cilindradas y
rickshaw, a pedales o empujados por un motor de un cilindro. Miradas
extraviadas de millones de orientales atareados, sin cesar de trabajar un
instante. Diego, en cambio, caminaba despacio. En aquella ciudad tumultuosa se
sentía enterrado.
the soul
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