viernes, abril 18, 2014

Los Gemelos -II-

Imagen tomada de internet

-III- 
Transcurridos cinco meses los anti psicóticos no resultaban. Lo que tampoco era extraño, teniendo en cuenta que era un tratamiento previsto para un plazo de cinco años. 
   No obstante, a riesgo de perder el cargo y  la reputación, Carlos no podía permanecer mucho más sin trabajar. Por otra parte, su actitud fría y autosuficiente me irritaba. Nunca se compadeció de mí. Al contrario, actuaba como si yo  fuera un cero a la izquierda. No se daba cuenta de que al hacerlo ejercía en mí el efecto inverso. Socavando mi complejo de inferioridad, llevándome a revelarme y a detestarlo cada día con un resentimiento mayor. 

   A pesar de mi estado, en mis momentos de lucidez estudié mi dolencia, lo cual me condujo a encontrar un artículo interesante. Se trataba de algo, que por casualidad, estaba relacionado con un congreso internacional sobre cirugía que se iba a celebrar en Iquitos, Perú, y al que habíamos sido invitados. 
   Iquitos, ciudad enclavada en la selva. 
  Teniendo en cuenta que la noticia versaba sobre la ayahuasca, y sugería que el brebaje resultante de la decocción de la liana «Banisteriopsis caapi» podía ser una terapia efectiva en el tratamiento de los problemas de personalidad y esquizofrenia, me pareció una perspectiva viable y el lugar adecuado. 

   Tras un vuelo con algunas incidencias: turbulencias, dolor de cabeza, y un ataque de pánico que afortunadamente superé, aterrizamos. 
   La ciudad no era lo que había soñado, aunque no sé si alguna vez soñé algo parecido. Un calor aplastante nos recibió y me llevó a vomitar en los baños de un aeropuerto sin apenas aviones.
   Un hombre que se presentó como Roosevelt, de pelo gris, barriga prominente, y la cara surcada de cicatrices de viruela, que con un orgullo vanidoso declaró descender de un linaje de aristócratas de raza blanca —tuve dudas razonables en un lugar donde el mestizaje era del setenta por ciento— se erigió en nuestro guía, y nos condujo a un hotel más apto para insectos y demás bichos que humanos. 
   Después salimos a dar una vuelta, atravesamos un terreno baldío con árboles y maleza, donde los muchachos se tiraban a nadar en charcas llenas de sanguijuelas. 
   En el barrio de Belén prevalecía un hedor a sumidero; suciedad, drogas, lujuria y malaria con fiebre de cuarenta grados. Para quedar a salvo de las crecidas del río Nanay, las casas se alzaban sobre pilotes. En un embarcadero cuajado de canoas y barcazas desvencijadas, numerosas familias vivían en la insalubridad. 
—El viejo Iquitos de siempre, putas y rufianes —dijo Roosevelt, esbozando una sonrisa socarrona, mientras un nutrido grupo de prostitutas lo saludaba. 

   “¿Quieren lindas chicas?” 
   “¿Bailes de mujeres desnudas?” 
  “¿Follar maricas guapos?” 

   La humedad de Iquitos se adhería a nuestros cuerpos. Casi me asfixié tras pasar la noche cobijado al amparo del ensordecedor siseo de las paletas del ventilador, atendiendo a otros rumores, como el de los mosquitos, y vocablos que se ahogaban en gemidos. 
   La mesa del desayuno, aparte de carcomida, tenía un soporte tronchado y las cucarachas nos asediaban. 
   Roosevelt nos esperaba a la puerta. Saldamos la cuenta y salimos a buscar un medio de transporte hacia la selva. 
   Encontrarlo no fue fácil. Al fin dimos con un guía indígena —aunque de nativo le quedara poco— llamado Jorge Luis. Por lo menos daba la impresión de estar amoldado a la ciudad. Era culto, por no decir refinado y cordial, y vestía al modo occidental. 
   Más confiado me abrí a él y con naturalidad le confesé a medias la verdad. 
—En realidad nuestra intención es experimentar el rito de la ayahuasca con fines curativos.
   Permaneció unos instantes sin hablar, observando más que con curiosidad con reserva. —¿Cuál es la enfermedad? 
   Lo miré mientras para mis adentros, repasaba una máxima: “Aunque innoble, siempre es mejor una mentira piadosa que una calumnia sin vuelta de hoja.” 
—Padezco depresión crónica y me gustaría descubrir si de alguna forma este sistema puede aliviarme. 
   Se quedó pensativo. A continuación, hablando con serenidad, explicó. 
—Para empezar no se trata de un sistema. Sino de una ventana que puede ayudar a ver y entender la vida desde una perspectiva diferente y, muchas veces, acertada—y prosiguió—. Basándome en mi experiencia, los mejores chamanes de ayahuasca son los aguarunas. Para encontrarlos es preciso ir hacia el suroeste por el río Marañón. En sus orillas, de forma temporal, establecen comunidades. 
     Llegamos a un acuerdo. 

   Había imaginado las riberas del Amazonas como un lugar pulcro, con aroma a floresta. Me encontré lo opuesto. Debido a las alteraciones periódicas en su caudal, en Iquitos no existían los muelles. Solo un terreno arenisco, cubierto de vidrios y desperdicios, que me recordaba a una playa en decadencia. 
   Las curiará —canoas amazónicas hechas de un solo tronco— se alineaban unas contra otras.
  Descendimos y nos embarcamos en la que nos llevaría a la selva, o lo que quedara de ella. 

   Noviembre comenzaba y también las inundaciones. El cielo estaba encapotado y mientras me mantenía en la proa, soñaba. La ciudad, sus llantos gritos y accidentes quedaban atrás. Ascendíamos por un cauce que pese a discurrir entre remolinos amenazadores, abrigaba perspectivas alentadoras. El amanecer era más o menos fresco, la espesura limítrofe se confinaba con diferentes matices de verdor hasta los umbrales de un vergel impenetrable. Las tonalidades eran apresadas por el marrón cobrizo de un río que discurría incesante, reflejando el sol con gradaciones variables. Más allá, como farallones solemnes y oscuros, nubarrones grises dominaban lugares prohibidos. 
   Una fina lluvia empezó a tender un velo de agua y produjo un cosquilleo en mi piel. 
   De pronto Jorge Luis se alzó sobre la canoa y señalando, gritó. 
—Allí... ¡Delfines! 
   Mirando hacia el horizonte, me puse de pie. En ese momento una gabarra pasó a nuestro lado levantando unas olas. En segundos la canoa empezó a balancearse, perdí el equilibrio y caí.
   Comencé a bracear de forma descoordinada y me di cuenta de mi temeridad. La emoción y el nerviosismo no me habían dejado pensar con claridad y reconocer el peligro en que me encontraba sin haber aprendido a nadar. Tragaba agua, gesticulaba, me sumergía y volvía a emerger. Y en esas estaba: ¡me ahogaba! Cuando un brillante dictamen se desveló en mi cerebro. Aquellos veranos en los que el miedo había truncado mis deseos de meterme en el mar obligándome a permanecer en tierra, me habían transformado en un espectador de excelencia —que vomitando bilis de la envidia— presenciaba zambullirse a mi hermano, mientras de forma inconsciente estudiaba y memorizaba su elegante y metódica forma de bracear. Tal vez no resultara difícil, me dije. Trate de concentrarme. Mis brazos y piernas dejaron de remover el agua con terror e incoherencia, se sincronizaron y comenzaron a flexionarse con una cadencia rítmica. Saqué la cabeza, respiré con sosiego y en unos instantes era un consumado nadador que con preocupación me daba cuenta de algo más: estaba siendo arrastrado por la corriente, y no avistaba la canoa. 
   Me di la vuelta y manejada hábilmente por Jorge Luis, la descubrí a pocos metros. 
  Mientras el guía me tendía una mano, enfrascado en un silencio inconmovible, Carlos se limitaba a observar de reojo. Pero sobre todo y como era habitual en su forma de proceder, mantenía un aire de retraimiento y menosprecio. Sabía nadar y aún así había sido incapaz de fingir un exiguo ademán de socorro. Resultaba obvio, me detestaba y apuesto a que desearía verme acabado. 
   Tiritando del nerviosismo me senté, entonces me asaltó una aterradora sensación. Tanto él como yo, apenas éramos consecuentes sobre donde nos estábamos metiendo.  

Sigue dentro de tres, cuatro días... 
Muchas gracias a todos. 

   José Fernández del Vallado. Josef abril 2014.
Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

44 libros abiertos :

josef dijo...

Un saludo a todos.

¿Por qué he estado ausente en vuestros blogs por espacio de una semana larga?
Por un lado, por la sencilla razón de que la vida, a veces, da problemas; y por otro, porque comencé a escribir algo y derivó en un relato lo suficientemente extenso, como para mantenerme ocupado una semana.
He decidido que quizá merezca la pena. En todo caso vosotros, lectores, seréis los jueces, detractores y defensores de esta obra.
Constará de CUATRO PARTES. La primera es la más larga.
Espero irlas publicando con un intervalo de entre tres y cuatro días.
Para quien se anime a viajar, pues se trata de un viaje en todos los sentidos y conceptos, aquí os lo presento.

Un abrazo.

josef dijo...

Y unas palabras para Gabo mi querido y genial Gabo. A mi modo de ver es ya uno de los grandes escritores de todos los tiempos. Con él aprendí muchas cosas; entre otras a empaparme de su maravilloso Realismo Mágico, el qué él mismo creó y tuvo tantos detractores envidiosos.
La envidia es mala consejera. Pero a un genio, a un artista de la palabra, eso le trae sin cuidado. Porque con cada libro que escribe se abre una revelación ante nosotros y al final, los envidiosos callan para siempre.

No encuentro palabras para agradecer, porque no las hay, el inmenso legado que nos dejas.
Un abrazo inmenso en la eternidad!
Descansa en paz.

lichazul dijo...

agobio sería una palabra para definir la sensación que he percibido en esta pasada
tu relato va tomando la forma maciza de esos cuentos que se quedarán por un largo tiempo en el paladar lector, urdes muy bien los escenarios y sabes comunicarlos JOSEF

abrazos y buen fin de semana
para el escritor ido simplemente que la tierra le sea leve
somos pájaros en vuelo constante

Tramos dijo...

Josef no encontraré mejores palabras que las tuyas para nuestro escritor "Realismo Mágico", las guardaré en memoria junto con cuanto tengo de EL.
Si tengo que argumentar a una amiga porque me gustas y recomendar que te lea, vendría a ser:
Consigue sumergirte en la historia a través de un estilo que atrapa: la pluralidad de personalidad en sus personajes , la intriga, los enigmas que va poniendo en escena, la realidad que impregna en cada escenario....
¿Que decirte?, aquí permanezco esperando y cerrando este "libro" sin ganas algunas, dejo el marcador puesto.

Besos muy fuertes ♥♥

tRamos

silvo dijo...

Parece que has estado por la descripción de calor, olores y demás, he leido muy seguido y con emoción el texto, me ha gustado mucho, saludos

El collar de Hampstead dijo...

Ya les vale a los dos hermanos...
Parece que se va a liar parda!

Buen fin de semana y un beso

lunaroja dijo...

esa especial densidad,casi pegajosa que tienen ciertos relatos,y que te envuelven y no quieres dejar de leer...

Mari-Pi-R dijo...

Tus escritos son excelentes siempre.
Me ha gustado la parte de la depresión, abrir una ventana y entender la vida con otra perspectiva diferente no siempre es fácil pero resulta si estás abierto.
Un abrazo.

Mª Rosa dijo...

Me uno a tu abrazo al gran escritor Gabriel García Márquez, ha sido una triste perdida.

Los gemelos me tienen atrapada, me haces vivir un montón de sensaciones, al principio Carlos me calló mal, ahora empiezo a verlo de otra manera, veremos cómo término. Espero con impaciencia el III capitulo.

Un abrazo

Nieves Martín dijo...

Al leer el relato puedo sentir la pesadez, agobio incluso el aturdimiento de sus personajes, el clima, la atmósfera, las vivencias el personaje es perfecta y como dice Mª Rosa te atrapa y te enganchas a la lectura porque necesitas saber mas.

Un abrazo !!

Alfredo Cernuda dijo...

narras a la perfección un atmósfera aplastante, haces sentir el calor y la angustia de esos parajes. Seguimos leyéndonos. Un abrazo, José.

Magia da Inês dijo...

✿⊱°•
A história continua muito intrigante... o tema, os personagens e o cenário.
Qualquer coisa pode acontecer na selva amazônica numa cerimonia indígena.
Seu texto nos instiga a continuar curiosos...


F░E░L░I░Z

P░Á░S░C░O░A !!!
¸.•°✿✿º°。

Humberto Dib dijo...

Querido José, llegué para leerte, pues hace bastante que no paso, tú ya sabes cómo es esto. Lo cierto es que me encuentro con una historia larga, lo cual me parece MAGNÍFICO para empezar a romper las tontas leyes de los blogs, pero, eso sí, voy a tener que ir hacia atrás para darte una opinión digna. Lo que leí me gustó, pero quiero saber más, hacia atrás y hacia adelante.
Un fuerte abrazo.
HD

Auroratris dijo...

Envuelves con tus letras, enganchas con tu historia.
Saludos.

Ilesin dijo...

Sigues enganchando querido!!!!
Besos

LA ZARZAMORA dijo...

Muy interesenta este toque psicológico con el que estás perfilando a ambos gemelos.
El odio del uno por el otro los hace cada día ser más gemelos si cabe...
La curiosidad es que rompes el esquema que tenemos de los gemelos : empatía, mismos sentimientos, reacción e intuición ante los peligros, la alegría y aquí inviertes el "mito" por llamarlo de alguna manera, que de ellos se tiene. Son iguales pero en la mezquindad, el odio y la perversión.
Veremos cómo acabas...
;-)

Besos, Joseph.

fany sinrimas dijo...

Josef, estos gemelos están llevándonos por caminos imprevisibles, que con tu narrativa detallada y misteriosa mantienen el interés por el desenlace. Tienes habilidad para crear personajes de psicología complicada cuyos actos pueden darnos una sorpresa.

Te sigo.
Un abrazo, misterioso Josef.

Lola dijo...

Josecillo, ya déjate de joder con los enlaces en todos los blogs, que la gente va a leerte si eres bueno, o eres partidario de Goya? La letra con sangre entra? Que pesadilla, hombre!

josef dijo...

¿A qué enlaces te refieres, Lola?
Si lo dices por los de las entradas y en concreto el de: La Catedral, me disculpo. Me lo comentó alguien -por cierto- más suavemente que tú y sin esconderse. Y, además, porque su intención era ponerlos.
El caso es que he estado revisando el tema esta misma mañana, qué casualidad ¿verdad? y no sé cómo diablos se hace para suprimirlos. No soy ningún técnico en esto.
Pero dado que te molestan tanto, si por casualidad lo eres tú ¿me podrías Informar cómo se suprimen? Así no molestaría a nadie más como tú.

Besos.

PD: De todas formas, visto que el asunto te irrita tanto, miraré en google y blogger a ver qué puedo hacer al respecto. Como te digo, yo no los puse adrede.

Jorge Donato dijo...

Hola Josef, recibí con gusto la segunda entrega de este relato que,, tomando la selva como ubicación y la ayahuasca como brebaje, de verdad que no sé como puede acabar,y viendo la envidia y la detestable actitud de ambos gemelos el uno para con el otro, esta historia puede que termine como el rosario de la aurora o encontrando en plena selva al mismísimo coronel Harrison Fawcett a las puertas de la ciudad de Z.
Genial amigo, tus letras son geniales. Me uno en tu mención al inigualable Gabo, sus letras estarán siempre con nosotros..

Amig@mi@ dijo...

¡Feliz Pascua, amigo! Aquí sigo leyendo tus capítulos, aunque si te soy sincera, me quedo con los textos enteros aunque sean largos. Jaja, Manías que tiene una...

censurasigloXXI dijo...

Hay casos en los que no importa que el relato sea largo, yo acabo de leer el I y el II de un tirón y me han parecido realmente geniales. Tienes muy buena técnica y eso hay personas que escribiendo toda la vida no lo logran. Bravo por ti.

Un abrazo, compañero, y tu cafelito pascuero.

Misterio Azul dijo...

Me encanta la manera tan minuciosa de describir, y de que forma tan interesante y bonita.

Me gusta el tema, eres muy bueno escribiendo y tengo la suerte de porder pasar por aquí a leer.

Muchos besos.

Anónimo dijo...

Que mal me cae Carlos por Dios... Describes tan bien cada sensación que has conseguido que sienta desprecio por él... Esa forma de tratar a su hermano, que lo único que a hecho ha sido ayudarlo todos estos años... y ahora no es capaz de lanzarse al agua...
Por más que intento imaginar la continuación no puedo... puede pasar cualquier cosa y tengo un mal presentimiento, espero equivocarme....

Mi aplauso José, increíble es tu forma de meternos en la historia!!! :)
Perdona la tardanza en leerte y comentarte pero he estado uno días desconectada...

Muchos besinos!!

Dyhego dijo...

Por curarse, uno es capaz de cualquier cosa.
Salu2, Moderato.

ÍndigoHorizonte dijo...

Celos, celos, agobio, misterio. Celos entre hermanos. Siempre hay celos entre hermanos, discretos, velados, o abiertos y claros. Imagino que todo se exacerba cuando además de hermanos, se es hermano gemelo. Seguiremos en la siguiente entrega.

Un abrazo.

ATENEA dijo...

En este segundo episodio he viajado entre multitud de sensaciones con la avidez de querer avanzar cada vez más. Consigues atrapar al lector, sentir el olor , el calor, el pánico, ……. a través de tus descripciones. La intriga y el suspense van en aumento …… espero impaciente la tercera entrega !!!
Un abrazo, Moderato !!!

EldanYdalmaden dijo...

Ootro buen relato.
Ya me estaba imaginando que era devorado por pirañas o algo, jejeje.
Se salvó, todo quedó en un susto y en una decepción para el otro, el que hubiera preferido que lo que yo he imaginado hubiera sido realidad.
Un abrazo.

Nurocas dijo...

Enganchadísima, ¡¡¡qué bien!! Me gusta la sensación que dejan estas esperas.
Es curioso que se asuste por no saber dónde se están metiendo, ¿acaso lo sabían antes, cuando se metían en otras?...¿no será que la única diferencia es que esta vez es consciente?
Esperando el III con ganas
Un abrazo

Rafa Hernández dijo...

Si los relatos son interesantes como los tuyos para nada resultan aburridos ni pesados. Esto de los gemelos tiene mucha miga.

Un abrazo.

MTeresa dijo...

Cuando la inspiración sacude
no queda mas remedio que pertenecerle,
y tus relatos dan prueba fehaciente
de que la musa te visita con asiduidad,
te felicito

María dijo...

Hola, amigo Moderato ¡pero cuánto me alegra verte por mi blog! hace años que nos conocemos, pero también es cierto que perdimos la pista de nuestros blgos, y me alegra mucho que llegaras a mi blog para recuperarte, veo que sigues teniendo una grandísima inspiración y cada vez eres un mejor escritor.

Felicitaciones, amigo.

Un beso.

Mere dijo...

Me emociona pensar que alguien con depresión crónica busca salidas, creo que es un gran primer paso, un comienzo. A pesar del bache, tener ganas de seguir, salir adelante... Es maravilloso.
Muy bien escrito, José. Con grandes giros :) Bss

Nómada planetario dijo...

El relato está trenzado a ritmo de reportaje, para enganchar al lector. Muy bien los tiempos y las acciones.
Un abrazo.

josef dijo...

Hola tRamos gracias por tu visita.
Espero seguir mañana 25. Ya me he retrasadoun poquito más de lo que pretendía, pero tampoco importa mucho.

Besos!

josef dijo...

Hola os saludo a todos en general, dado que o dispongo de tiempo, hoy ni esta semana, para iros contestanto uno por uno. cosa que espero hacer, sí o sí, al final del relato.

Solo agradecer vuestras lecturas y avanzar que mañana 25 de abril voy a publicar la tercera parte. Y una vez dicho esto avanzo una nueva.
Al final el relato va a cosntar de CUATRO PARTES, y no las cinco iniciales que tenía planeadas. De modo que la de mañana será la penúltima parte.

Un fuerte abrazo a todos!
José.

Ester dijo...

La situación es agobiante, quiero abrir la venta y que entre un soplo de aire, me quiero ir a la cocina a tomarme un vaso de agua, pero tus palabras me mantiene pegada a la silla, no soy capaz de parpadear ni de ir a contestar al teléfono que no se calla. Un abrazo

Anónimo dijo...

Odio las actitudes de aquellas personas que piensan no necesitar a los demás, que se permiten menospreciar y hacer de menos al resto del mundo cuando en realidad sin ellos creo que precisamente serían absolutamente “nada”

Me atrapaste con lo del rito de ayahuasca. Lo cierto es que tu imaginación no tiene límites y en ella atrapas al lector enlazando un escenario tras otro, al tiempo que una siente que quiere llegar y leer más para desentrañar el desenlace que puedas haber ideado (contigo la sorpresa es contínua)

No sé, por qué, ese odio del uno hacia el otro no me sorprende, a veces el resentimiento más íntimo se manifiesta de la forma más extraña precisamente con los seres que deberían ser los más unidos. Curioso el ser humano.


Besos

Ame dijo...

Me prova cierta angustia el agua contenida e imaginar la pasividad de otra persona es aterrador, sigo con la otra parte Jose.

pseudosocióloga dijo...

Los que conozco que han ido a hacer terapia de ayahuasca ha sido para dejar la coca y no surgió efecto, de hecho la dependencia que les creó hizo que intentaran seguir con ello en España en manos de sabediosquién.
De Brasil lo peor los mosquitos, imposible remontar el Amazonas.
Y por como describes Iquito me recuerda a Iguazú.

alfonso dijo...


Leo...
y sigo leyendo...

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· CR · & · LMA ·

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

¿Cual es la relación entre esos dos hermanos?
Me acaba de surgir una duda, que tal vez resuelva en los proximos capitulos.

volvo dijo...

Voy a por el siguiente…

Charlie El Balsero dijo...

UN RELATO MUY BIEN ENTRELAZADO QUE VA LLEVANDONOS DE LA MANO.

SALUDOS
CARLOS

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