-I-
Tuntui... su fina piel clara, el colgante de élitros de escarabajo esmeralda oscilando en su lóbulo izquierdo, sus cabellos rizados y pelirrojos meciéndose al viento; su mirada apasionada y curiosa, reconociendo cada partícula de un atmósfera gris que presagia tormenta. Extiende los brazos y ríe. Es una carcajada espontánea, que excita y enciende sus ojos con la intensidad de dos brillantes luceros.
El cielo se va oscureciendo y la selva se apaga. Como una enorme y palpitante raíz arrancada de cuajo un fibroso relámpago perfila el firmamento, y cuando ruge el primer trueno una brisa fresca inyecta un aromático incienso a floresta. La válvula se abre y la lluvia cae con el ímpetu de un surtidor a aspersión.
Se descalza y se quita la camiseta, se baja la faldilla, se suelta los cabellos y conquista el lugar mostrando sus pezones rojizos y su pubis poblado de un vello color zanahoria. Me toma de una mano, me ayuda a desnudarme y me saca a bailar bajo el baño cálido y ventilado.
Y ahí estamos: solos. No. Intimidados dentro de sus chozas, los indígenas observan el disparate obsceno y prohibido entre una mujer maldita: mestiza y pelirroja, y un blanco. Y sin embargo, no me importa. Ella me ama...
-II-
Mi hermano y yo nacimos como gemelos monocigóticos. Sucede en el caso en que el embrión originado partiendo de un óvulo y un único espermatozoide, durante las primeras fases de su desarrollo se divide de forma accidental. No es más que eso, pero tiene sus consecuencias.
Podría asegurarse que tras llegar al mundo Carlos y yo éramos clones exactos.
Y lo fuimos durante un día o tal vez un mes.
Luego, matices que nos diferenciaban y que a cualquiera le habrían hecho feliz, comenzaron a pesar como una losa sobre mí y condenaron mi vida.
La verdad es que me habría agradado ser el primero en algo; cualquier minucia hubiera bastado. No obstante el Altísimo cuidó incluso del más sutil de los detalles. Tras la irreversible cesárea, Carlos nació o lo apresaron del útero dos minutos antes, y aquel inicuo lapso, bastó para considerarlo el mayor.
El hecho es que según crecíamos las diferencias se hacían evidentes. Para empezar el designado «Elemento Espejo», parecía cumplirse a rajatabla.
Mi hermano era diestro y por tanto juzgado como un chico afectuoso y correcto. En cambio yo, tras desarrollar mi predilección por la zurda, me di cuenta de algo. ¿Por qué mi madre en lugar de dignarse a mirarme, chascaba la lengua y ponía los ojos en blanco? Comencé a entender. Ser zurdo no era lo procedente y me contemplaban como a un ser satánico.
En la escuela, pese a mi tenaz empeño en imitarlo, diferencias que se abrían primero como diminutas fisuras y luego abismos insalvables, se hicieron obvias. Así descubrí que el maldito efecto Espejo se extendía a nuestros cerebros.
Mientras Carlos despuntaba en ciencias, de forma circunstancial yo comencé a hacerlo en letras. Había más consecuencias, y ninguna me gustaba. A los dieciséis años era capaz de reparar o restaurar cualquier cachivache. Carlos me llamaba con cariño “El Manitas.” Lo cierto es que tenía cierta habilidad y había descubierto que consiguiendo tiras de cuero y baratijas, me las apañaba para componer pulcras piezas de bisutería que luego vendía. Nada de aquello me satisfacía. De todas formas él me superaba en una cuestión que para mí se erigía en un muro: era sociable, y pese a ser como dos gotas de agua, frente a aquello, yo no podía hacer nada. En las reuniones él era siempre el triunfador. Mientras que debido a mi timidez y mis expresiones ridículas, acabé siendo considerado el gemelo aburrido.
¿Por qué ninguna de mis aptitudes agradaba y las suyas eran aceptadas con una amplia sonrisa? ¿Por qué odiaba tanto a Carlos y a mi situación?
Tal vez porque dentro de un sistema de castas, me tocó interpretar el rol de invisible. Para sobrevivir debía trabajar en los espacios laborales permitidos, y recoger los excrementos de quienes estaban encima.
Un día, a mitad del tercer año de la especialidad de cirujano que mi hermano estudiaba, sus manos atolondradas me despertaron. Adormilado, permanecí tendido sobre la cama. Mis ojos soñolientos se abrieron y magnetizados descubrieron algo desconocido: su expresión por primera vez parecía alarmada.
—Perdona mi insolencia —dijo.
Cesó de balancearme. De una zancada alcanzó la alacena, sacó una botella de coñac y nervioso dio un trago.
Presencié la escena con una incredulidad extasiada y me mantuve en silencio.
—Verás... —dudó—. Es difícil de explicar, pero... hemos empezado las prácticas y me he dado cuenta de un detalle que puede ser desastroso —se mesó los cabellos y murmuró—. ¿Cómo no lo tuve en cuenta?
—¿El qué...?
Volvió la cabeza y se enfrentó a mí. Su cara estaba sudorosa y sus ojos irritados. No había dormido, o era la pobre impresión que ofrecía. Poniéndose de pié sobre la cama, en equilibrio, extendió sus brazos con las palmas hacia abajo y se quejó.
—¡Mis manos! Tiemblan como las de un niño.
Lo miré preocupado y pregunté.
—¿Bebes últimamente?
Negó. Asintió y terminó diciendo.
—Supongo que lo de siempre...
—¿Algún medicamento?
Volvió a negar, y mirándome con repulsión, batió los brazos arriba y abajo como si asestara golpes al vacío y gruñó.
—¡No...! ¡Nada de eso! Soy yo, que no me controlo...
Me di la vuelta sobre la cama y estirándome entre bostezos, le dije.
—Pues entonces tendrás que aprender.
—Y cómo...
Sonreí con superioridad.
—Deberías saberlo. Hay recursos.
Giró sobre sí y dijo.
—No te referirás...
—¡Acertaste! La tecnología de la bioquímica o en tu caso, la farmacología. Encontrarás remedios que pueden ayudarte.
—¿Cuáles...?
Lo miré de soslayo.
—¡Por Dios! ¿No me digas que estudias medicina y no lo sabes?
Sentado, me miró con aire de incredulidad. Incapaz de entender que yo, prosaico alumno de letras, estuviera al tanto de aquellos detalles.
—Seguro que sin querer has oído nombres: orfidal, sumial, lexatín...
Permaneció anonadado. Entonces le animé.
—Los conseguiremos. Tendrás que ir probándolos. Utilizarás el que te vaya mejor.
Comenzó a tantear. El lexatín y orfidal le adormecían, y para operar tenía que estar alerta y sereno. En cuanto al sumial, pensé que resultaría. Era la última novedad. Muy utilizado en sus exámenes por los estudiantes de piano y violín para sacudirse los temblores.
Sin embargo el día de la prueba, tuvo lugar un factor inesperado. Sus manos no le temblaron. En cambio su mente se quedó en blanco. Tan hueca y vacía como el viejo tronco de un árbol. Y para operar uno debe tener los conceptos claros. Sin nociones ni pautas no hay nada que hacer.
Quedaba una alternativa y la pusimos en práctica: sería sus manos.
Regresaba agotado de las pruebas y él me ayudaba a su maldita manera. Conquistaba mujeres preciosas y me las presentaba. Si bien satisfacían mis ansias fisiológicas, jamás me llenaban. Algo no funcionaba. De todas formas tampoco él podía estar satisfecho; y así fue.
Cuando se licenció me exigió dejar mi estéril dedicación. No estaba dispuesto a afrontar su aprensión y se había acomodado. Vivía a lo grande. Asistiendo a fiestas y reuniones mientras que yo, aparte de desvivirme por él, malvivía envuelto en las sombras. Era su esclavo y cautivo de lujo. Recompensado con mujeres esplendidas con quienes tras fornicar, apenas disimulaba una sensación: náuseas.
Disgustado con mi situación me afanaba pinchándole. Él fingía no ver ni entender mi malicia y pasaba olímpicamente de mí. Al final, con sus despreciables aires bonancibles, me ganaba por la mano.
Se veía venir. La situación no podría sostenerse. Tarde o temprano y por cualquier absurda pifia, descubrirían el enredo.
No recuerdo exactamente cuándo comenzó. Quizá una mañana o a mitad de un día cualquiera. Me encontré nervioso y en realidad feliz y excitado. Dentro de mí una necesidad: expresar el torbellino de ideas y símbolos que se mezclaban en mi cerebro y como torrentes lo inundaban pugnando por abrirse espacio y salir. Comerme el mundo, paladearlo sin respiro, era mi objetivo, y proclamar a los cuatro vientos mi milagro. Era un ser nuevo y brillante. Aquel día operé como nunca. Suturaba con una agilidad tan exquisita que al finalizar, la sala se había ido llenando de enfermeras, auxiliares y cirujanos. Todos estaban allí con un afán; presenciar mi virtuosa maestría.
Días o semanas después desperté hundido en un oscuro pozo. Arrinconado en la angustia y la irritación. Los estímulos y emociones que me habían llevado a funcionar con la precisión de una máquina, me habían abandonado.
En el quirófano la dificultad para mantener la concentración me condujo a un bloqueo desquiciante. Me vi obligado a ceder el trabajo a mis ayudantes, y amparado en una excusa trivial escapé.
En los meses siguientes seguí cayendo y mi vida se convirtió en una ruina. Me despertaba fuera de sí, gritaba ordinarieces a las mujeres que Carlos —preocupado por mí— me traía, y las echaba a patadas. Comencé a abandonarme; no me afeitaba, apenas comía, vivía en un caos de desorden, me enfrascaba en eternos monólogos apenas coherentes conmigo mismo y contra mí.
La mañana que el doctor diagnosticó mi anomalía, no daba crédito.
Con aires de pensador, juntó los dedos y dijo.
—Mire, todo ha cambiado. Los psiquiatras ahora no procedemos como antes. Seré claro—resumió.
Lo miré con ojos abiertos e irritados. Llevaba días sin pegar ojo. La causa de mi desbarajuste tenía su origen en sombríos temores sin pies ni cabeza. Para empezar, recelaba de mí mismo, y sentía fobia por detalles ridículos: como caerme en la taza del inodoro; cegarme con la luz del amanecer; ensuciarme los dedos, asfixiarme...
—Padece esquizofrenia de tipo desorganizado o hebefrénica.
Me quedé sin habla.
—Se caracteriza —siguió diciendo una voz lejana aunque audible— porque el sujeto presenta un comportamiento desorganizado sin ningún propósito, así como una afectividad inapropiada o plana —matizó.
Y se mantuvo flemático.
Lo que siguió a continuación aquel día, no es digno de contar. No pude aceptarlo. Sufrí un ataque de cólera que solo exterioricé al llegar a casa y arremeter contra el mobiliario.
Sigue dentro de tres, cuatro días...
Muchas gracias a todos.
José Fernández del Vallado. Josef abril 2014.
Un saludo a todos.
ResponderEliminar¿Por qué he estado ausente en vuestros blogs por espacio de una semana larga?
Por un lado, por la sencilla razón de que la vida, a veces, da problemas; y por otro, porque comencé a escribir algo y derivó en un relato lo suficientemente extenso, como para mantenerme ocupado una semana.
He decidido que quizá merezca la pena. En todo caso vosotros, lectores, seréis los jueces, detractores y defensores de esta obra.
Constará de CINCO PARTES, y excepto la primera que será la más larga, las demás en ningún caso sobrepasarán las mil palabras.
Espero irlas publicando con un intervalo de entre tres y cuatro días.
Para quien se anime a viajar, pues se trata de un viaje en todos los sentidos y conceptos, aquí os lo presento.
Un abrazo.
Uf!! Me has dejado petrificada.... me da miedo imaginar las consecuencias de su cólera...
ResponderEliminarIncluso puedo imaginar que ese hermano sea parte de esa creación del mundo de la esquizofrenia...
No perderé detalle en las próximas entregas.
Saludos !!!
:)
Gracias Nieves por la visita y por no quedarte petrificada del todo, me habría sentado mal jejeje.
EliminarUn fuerte abrazo.
Desde el inicio hasta la última de las letras, perfecto, sensacional, quiero ser tu alma gemela aunque me vaya de primera o de segunda en el nacer...saludos
ResponderEliminarBueno, no estaría mal aceptar el reto. Seguro que nos íbamos a llevar muy bien. Tú escribiendo poemas y yo escribiendo relatos.
EliminarBesos!
Mi querido Jose eres único para llevar a la gente a ese punto de querer saber más..... y luego los dejas en el misterio, esperare a que publiques como sigue,
ResponderEliminarBesos
Gracias Ilesin. Espero que los siguientes capítulos se hagan aún más interesantes.
EliminarMuchos besos!
madre mía... ya me enganché... espero masssssssssss..impresionante..cómo me alegra que hayas vuelto!
ResponderEliminar(gracias por tu hermoso comentario)
Gracias lunaroja.
EliminarAunque a veces parezca que estoy fuera nunca me iré del todo. sobre todo porque me gusta publicar aquí.
Un abrazo.
¡Menudo relato! Si ésta es la primera parte cómo serán las restantes. No me perderé ninguna, te lo aseguro, José. Impresionante.
ResponderEliminarMe gusta mucho cómo tratas el tema de los celos entre hermanos, y esa estructura tan original de lectura vibrante que te deja con el ansia de la espera.
No tardes mucho, por favor.
Un abrazo
Gracias María José.
EliminarA ver qué tal me queda todo el temita al final jejeje.
No es fácil...
abrazos!
Me has dejado con ganas de mas…Las descripciones que haces nos van llevando a meternos en el personaje, ese toque misterioso nos va a tener atrapados a quienes te leemos…
ResponderEliminarEspero impaciente.
Un inmenso abrazo Jose.
Gracias Sneyder.
EliminarAsí me dejas tú a mí cuando leo tu magnífica poesía. Impresionado y con ganas de más... jajaja.
Un abrazo!
Es asombrosa tu imaginación, me encanta... Todos tus temas son muy interesantes. Describes los lugares de manera que haces sentirse a uno dentro de ellos...
ResponderEliminarUn beso enorme.
Bueno Misterio. Pues trataré de seguir manteniendo el interés de este relato hasta el final, o en eso me esfuerzo...
EliminarBesos!
Pues de momento me gusta lo que nos dejas, has combinado lo reflexivo con el diálogo dando muchísimo ritmo.
ResponderEliminarBesos
Gracias Silvia.
EliminarSi te ha gustado, todavía me alegra más. Veremso el desenlace...
Besos!
Bien Jose, me abstengo de opinar con el debido respeto, comentar que me lo leí de tirón y me supo a poco...
ResponderEliminarEspero pacientemente...no hay prisas cuando esperas con gusto.
Besos de alegría por volver a sentir tu estilo inconfundible...
tRamos
jaajaja tRamos.
EliminarTienes razón. hasta el final no sabrás en toda su extensión el verdadero sabor que este relato dejará en ti... Muy razonable.
Un abrazo.
bien JOSEF, nos vas enganchando
ResponderEliminarnos vas introduciendo al relato a través del escenario descrito y los diálogos
esto promete
besitos
Bueno Elisa, estoy en ello. Tú me conoces bien, y sabes que siempre me esfuerzo, dentro de mis posibilidades, claro...
EliminarBesos!
Interesante relato,a ver como continúan estos gemelos...
ResponderEliminarBesos!
Pues eso veremos dento de muy poquito ya...
EliminarGracias por la nueva visita.
Besos!
Una semana provechosa, por lo que leo. Estoy enganchada, esperaré esos días. Muy bueno, sí señor!!
ResponderEliminarBesos.
Y trabajada a fondo. En estos momentos todavía estoy retocando y matizando el final...
EliminarBesos!
Ya está leída la primera parte, me ha gustado, parece que promete enredarnos en una historia algo complicada, de las que a mí me gustan..... Esperando continuación.
ResponderEliminarMis hijas son gemelas univitelinas monocigóticas, jeje
Besos apretaos
Veo que, por lo tanto Yeste, llevas ventaja puesto que entiendes muy bien los terrenos por los que me muevo... hasta ahora jejeje....
EliminarBesotesss!
Hola, José.
ResponderEliminarQué genial que hayas estado escribiendo un relato largo. Eso significa que no te tiemblan las manos a la hora de teclear y tu mente está llenita de ideas. Vamos, nada que ver con tu/s protagonista/s.;)
La mente humana es compleja hasta límites insospechados.
Un saludo y pásalo estupendamente estos días de asueto.
Luisa!!! ¿Qué tal está mi escritora preferida? Espero que todo te vaya bien. me informo y sé que estás a punto de finalizar todo un libro!
EliminarYo, aquí, deajndo volar la imaginación a ver si voy despegando y vuelvo a ser la máquina de escribir que una vez fui, pero en versión mejorada jajaja!!!
Que disfrutes igualmente!
Besos!
Esperamos atentos al desenlace, Moderato.
ResponderEliminarSalu2 intriga2.
qué sin duda se producirá....
EliminarSaludos Dyhego!
Hola José!
ResponderEliminarVengo del blog de Oriana a conocerte y me gustó lo que encontré.
Me encantó leerte. Volveré, pero esperaré pacientemente hasta que termines tu relato.
Me gustó la sensibilidad de tus palabras, por eso me quedo, con tu permiso.
Desde Oporto te mando un beso y te deseo Feliz Semana Santa.
Muchas gracias por la cordial visita. enseguida iré a visitarte. de hecho ya he estado pero sin tiempo para leerte. Mañana vuelvo, espero tener más tiempo.
EliminarUn fuerte abrazo y bienvenida!
Sin duda la espera a merecido la pena... Tienes un don para que el lector desee saber más y más de la historia... Es fácil leerte por la cantidad de detalles que incluyes en cada uno de tus escritos... Y a mi personalmente me has dejado muy intrigada, creo que el hecho de ayudar durante tanto tiempo a su hermano fingiendo ser quien no es le ha pasado factura y las consecuencias no serán buenas.... espero deseosa la continuación... ainsss que días más largos... jejejeje...
ResponderEliminarMuchos besinos!! :)
Gracias Haydeé.
EliminarDeseo que disfrutes y lo pases muy bien.
Besos a pares!
Muy buen comienzo!!! una historia diferente, me gusta, me gusta... atenta estaré al siguiente capítulo!!
ResponderEliminarSaludos.
me alegra que te haya gustado. espero que el resto vaay in crescendo...
EliminarUn abrazo Maite!
Sólo decir que has conseguido dejarme en vilo, y me alegra, pues esperaré con ganas la segunda parte, de la que estoy seguro seguirá siendo tan trepidante como esta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Jorge donato por mantener abierto un blog interesantísimo. al que me acercaré cuando pueda a descubrir hechos siempre increíbles y maravillosos.
EliminarUn abrazo.
Enganchar, lo hace. Ahora a esperar. Hasta este punto trama y prosa de 10. Jaja, y no es amor de amiga.
ResponderEliminar:)
Bueno Montse pues veremos que tal la continuación.
EliminarUn fuerte abrazo!
Has conseguido despertar mi interés, José. No me perderé ningún capítulo. Narras con habilidad y has esbozado una trama compleja con suspense.
ResponderEliminarPuede que haya en este personaje un desdoblamiento de personalidad; en fin, lo bueno es que me dejas intrigada con esos gemelos.
Un abrazo
Gracias Fanny. Como vengo repitiendo, a ver qué tal la continuación. Espero que siga manteniedo vuestro interés...
EliminarAbrazos!
Quedo a la espera de saber por dónde irán los tiros del hermano de Carlos, que su "problema" sea de índole mundano y no el de poseer una mente privilegiada. Estoy es ascuas...
ResponderEliminartD1b, José.
Bien, pues seguiremos entonces...
EliminarGracias por la visita.
Besos!
La "locura" de este relato me gusta. Intriga, suspense, lucha fratricida, lucha interior. Seguiré leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz descanso durante estos días.
Sí, tiene su grado de locura jeje...
EliminarVeremos que tal sigue no?
Unabrazo Indigo!
Un relato apasionante, sin desperdicios. LLeva a seguir leyendo sin apartar la atencion letra por letra. La mente lleva por caminos inimaginables a las personas no hay limite entre cordura y locura.
ResponderEliminarUn abrazo José.
Gracias roberto.
EliminarSeguiremos mañana o pasado. sin prisa pero sin pausa.
Abrazos!
Leyendo, leyendo, me iba acelerando y he tenido que frenar en seco, me has dejado colgada y en vilo... Espero arrancar pronto para seguir el camino de tus letras.
ResponderEliminarBesos Calados.
jajajaa sois de las que toman carrerilla no Gemelas? Y de gemelos va la cosa...
EliminarSeguimos, tal vez mañana...
besos!
Intriga y apasionamiento se van alternando a lo largo del relato, creando cada vez más ganas de seguir leyendo. Me gusta la trama que deja volar la imaginación pensando en más de un desenlace, sobre todo después de que aparece en escena esa esquizofrenía. Genial, Moderato, estaré atenta a la próxima entrega.
ResponderEliminarUn abrazo !!!
Gracias Atenea.
Eliminarnada menos que Atenea. Una diosa siguiéndome, tendré que hacerlo bien o de lo contrario su furia caerá sobre mí jejeje.
abrazos!
Sólo te diré que me tienes intrigada, espero con impaciencia la segunda parte, esta me ha sabido a poco.
ResponderEliminarBesitos
Bueno pues así me gusta teneros: intrigados jajaja
Eliminarmañana tal vez continuemos. a ver cómo se da la cosa jeje.
Besos.
Tan solo dejarte mis saludos soy incapaz de leer el tema me siento que me encojo poco a poco. No lo tomes a mal tan solo por pensando en el hecho de las criaturas.
ResponderEliminarSaludos.
Humm... Mari Pi Te aseguro que la cosa quizá no sea tan mala, o tan grave, como tu enfebrecida mente imagina. No puedo decirte más.
EliminarDe todas formas leer o no solo está en tí...
Gracias por la visita.
UN abrazo.
ResponderEliminarEl comienzo ya es magistral. Seguiré enganchado a ver lo que nos depara el segundo capítulo.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
Bien ñoco! Así se habla. Hay que embarcarse en eta aventura necesaria jejeje.
EliminarUn gran abrazo.
Hola Josef: Esperaré el relato de Carlos y su hermano esquizofrénico... ¿Algo me dice que los papeles se podrían invertir y cambiarle la suerte al gemelo no tan favorecido? :D Saludos,
ResponderEliminarKatmarce--
submarinopimienta.blogspot.com
Todo puede ocurrir en la vida katmarce. Eso es lo que nos mueve a vivirla....
EliminarBesos!
No voy a ejercer de aguafiestas dejando aquí el tropel de hipótesis que he ido formulando según leía, me los guardo para el final si cuando llegue lo vio apropiado :) .
ResponderEliminarMe encanta el comienzo y la expectativa creada. No hay nada que favorezca e incremente mas el deseo que una dulce y ansiada espera.
Un abrazo
Me parece muy razonable Nurocas.
EliminarUn abrazo.
Bueno ya busqué tiempo y lo encontré y he llagado con expectativas y leyendo hasta el final sin hacer cabalas, ahora mis pensamientos se han vuelto locos, intento adivinar y se que no acertaré, me gusta, me gusta viajar por esos derroteros sin saber donde caeré. Un saltibrinco
ResponderEliminarTal vez aciertes. No siempre uno falla. así es la vida, un enigma.
EliminarUn abrazo.
Gracias a ti por compartir con nosotros tan buena literatura.
ResponderEliminarEs un gustazo leerte. Se lee en un pis pas, Josef.
Espero no perderme la continuación, :)
Un fuerte abrazo.
Sabes crear atmósferas, tienes un don para ello, y enganchas. En las descripciones cada rasgo lo perfilas con detenimiento pesando las palabras.
ResponderEliminarTras leerte, me quedo pensando en que ambos, finalmente no son tan distintos...
Voy siguiendo la pista.
Bss, Josef.
a medida que iba leyendo iba recordando el argumento de una película dirigida por david cronemberg y esteralizada por jeremy irons que hacía el doble papel de los gemelos idénticos que eran asimismo exitosos doctores que se consultaban entre sí lo que no pudieran entender o alguna duda que tuvieran acerca de las enfermedades de sus pacientes femeninas.
ResponderEliminarellos eran dueños de una clínica donde uno de ellos gracias a su carisma y don de gentes era el encargado de conseguir los fondos necesarios para su funcionamiento y era también el que tenía la desenvoltura suficiente para conquistar a las mujeres que al final, él compartía con su hermano formándose un trío muy peculiar donde las mujeres no estaban al tanto de la situación.
la película se llama "inseparables" y se puede encontrar en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=wN8bwldyd4M
no sé si has visto la película y te hayas servido de ella como inspiración para escribir tu extenso relato. mañana leo la segunda parte de tu escrito.
saludos.
Por supuesto que la vi Draco. Y sí reconozco que, en parte, me ha servido para inspirarme. Pero sobretodo me inspiro en unos gemelos reales que conocí durante mi etapa de estudiante, y alguna de las cosas que me contaban; bastante alucinantes por cierto. En cuanto a la peli que mencionas se desmadra un poco al final jejeje.
EliminarMi relato, según avanza, no va por el mismo camino.
Un abrazo.
No debe ser nada fácil vivir en la sombra de otro, por mucho que uno quiera ayudarle, pero a veces la vida nos pone encrucijadas que si no se saben evitar a tiempo pueden terminar con aquel que las acepta sin más.
ResponderEliminarComo verás he venido a buscar el primer capítulo, porque después de una semana muy ajetreada vi que el relato andaba ya por la tercera entrega y a mí me gusta siempre saber el qué y el cómo de las cosas.
Besos!!!
No alcanzo a imaginar lo difícil que debe ser vivir con esos sentimientos que se generan en el interior de una persona por creer o cuando por ignorancia te hacen creer que eres la sombra de otro.
ResponderEliminarExcelente tu imaginación, creo alguna vez haber visto una película de gemelos idénticos, aunque uno de ellos asesinaba a su hermano para tomar su lugar y al final resultaba que su vida no era tan perfecta y limpia como aparentaba teniendo que cargar con crímenes y una serie de malas acciones que había hecho el hermano asesinado.
Paso a leerte José.
Empecé a leer. Y voy a seguir.
ResponderEliminarQue buen comienzo. El relato está contado en primera persona, bien usado ese recurso.
El personaje tal vez no sepa que se suele discutir cual es el mayor de dos gemelos. Hay quienes sostienen que es el segundo en nacer.
Bien planteado, un hermano triunfador pero preocupado por sus manos. Otro, inseguro que podría disfrutar la compañía de las bellas mujeres que le trae su hermano. Pero no lo hace.
Tiene sentido que uno sea cientificista y otro se incline hacia el arte, que uno sea diestro y el otro no. Tal vez sea una cuestión de hemisferios cerebrales.