Fue en el verano de 1980. Ella era taheña, con el pelo rizado, los ojos azul cobalto, la nariz con unas aletas sobresalientes, y una mirada clara y despejada como un cielo abierto. De complexión delgada, y tan alta o más que yo. Era extranjera, de algún país nórdico: Dinamarca, Suecia o Finlandia tal vez...
Me saludó sin apenas levantar la vista, sin detenerse en el arduo trabajo de liar su petate de tabaco. No pareció preocuparle que yo me acomodara a su lado. Tampoco le interesó saber mi nacionalidad y si tenía estudios o trabajaba, y todos esos chismes que suelen aludirse para iniciar el principio de algo, cuando no se sabe bien qué.
Comenzó a dar chupadas a su cigarrillo, concentraba su mirada en las olas y el mar y pensaba en asuntos muy distantes de mí.
Permanecimos en silencio largas horas. Era una época diferente, en la que los móviles todavía no perturbaban el silencio del tiempo, y uno podía habitar recluido en sí mismo, con entera libertad y confianza.
Fue un verano de mil novecientos ochenta, sí. Recuerdo sus manos preciosas, como los delicados cordajes de un violín, ejecutar pausados y precisos movimientos acompasados siguiendo una singular melodía que tarareaba, y aquel semblante lozano y rubicundo que llegado el atardecer y después de tomar el tercer té, volviéndose a mí, me dedicó una sonrisa.
La noche cayó ante nosotros como un manto de franela y un baile fugaz de disfraces de oro y plata fogueó el firmamento. Éramos dos perfiles que nos observábamos como marionetas insólitas que anhelan conocerse, sin reconocerse siquiera.
Sombras fugaces de perros y gatos nos asediaron cual chacales; olores extraños, unas veces de gigantes oceánicos, otras provenientes del estrecho, traspasaban nuestras papilas olfativas como desarropadas conjeturas.
A medianoche una brisa fresca comenzó a azotar nuestros semblantes disminuidos por una tristeza contagiosa. Entonces la sentí hablar. Se había levantado de la silla y acercándose a mí me proponía algo que yo no supe traducir, porque sencillamente no podía entender aquel acento de acero de tierras sobrias y lejanas. Lenguaje, que sin embargo, produjo en mí un sopor narcotizante, que fui incapaz de controlar.
Me tomó de una mano y sonriendo me invitó a acompañarla. Mientras, yo, inmerso en un estado cercano a lo catatónico la seguí, o me limité a dejarme llevar suavemente, como una res se deja arrastrar al matadero.
Caminamos por la playa hasta internarnos en un insondable abismo de oscuridad, cuando comenzó de nuevo a hablar y esta vez creí entender lo que decía. Pronunciaba un remoto y sublime conjuro dedicado a los dioses de la noche...
Desperté de mis extravagantes alucinaciones y me encontré desnudo, haciéndole el amor a mi peculiar acompañante en una tienda de campaña. Ella gemía y lloraba de forma desconsolada.
Desperté de mis extravagantes alucinaciones y me encontré desnudo, haciéndole el amor a mi peculiar acompañante en una tienda de campaña. Ella gemía y lloraba de forma desconsolada.
Le pregunté si estaba bien de mil maneras y, asintiendo, me dio a entender que no era nada. Sólo entonces intuí su dolor, y supe que su llanto no era de felicidad, sino debido a una amargura desgarrada. Conmovido quise saber algo más.
Pareció comprenderme y tras pensárselo, extrajo un atado de cartas del que fue sacando fotos y a la luz de una lámpara de gas, empecé a conocer la vida de mi sensible acompañante.
Había una familia: un marido y unos hijos sonrientes y radiantes. Todo eso, fui descubriendo a continuación, se lo habían tragado las aguas para siempre. Por razones inciertas, fueron una familia que hizo del mar su bandera, y desplazándose de puerto en puerto, habían disfrutando de las emociones que esa clase de vida conlleva, pero acabaron expuestos a los riesgos inevitables de un océano ingobernable y cruel.
La desgracia se cebó en la familia en los inicios de aquel verano, navegando por aguas gallegas. Al franquear la costa de la muerte una galerna los sorprendió, y saqueó el barco en una lucha desigual. Se sucedieron quince horas de fatiga y, en las que como si de un angustioso episodio por entregas se tratase, aquella Valkiria nórdica, presenció como uno tras otro, el mar le arrebataba a sus seres queridos.
Y ahora estaba sola. Vagaba arrastrando su espíritu roto por las costas españolas. No era sino los restos de una mujer transfigurada en alma en pena, que apenas hablaba y había dejado de creer, y todo lo que hacía era llorar su dolor como hizo durante las horas siguientes. Apoyada sobre mi hombro o recostada entre mis brazos, y yo mimándola, admirando aquella belleza perdida, erosionada por un dolor infinito...
No dormí hasta altas horas de la madrugada. Abrazado a ella como una lapa; besándola, tratando de mitigar su profundo desconsuelo y suturar una cicatriz sin remiendo y cubierta de pus.
Las primeras luces del alba me despertaron tendido sobre la arena de la playa.
Había recogido la tienda y se marchaba a ningún lugar o a cualquier rincón desconocido. Quién sabe, tal vez cruzara el estrecho y recalara en África. Perderse allí de forma definitiva podría ser fácil. Sobre todo adentrándose en el inmerso camposanto de pasiones dilapidadas que conforma el desierto del Sahara. O quizá volviera a la civilización, para llevar una vida insustancial diluida en el solitario anonimato que concede la multitud.
Un beso breve y seco por despedida. Unas frases enigmáticas, internacionales.
Me sentí incapaz de moverme. Mi organismo, dominado por un nerviosismo frenético, no cesaba de temblar.
A lo lejos un silbato. El ronroneo del autobús al arrancar y después un silencio eterno, repentino y tranquilizador.
Volví a cerrar los ojos y la realidad intensa de la vida, se convirtió en una losa de gratino imposible de quebrar...
José Fernández del Vallado. Josef Arreglos Diciembre 2013.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
55 libros abiertos :
Conmoverdor, emotivo y triste. Un relato con la unión de almas desoladas en la vida, y que por un instante se encuentran para consolarse de las tragedias que el destino les juega a su paso.
Maravilloso mi querido Josef, la combinación del texto con la música y la imagen, hacen que uno viva la historia en primera persona.
Me encanto!!
Besitos de luz
Excelente relato, muchas gracias por permitir disfrutar su texto. Saludos Nancy
Gracias Caro. Me alegra que te haya gustado. Es una vieja historia, casi tan vieja como el mar...
besos!
Gracias Vivencias por la visita. y si encima has disfrutado con el relato objetivo conseguido!
Besos.
Buen día, es un hermoso relato, y hermosas letras, lindísimo blog, por ese motivo te invito a mi mundo de fantasía.
Con amor Evy
Gracias Evy LO. Iré a visitar ese mundo de fantasía.
Besos.
A veces la vida te regala momentos gratos, que son un sueño evocador en futuras fechas ; a veces la vida te arrebata lo que más quieres, entonces es cuando comienza el duro camino buscando un motivo para seguir caminando, para seguir sintiendo un latido que arrope el alma
Me ha gustado tu relato, Jose, además... mi costa, mi mar.. mi Galicia..!
Un beso
A ver si puedo comentarte, he tenido mucho problemas para acceder a tu blog:
Genial y magistral narrativa , llena de pasión y corazón, Josef.
Un Fuerte Abrazo.
Muchas gracias Coté. Un placer tenerte en mi blog. Ahora, ya estamos conectados de nuevo, si como dices lo estuvimos antes...
A mí también me gustó visitarte.
Besos.
Hola Amapola, como verás he vuelto de nuevo jajjaja. me di cuenta de que necesito mi blog para expresarme.
Has tenido problemas? Qué raro. Últimamente nadie me ha comentado que los tenga, si bien otras veces sí.
Muchas gracias por tu visita. no dudes que iré a visitarte en cuanto pueda.
Besos.
Precioso relato, e uma costa muita bonita também, que pretendo conhecer um dia.
Obrigada pelo carinho deixado no Sedimentos.
Beijos e flores.
Te lo comento ( mi otra piel )
por el mail
Besos y que tengas una estupenda tarde de domingo
Gracias Teca. encantado de que te haya gustado.
Un fuerte abrazo!
Qué bello relato Josef, fuerte, crudo, estremecedor como asimismo, humano.
Solo otro humano nos vuelve, por instantes e instinto, a la vida!
buenísimo!
eres un cielo amigo lindo!
ali
Muchas gracias Alicia! qué alegría verte de nuevo por aquí.
Me agrada que te haya gustado.
Un abrazo inmenso!
José, un magnífico relato que nos atrapa desde de la primera mirada.
Recorremos con incertidumbre, curiosidad y cierta melancolía los restos de un terrible y doble naufragio. El físico, el que la galerna propicia y el personal y humano de la mujer sobreviviente. Errante arrastra la desolación y el dolor.
Me ha encantado como has llevado la trama "in creciendo", aumentando en cada párrafo el interés por conocer más d ella historia.
Siempre es un pacer leerte.
Un abrazo
Como siempre es un placer recibirte aquí. Ahora, no sé de dónde salen, parece que de nuevo encuentro fuerzas para seguir escribiendo, y continuar con el proyecto de este blog. Un blog que a veces repudio y otras encuentro como una salvación mental y algo casi indispensable.
Sí, seguiré escribiendo.
Un abrazo.
El relato te arrastra hasta llevarte la final de la historia. Me ha gustado mucho
un abrazo
fus
Yo en primer lugar quisiera felicitarte por la creatividad y el buen manejo de tu narrativa, te diré que logró emocionarme en cierto punto porque como lectora quizás también hice una comparación con ciertos naufragios que se presentan en la vida y te dejan a la deriva y sin camino...
Un excelente relato, te deseo un hermoso comienzo de semana, besos.
Jose, me gustó leerlo. Ya sabes que me encanta tu narrativa, la sencillez y lo explícito a la vez de tu forma de contar las cosas. Muy lindo y emotivo.
Hola, josé.
Buen relato.
Crudo y tierno a la vez. Se respira la soledad de la mujer, su huida hacia ninguna parte. Estupendas descripciones.
Un abrazo.
Te arrastra como una galerna infernal amigo Fus.
me agrada que hayas disfrutado.
Un gran abrazo de nuevo!
has dado en el clavo porque de eso mismo se trata, De un naufragio. El naufragio que a veces devasta nuestras vidas... Cuántos naufragios padecemos a lo largo de la vida? A veces avanzamos a trancas y barrancas, tragando agua sin cesar...
Un abrazo.
Y ami me encantará y animará siempre que una excelente escritora como tú me visite. Me agrada encontrarte en mi blog.
Un abrazo.
Gracias Luisa.
Encantado de que lo hayas disfrutado.
bueno a empezar la semana otra vez. A ver que tal se me da pescar en aguas revuerltas jajaja.
un abrazo.
Tocas el alma con tus letras...
Eres muy descriptivo, y es pura poesía el relato...
Muchos besos.
Gracias Misterio.
en el fondo creo que es la poesía que lleva implícita la vida. Sea dramática o no.
Un abrazo.
Hola José, me ha encantado tu relato, es conmovedor. A mi me ha transmitido melancolía, dolor y resignación, todo un revoltijo. Qué triste es vivir cuando te arrebatan lo único que tiene sentido.
Me quedo por aquí.
Un abrazo
Es terrible y desconcertante. Crees tenerlo todo y en un tris desaparece. algunos son capaces de volverse a levantar, otros quedan rotos para siempre...
Agradezco mucho tu visita. Pero sobre todo que me hayas leído y te haya llegado.
Seguimos en contacto.
Un abrazo!
Encuentros fugaces que dejan huella.
Salu2, Moderato.
Hola Josef, buenas tardes. Muy bueno tu relato, y muy bien narrado. Lo has contado de una manera que se hace un enganche desde el principio hasta su fin, muy bueno Joséf. Felicidades. Un abrazo.
Gracias por tus palabras.
Lola Barea.
Cuántos de esos encieuntros habrá habido en mi vida, me pregunto ahora....
Saludos!
Hola José!!!!
Nunca te había leído, sólo he visto comentarios tuyos en blogs amigos y ahora me alegro muchísimo de que hayas venido a verme, pues por fin puedo felicitarte por tu manera de escribir, me gusta muchísimo como creas el ambiente, cómo detallas a los personajes y por supuesto, tu historia.
Cómo puede variar una vida plena y feliz en una triste soledad, en un dolor inaguantable.
Eres muy bueno, y yo sin enterarme, jaja!!.
Me encantaría saludarte en Madrid, la verdad es que me da mucho corte y sobre todo porque escribís tan bien que no sé que voy hacer sino admiraros y felicitaros, allí nos vemos!!.
Un abrazo!!.
Agradecido por tu visita Lola y agradecido de que te haya gustado.
La verdad es que siempre intento que engancheY al primero de todos, a mí. Si a mí no me engancha noto que escribo sin fuerza, sin alma. por lo tanto creo que todo relato tiene que tener esa fuerza o misterio.
Igualmente, gracias por tus palabras. Seguimos en contacto.
Un abrazo.
Yo tampoco me entero de si escribo bien o mal. La verdad, escribir realmente bien es muy difícil.
Y no te preocupes yo también soy tímido y tampoco sé bien lo que voy a hacer jajaja. Pero sé que me agradará. Conocernos y saludarnos creo que estará bien y será un buen punto. Todo sea por Humberto, él si es el gran escritor.
Besos y abrazos,
La vida y sus altibajos, amigo. Al menos tu protagonista tuvo con quien compartir su pena y eso siempre es un descargo...
Un abrazo
Lo tuvo. Aunque en el fondo ya no hallara mucho consuelo. Estaba muy tocada... y tras un suceso así ¿quién no lo estaría?
Se agradece tu visita, una vez más Montse.
Espero que todo te vaya bien.
Un abrazo.
Encantada de visitarte, me gusta tu relato. Los momentos inesperados de la vida suelen dejar huellas.
Gracias por tu visita
Abrazos.
Muchas gracias Pamisola. Encantado, igualmente, de verte por aquí.
Por supuesto seguiré visitándote.
Un abrazo.
Es díficil atrapar a alguien con un relato, hacerle sentir. Creo que tú lo consigues aquí de diversas formas. Casi te dan ganas de enamorarte de la mujer y de llorar al conocer su historia.
Has ganado un seguidor nuevo.
Salud.
Gracias Oski.
Es difícil desde luego. Y me ha costado jajaja.
Seguimos en contacto, a partir de ahora entonces.
Un abrazo.
Hola Josef: ¡Qué capacidad creativa la tuya!... Un relato muy intenso, lleno de colores y contrastes :) Saludos,
Katmarce--
submarinpimienta.blogspot.com
Magnífico relato Jose.... la vida nos va arrancando de cuajo muchas cosas, sin duda, el arrebato de los seres queridos es el culmen del dolor, una situación la descrita, como para no levantar cabeza nunca más. Ternura se desprende de tus vuelo barbaridad.
Gracias por tu presencia en mi casa.
Besos
Hola katmarce.
Un placer recibirte. Ya eres una buena amiga, y siempre valoro mucho las opiniones de la gente que me sigue y a la que yo sigo, porque sé que saben como escribo y si mi nivel sube o baja.
Un fuerte abrazo.
Agradecido Calma por tu acertada opinión. Hay golpes en la vida que por desgracia son casi definitivos. Solo nos queda aprovechar a fondo la vida, siempre con la esperanza de que el destino no nos juegue una mala pasada.
Un abrazo.
Cómo consolar una pena tan grande? Triste relato, José. Supongo que ante un dolor tan grande poco más se puede hacer que dejarse morir. No es fácil sobrevivir cuando te arrebatan todas las razones para vivir. Hay que buscar otras, pero no se me ocurre cómo hacerlo.
Un abrazo
Eso es lo peor que a uno le puede pasar, y lo que en líneas generles está sucediendo, que yo sepa en España, con las nuevas generaciones de jóvenes y el país en general. Qué triste resulta encontrarse, en el lugar donde debería de haber puertas que se abren con afecto, portazos y derechos que se cierran y coartan; represión, recortes de los derechos, reducción salarial y sobre todo un incremento sustancial de los productos más básicos para vivir.
Luego que se sigan preguntando por qué la cosas van de mal en peor. Si quienes hacen las leyes trabajan para la banca y un grupo de Señores Acaudalados, en lugar de atender a los más de cuarenta millones de españoles que de verdad lo necesitan.
Un abrazo!
Una triste historia, desoladora diría yo… que pena, a veces la vida cambia por completo con un accidente como este, el mar se lleva la vida de muchos y las ilusiones de otros para siempre.
Besos.
Muy emotivo, alcanzas un tono íntimo, casi personal que empuja al lector a preguntarse... a acercarse
Besos
El mar, la naturaleza. Pero también los hombres somos capaces de destrozar las vidas de otros. En las guerras lo hacemos demasiado a menudo y es una historia que parece no tener fin.
Gracias Campoazul por la agradable visita.
Un abrazo.
Estoy buscando formas de conectar más con el lector...
Gracias por la visita.
Un abrazo.
Mi cerebro se fue imaginando cada lugar, cada momento y cada gesto que fuiste describiendo. A veces las palabars sobran, pero otras tantas faltan. Sería un mundo totalmente diferente si no existiesen, no sé si mejor o peor, o sí lo sé, pero prefiero no decirlo por no estar totalmente convencido. Lo que sé, es que un mundo sin palabras, sería muy diferente al que vivimos ahora.
Gracias por tus palabras tan generosas en mi blog.
Tal vez no haga falta esperar tanto tiempo para llegar a vivir en un mundo sin palabras. Y una parte de lo que veo por ahora no me acaba de convencer. Los chicos jóvenes se hablan por el móvil, encontrándose unos al lado de los otros. Pero yo sé, y entiendo que tú también, que hay otro mundo sin palabras mucho más real que el de las palabras. Es difícil entenderlo, y sobre todo entrar en él, pero cuando se consigue basta una mirada para entenderse y alcanzar una felicidad tranquila y silenciosa.
Gracias por la visita.
Un abrazo.
Hola, gracias por quedarte, gracias por tu comentarios, te confieso que hace tiempo que te leo, entre visillos , pero yo también estuve, tiempo sin asomarme a esta ventana.
Un beso
Hola África.
Es necesario viajar a África, ayudar a África, estar con África. No en vano son mucho más que nuestros vecinos: nosotros, España, somos un pedazo de África. da pena ver como muchos lo niegan cuando son descendientes directos de África.
Muy agradecido por tu visita. desde ahora estamos en contacto y en cuanto me sea posible pasaré por tu casa.
Un fuerte abrazo.
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