Mujer de otro siglo
me consume no encontrarte
entre mis brazos,
haber perdido tu amor
saberme ente alado y penitente.
Sé que sin ti no soy nadie
en cambio pude haber sido
aquello que nunca fui ni seré.
Me recuesto en tu rincón
me abrazo como te abracé
la vez que sostuve tu sonrisa
sin que tú te cayeras,
y tampoco creyeras en mí.
Descubro universos que suspiran
melodías de amor susurrante
gimo entre sábanas blancas
y azules violetas sin luz.
Te echo de menos...
En la Tierra eres mi alma perdida,
en la mente una astilla
deshonrada de sangre muy tibia.
Y sigo escribiendo
hasta agotar el tintero
y rellenarlo con lágrimas
de sabor contrapuesto
a espirituosos besos de amor.
Te escapas y te recuerdo
te siento pero te escapas...
Escucho tu melodía
y te retengo un instante
entre mis brazos y nada;
juego con tus cabellos de aire
lamo tu piel de abenuz
beso tu cuello de ánfora
estás y no estás y te escapas...
y de nuevo no estás.
Lenguas de fuego incendian
terremotos de pasiones
Desastres, pérdidas, naufragios...
El baile de la vida ha comenzado
al albor de una noche encolerizada
acaricio tus cabellos de fuego
y piel sintetizada
Mujer de otro siglo
no piensas sino en sobrevivir
me dejaste a las puertas
de tu civilización intocable
Y te olvidaste de mí para siempre...
José Fernández del Vallado. Josef. Agosto 2009.