Querida Afrodita, te escribo este pliego porque me acuerdo de ti con pasión. No
puedo olvidar las noches que disfrutamos haciendo el amor en aquella hermosa
cala de arenas puras y blancas, mientras las olas del mediterráneo lamían con beneplácito
nuestros cuerpos abrazados y salaban sus heridas abiertas. Entonces te dije que
siempre estaría a tu lado. ¿Recuerdas?
Pues bien, aquí estoy, dando vueltas en el mismo mundo – carrusel que tú, y sin embargo, todo resulta tan raro...
Pues bien, aquí estoy, dando vueltas en el mismo mundo – carrusel que tú, y sin embargo, todo resulta tan raro...