jueves, agosto 20, 2009

El Cartero...



Por la mañana visito a Susana, está en el jardín botánico, cuidando de sus espléndidas rosas rojas; vende a diez euros el ramo y no le va mal.
Me abraza y me invita a un café; le entrego la carta, después hacemos el amor, como todos los días.


Me despido, entro en el edificio, subo las escaleras cruzo la verja cierro el candado, recorro cien metros de pasillo oscuro, abro sin llamar y entro en el cuchitril de Rania.
La encuentro echada boca abajo, la camisa apenas le llega al espinazo y deja ver sus nalgas redondeadas; sonriendo me desabrocho los pantalones, me extiendo sobre ella, cuando la penetro, ni siquiera profiere una exclamación de placer. Me gustan ella y su físico, es ondulado y atlético, me agito y convulsiono y estallo de placer en su interior. Entonces oigo los gemidos. Miro y veo su mano extendida, intuyo sus lágrimas pero... ¡no se deja ver!
De forma violenta la agarro del cuello y forzándola la obligo a volverse. Su rostro está mojado. Trato de animarla mientras le explico que si queda embarazada de mí el trato será siempre mejor; en tanto no hable, claro. Le entrego la carta. Se da la vuelta y llora con desconsuelo.
Me abrocho los pantalones y salgo suspirando y en silencio, sin molestar.


Atravieso tres rejas más y en cada puerta, me detengo.
Primero en el recinto de Teresa, está sentada tras el caballete; fuma mientras matiza sobre el lienzo y llena de densas volutas de humo el entorno.
Abro el ventanuco, la tomo por detrás de los senos, se los sobo. Recibo un mordisco. La arrastro hasta el camastro y forcejeando la fuerzo con una violencia que me hace sentir más hombre y sobre todo, dominador.
Lanzo la carta sobre su cuerpo abandonado en el suelo y escupo sobre ella. La insulto y cuando me replica, me río.

Sudando cierro la puerta y continúo hasta alcanzar otra puerta, me asomo por la claraboya y veo el cuerpo de Rosa, la negra. Es ágil y terso y no está mal; tiene unos pezones bonitos, pero huele a negra y eso no me gusta, no soy racista pero no me gusta su olor... Además, ni siquiera hay carta para ella.


Sigo hasta alcanzar una puerta blindada al final del pasillo.
Ahí está Mariela, la gitana condenada a morir estrangulada en el garrote. Sé que necesita un buen polvo, aunque sea el último de su vida...
Meto las llaves haciendo ruido a propósito y al abrir... me desplomo.
Cuando abro los ojos estoy maniatado por detrás con mi cinturón, y tengo la boca llena. El sujetador, atado por detrás de mi nuca y sobre mi boca; impide que expulse las... medias de Mariela.
Está sentada frente a mí. Lee su carta y llora. Llora la pérdida de su marido delatado por ella misma bajo suplicio mientras su semblante se tiñe de rabia y dolor.
En una de sus manos tiene mi cuchillo de defensa y mientras llora, comienza. El dolor es insoportable pero sabe manejarse, y de un movimiento sutil, casi maestro, roba mi hombría. Nadie oye mis gritos apagados por el sofoco de las medias.
Se inclina, toma mis partes ensangrentadas, las mete en el bolsillo de mi camisa y mirando a mis ojos sanguinolentos, me dice.
— Recuerda. Si no mueres desangrado... Esto es para que no te olvides de mí. Ni de ellas. ¡Jamás...!
A continuación llama a mis compañeros.
Luego se lleva el cuchillo al cuello y de un giro se abre la yugular.

José Fernández del Vallado. Josef. 2009.





26 libros abiertos :

TORO SALVAJE dijo...

Me parece justo el final para ese cerdo repugnante.
Se lo merece.
Y aún me parece poco.


Saludos.

Capochoblog dijo...

Se merecía algo peor el hdp...

Cuantas historias como esas? Cuantas mujeres maltratadas, por unas miseras palabras?

Besos.

Anónimo dijo...

cómo siempre dando el toque justo al final de la historia...
lo menos que se merecía!!!

agradezco enormemente tu visita en mi espacio....recién estoy entrando a la red y no quería dejar de pasar a darte un abrazo!!
gracias por estar conmigo..

Julia Hernández dijo...

Vaya, vaya con ese cartero, me quedé pensando no sé porqué en el bolsillo de la camisa, un relato espectacular y ese final impactante. Lo he disfrutado mucho. Un abrazo.

Cynthia dijo...

Vaya historia... si que andabas inspirado y lleno de gritos contenidos...

Buen relato fuerte, se siente el aroma y aprieta los sentidos...

buen remate.

cariños
te extraño!!!

lanochedemedianoche dijo...

Wau… pobre tipo, se merecía un escarmiento pero eso es demasiado, me encantan tus relatos con esos finales que te dejan con un sabor...

Besotes

patri dijo...

Me ha encantado el final,se lo merece más de uno.....
Un besazo

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo me a gustado el relato y me a encantado el final muy merecido
un beso

Susana Peiró dijo...

Sí señor, al menos justicia literaria!

Impactante, duro, audaz y muy emotivo trabajo.

Gracias por la publicación.

Un abrazo José!

Anónimo dijo...

Sangriento, violento, crudo pero merecido
una abrazote Josef

Anónimo dijo...

Un texto duro, cruel y con un final violento, teñido de sangre.
Tienes una versatilidad increíble en tus historias y siempre fiel a tu estilo.
Un abrazo grande, Jose.

Arantza G. dijo...

Broche de oro.
Besos

Anónimo dijo...

Mariela vengo a todas las mujeres, lastima su final, pero el animal ese no merecia nada mejor que eso.

Saludos.

Beelzenef dijo...

No hay nada más despreciable que aquel que hace daño a una mujer, que aquel que hace daño a su prójimo.

Final merecido: humillación y muerte.

Un fuerte abrazo, amigo Josef

Soñadora dijo...

Un relato sumamente fuerte, pero aparentemente merecido. Lástima que si existen tipos como este.
Besitos,

Isabel dijo...

Ese cartero inhumano, que representa "el abuso de poder", está mejor muerto y desarmado. Un beso

Gaspar dijo...

Josef, muy buen relato y aun mejor el final.

Un abrazo desde Chile.

Lara dijo...

¡Uf! en mis manos tendría que haber caido.
Muuuuuuacks!

Juan Duque Oliva dijo...

Estas cosas me ponen de los nervios, me superas, ¿no sepueden solucionar de alguna manera?

Un abrazo Moderato

SOLOSOY dijo...

Es increible que existan "tios" asi.
Eso se tendría que hacer con aquellos que no respetan a las mujeres,a los niños, etc...
Las violaciones son repuznantes.
Un abrazo.
SOLOSOY

NDEH dijo...

Amigo mio...

Tus escritos... tan algodonados...
como siempre...


Abrazosssssssssss

Luna dijo...

Excelente final. No hay otra manera de terminar con semejante pesadilla.

Besos

MAYTE dijo...

Estupendo relato y mejor el final, no puedo con esas cosas, me superan.

Besos.

Carolina dijo...

Querido Josef, extraordinario relato, con un final buenisimo.

Besos

Dejame que te cuente dijo...

uy...estremecedor final amigo...
siempre me sorprendes con tu despliegue de imaginacion...
y con tus cambios de imagen...cada vez mejores...
felicidades...¡¡¡
:-)

Anónimo dijo...

aún me parece increíble q te hagas tanto daño!!!! q forma de no amar-te!!! cuando despertarás humano???? cuando una estrella brilla intensamente provoca chispazos de luz en el corazón de la humanidad....mas estas palabras q clase de humanidad trasuntan??? sólo dolor!!! me quedo con el millón de estrellas q andan por ahí q son suficientes para iluminar toda la humanidad estelar de las palabras en amor .....tu escritorio sólo tiene dolor, tristezas, rabias contenidas, cosas no resueltas.....ojalá no te enfermes corazón!!!!

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