lunes, febrero 28, 2011

El Reloj de Ramanujan.


Imagen tomada de Internet.

Desde que tengo el reloj de cuco mi vida cambió para siempre.
Yo soy físico, o lo era. Estudiaba mecánica newtoniana, cinemática y dentro de ella, los fenómenos cuánticos del espacio tiempo.
El reloj de cuco me llegó de forma anónima de algún lugar del mundo. Acoplarlo era un reto a la inteligencia y la noche que lo acabé de montar di una fiesta. No lo hice, desde luego, con intención de proclamar que había logrado descifrar los enigmas que llevaban a ensamblar el artilugio, sino porque era mi vigésimo segundo cumpleaños.

La fiesta se desarrolló como cabía suponer. Hubo carcajadas, júbilo, un baile, y sobre todo mi primera relación personal con Lorena, que se transformó en repentino flechazo, y transcurrida la primera hora, enamorado, le di un primer beso.
Todo discurrió como un cuento de ensueño, hasta que a la medianoche se abrió la caja del reloj salió el pajarito y entonó por vez primera aquel extraño y desafinado, cloqueo. No. No se trató del “cu cú” habitual, sino algo fuera de lo común. Estaba en el apogeo del baile, giré sobre mí y me encontré solo en la casa.
Alarmado corrí hacia la puerta abrí y todo estaba normal. Es decir... Hacía una noche fresca de diciembre y los árboles sin hojas presagiaban el comienzo del invierno. Angustiado, tomé el teléfono y llamé a mi compañero de estudios: Pablo Rabasa, que molesto tras verse despierto a esas horas, confirmó mis sospechas. No estaba en 1915 ¡sino en 1914!

De hecho, cada hora, cuando el reloj de cuco suena, retrocedo un año en mi vida y en el tiempo.
Han transcurrido diez horas, me encuentro estancado en un extraño espacio tiempo. Siempre es de noche, y siempre resuenan las doce. Me dirijo sin remisión hacia la infancia. He tratado de detenerlo pero... cada vez se encuentra a mayor altura. Ahora tengo doce años. Lanzo piedras al reloj instaurado en lo alto de la pared del salón ¿por qué lo instalé allí? Manías de joven eminencia. No deseaba que nadie lo manoseara.

Hoy por fin – a mis diez años – me ha llegado una carta en la cual se menciona la hipótesis de los números primos de Riemann. Se afirma que existe un número infinito de ceros sobre la recta crítica. Sin embargo, todavía es posible que un número infinito (y posiblemente la mayoría) de los ceros no triviales, se encuentren en algún otro lugar sobre la banda crítica. Según dice quien la expide, logró situar esa banda de ceros en el registro del cuco, pero algo falló, y en lugar de avanzar en el tiempo ¡retrocedemos! Ahora lo sé. El reloj de cuco llegó de la India. Se trataba de un regalo sorpresa del eminente y excéntrico matemático: Srinavasa Ramanujan, también conocido como, “el hombre que conocía el infinito.”

Tras doce años más; o menos... la casa está en silencio. A medianoche el cuco cloquea y en la estancia de al lado se oye un gimoteo. El rostro de la madre se ilumina y llora de emoción. Acaba de venir al mundo un bebé. Transcurrida una hora lo hará de nuevo otra vez, y así proseguirá, infinitas veces de forma eterna y consecutiva...

José Fernández del Vallado. Josef. 28 de febrero 2011.
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48 libros abiertos :

Carolina dijo...

¡Qué angustia!

Josef, me cortó la nota el reloj del cuco, en el cuento de ensueño. Vaya con el hombre que conocía el infinito... ¿No tendría otro regalo más sofisticado?

A matemática pura y cálculo infinitesimal, sabe hoy tu escrito.
Excelente música.

Besitos noctámbulos.
Gracias por tus visitas.

Maite dijo...

Increible el argumento de este cuento que me ha llevado hasta el final en un suspiro, con la necesidad de saber el final, un final que no existe, porque es un blucle infinito, enhorabuena, me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo.

Jose dijo...

Es que debemos tener cuidad con lo regalos que nos hacen.

Lo peor volver a perder a Lorena,eso si que es una verdadera frustración.

Gran y científico argumento.

Saludos

Andri Alba dijo...

Me gustó la historia. Gracias por darme a concer al científico al que refieres.

Yo pienso que a pesar de que vamos avanzando, vamos al mismo tiempo en retroceso, pues el mismo punto de partida es el mismo punto de llegada...y hacia adelante o hacia atrás, llegaremos al mismo lugar.

Un beso,

Andri

Mai Puvin dijo...

Me atrapaste... infinitamente. Justo hoy que tengo esa extraña sensación de estar en un mundo que no me pertenece, donde no se me permite ser protagonista sino espectadora... ¿Será la fiebre?

Seguiré guerreando... Te dejo un abrazo enorme.

Mayte dijo...

Sabes manejar las palabras de una forma estupenda, llevas al punto exacto de realidad...gracias por compartir tu arte.

Un besiño.

MORGANA dijo...

Te dejo un regalo en mi blog.
Besos.

Belén dijo...

Los relojes que roban el tiempo es algo muy hermoso de escribir, verdad?

Besicos

Monik dijo...

Hombre..yo siempre he dicho que me gustaría retroceder en el tiempo y tener ahora 18 años con lo que se ahora...pero ya luego otra vez hacia delante no para atrás!!

Maribel Romero dijo...

¡Qué bueno! Me ha gustado mucho esta ficción, me ha atrapado dentro del reloj de cuco, aunque reconozco que la Física y las Matemáticas me superan. Seguro que son la clave de todo.

Un abrazo.

Aina Rotger Vives dijo...

Cuando leo tus relatos me siento idiotizada, me absorto en tus historias y consigues engañarme de tal manera que nunca sé cómo acabarás y el final siempre me sorprende, una imaginación desbordante la tuya.

Luisa dijo...

Hola, Josef.
Por algo digo yo que no quiero ser ni un minuto más joven… El tiempo es relativo, pero en tu relato pasa a ser el protagonista de una trepidante historia donde el final se cuela por el sumidero hacia un bucle espacio-tiempo.
No quiero que me regalen relojes de cuco, ni de muñeca, ni de nada… no vaya a ser…

Un beso.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

El inicio del relato (reloj-incertidumbre del físico) abre todo un mundo de posibilidades. Excelente.

Arwen dijo...

Ufff..tremendo relato, como bien han apuntado el dato físico deja muchas puertas abiertas.

Un beso.

Arwen

semilla dijo...

¡¡que miedo!!cuando me regalen un cuco lo endosaré a alguien por si las moscas...me ha gustado mucho, ¿recuerdas una película de Gary Grant sobre este tema, era una comedia muy divertida? no me acuerdo del nombre...

Lara dijo...

No me cansaré de decirlo, eres un artista de las palabras ;)
Muuuuuacksssss!!!

essaldir dijo...

Muy bueno!!... Me gusta este juego con el tiempo y la angustia creciente... interesante...

Un Abrazo

Verdial dijo...

TE has superado Josef. El relato me ha encantado. Ese joven rejuveneciendo y ese reloj cada vez mas alto me ha creado una gran angustia imaginando el final.
Me enganchaste desde la primera linea.

Un abrazo

matrioska_verde dijo...

Es un relato muy muy original pero muy angustioso. Tienes una imaginación muy poderosa. Biquiños,

Miguel Baquero dijo...

Un cuento distinto, y muy bueno. Genial como has creado esa sensación de angustia y magníficas esas pinceladas matemáticas. un gran cuento

josefina dijo...

Bonito relato, pero inquietante.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues iba a decir que me lo prestases unos añitos... pero visto el final mejor no! jajajaja... no deberíamos querer retroceder no!
Besos abisales

Anita Dinamita dijo...

Impresionante... de verdad, el final se me ha quedado rondando en la cabeza.
Muy muy bueno
Un abrazo

dijo...

Retroceder en el tiempo... a veces lo quisiera, sobre todo para decirle a algunas personas que ya no están ahora, cosas que me han quedado sin decir...

Un beso!

LA ZARZAMORA dijo...

Has creado esa atmósfera angustiante que te engancha hasta el final.
No creo que me gustase retroceder en el tiempo ;-)
Besos, Moderato.

Anónimo dijo...

hola :( porque me retas?

si es verdad que no te leo..pero es que la mayoria de las veces no engo tiempo ni para publicar...y mas este ultimo tiempo que he descuidado los blogs amigs...
diculpame si te ofendi en algun punto y las veces que te deje un besin ...nfue porque pase a visitarte un ratin...


cariños...

sau :O

EL AVE PEREGRINA dijo...

Josef, hay que reconocerlo, tu cabeza está trabajando constantemente... es una historia de ensueño... pero a cuantos nos gustaría retroceder en el tiempo...y saber lo que sabemos...por supuesto.

Un abrazo.

Dejame que te cuente dijo...

un espacio de tiempo....perdido en el tiempo?
muy buen relato...que imaginacion tienes josef...¡¡¡

me ha dejado atontada la cancion de fondo...
abrazossssss
:-)

Trini Reina dijo...

En verdad este cuento angustia. Sólo de pensar en regresar a la infancia, a la liñez, al comienzo y recomenzar...

Genial
Abrazos

campoazul dijo...

¡Que angustia por dios! Por un momento pese que lo podías detener, pero no…, solo el pensar la vuelta a la infancia sentí el sufrimiento del pobre hombre.

Besitos.

JOSH NOJERROT dijo...

Acabo de mirar de reojo mi reloj de pared, no tiene cucú pero como si lo tuviera, en estos momentos nadie podrá rebatirme que lo tenga,perdería sin duda la apuesta, acaban de dar la media, siempre me gusto el sonido de sus cuartos,el tintineo de sus replicas, esta vez ha sonado diferente,te lo puedo asegurar, en estos momentos le tengo algo mas que respeto no vaya a ser que se trate de alguna epidemia...

Abrazzzusss

Raquel dijo...

A mí también me impresiona tu capacidad para crear la atmósfera, la tensión, el momento en que por fin te puedes relajar

Un abrazo

fgiucich dijo...

Un texto mágico, imperdible. Abrazos.

lichazul dijo...

sos un monstruo , te lo he dicho antes, es tu imaginación es fenomenal, somos privilegiados en accesar a tu espacio

mil abrazo Josef querido
ten una semana preciosa

Torcuato dijo...

Me has descubierto a Srinavasa Ramanujan, habrá que indagar un poco más en su vida. Pero la verdad es que yo tengo pobrísimos conocimientos matemáticos.
El texto me ha gustado, sobre todo por el desasosiego de su atmósfera.
Un abrazo.

Vivianne dijo...

Bravooo!!! y es que me he quedado mirando mi reloj Cucù uyy casi me diò escalofrios, en un instante recordè la pelìcula Benjamin Button y no es que èsta peli sea genial,pero tu escrito lo evocò... tu obra es corta pero a la vez contundente, casi un ritual espacio-tiempo que te lanza por un tubo y caes en la nada...
Aplausos mi lindo josè Marìa!!!

maria rosa-prem prabha dijo...

Estupendo como siempre, creando esa atmosfera infinita y haciendonos volar la imaginación.
Gracias por tan interesante cientifico, me has hecho indagar y ha sido sorprendente, gracias de nuevo.

Esperoy deseo de todo corazon, que tu padre se reponga pronto.

un abrazo,

La Novia dijo...

La verdad es que me siento agradecida de poder leer tus talentosas letras...

Me encantó

Besote

virgi dijo...

Los relojes de cucú siempre me han intrigado. Con tu historia me van a dar hasta cierto miedo.
¡Mira que tienes ideas, jo!
Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Que historia más cojonuda.
Pareces Julio Verne.

Saludos.

Arwen dijo...

Josef, aquí me tienes, pasando a desearte....¡¡¡¡muyyy buen fin de semana!!! ;D

Bssss

Arwen

AdR dijo...

Un reloj como este no me importaría tenerlo, y eso que a mí los relojes.... ya sabes que me dan mal rollo.

Abrazos

Camy dijo...

Afortunadamente yo compre un reloj de cuco, pero era suizo, no obstante me desazonaba cada vez que el cuco marcaba la hora y me deshice de él.suerte. Seguro que tenía alguna relación con el tuyo...
Un beso

Mixha Zizek dijo...

Me gustó mucho tu historia, los relatos relacuonados con el tiempo siempre me han parecido increíbles, besos

Zayi Hernández dijo...

Que angustia!!!

Hay cosas que no me gustaría vivir de nuevo... y menos si las pudiese ver tal cual como se desarrollaron.

Excelente!

Un beso.

La Hija de Zeus dijo...

Interesante historia, se repetirá y se repetirá, así tendrá tiempo -de hora en hora- de vivir su vida en capas.. será algo así como tejer en el tiempo.. o como dejar la vida en hold continuamente..

Y si el reloj del cuco se modifica? y comienza entonces a retroceder en vidas pasadas.. aterrador!!

Un abrazo

Belkis dijo...

Todo número es cero ante lo infinito del misterio. El límite lo pone la imaginación. Genial relato Josef.
Un beso

Carlobito dijo...

Que buena historia, siempre me ha fascinado la paradoja del viaje en el tiempo, me encantaron los detalles.

Saludos.

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