Había una vez un país
con dificultades. Desde hacía un par de años todo era bastante triste, por no
decir, lamentable.
Lo cierto – había que
reconocerlo – de entrada la Crisis sorprendió a casi todos. Y es que algunos,
por no decir demasiados, ¡vivían tan sorprendentemente bien...!
Al principio, en la
televisión, en un programa, incluso se planteaba la siguiente cuestión: “¿Dónde
está la Crisis?”
Mientras la primera
gran lacra, el sector del ladrillo se hundía, un organismo, los financieros,
permanecían en silencio. ¿O quizá no? Hubo quienes certificaron que la “Banca”
no estaba afectada y declararon: “Todo marcha bien. Nada perjudica nuestros
cimientos económicos.” Era de suponer que el sector capitalista, no sólo había
colaborado, sino impulsó la burbuja y ahora nadie se atrevía a pronunciar una
palabra: QUIEBRA.
De pronto todos
estaban obsesionados con los recortes, la política y el derrumbe bancario. Todos
estaban en la misma red y quienes la manejaban – resucitados de la Santa Inquisición
–, no hacían sino oprimir la soga corrediza sobre los sectores más susceptibles,
sino también beneficiosos, y mientras desmenuzaban una sociedad que había
costado años cimentar, mantenían en la sombra a los inductores del desastre.
En cuanto al sector castrense
y religioso, permanecía en silencio. ¿Nadie osaba hacerles cosquillas, ni
siquiera sacarlos a colación? Había una razón y de peso. Los inquisidores son
parientes hermanos de los opresores, causantes de las desgracias del pueblo.
Cosa extraña. De repente
todos eran culpables y sufrirían las consecuencias de lo que unos cuantos,
originaron. Se sabía además quiénes eran, en primer lugar: Financieros
opulentos y especuladores sin escrúpulos. En segundo: Políticos, legislativos, y
funcionarios parásitos.
Lo cierto – habrá que
reconocerlo – la Crisis nos sorprendió. Y ahora estábamos cayendo. Sentí cómo
gracias a quienes prefirieron volver la mirada a otro lado y hundir las manos
en el pastel carroñero y corrupto, me precipitaba al hoyo que habían excavado
para nosotros. Pero lo peor es que además, ahora, ELLOS, la lacra ¿iban a recibir
un rescate de cuarenta mil millones? ¿Para qué? Para dilapidarlo en tanto el pueblo:
Trabajadores de a pie, funcionarios honrados, obreros, científicos, maestros,
mentores, catedráticos, sanitarios, hosteleros, etc., quienes debido a la codicia
de unos habían perdido sus empleos y se encontraban sin ayudas, inmersos en un
paro incierto y casi – aunque nunca acostumbrados a vivir en la precariedad – sin
asideros básicos en los que sustentarse, por contrapartida, ¿qué esperaban
recibir?
Había una vez un país con dificultades. Desde hacía
un par de años todo era bastante triste, por no decir, lamentable.
¿Y ahora, los hombres
de a pie: Trabajadores; los de siempre, con el dinero que no tenían o quizá el
que tanto les costó ahorrar, tendrían que sacar una vez más a los especuladores
y demás fauna yuppie y parasitaria, las castañas del fuego?
Cabía solo una
respuesta, y era también la de siempre.
José Fernández del Vallado.
Josef. Junio 2012.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
16 libros abiertos :
La cruda y triste realidad. Esto ya no es un cuento. Abrazos.
José, no sabes cuánto hubiera deseado que el texto que acabo de leerte fuera un relato de política ficción.Pero me temo que un retrato certero y doloroso.
Duros tiempos nos esperan confiemos en que la imaginación y algo más nos salven.
Quizá sería bueno mirar a Islandia.
Abrazos
¡¡Vaya panorama!! Aquí en este país de "dificultades" estamos jodidos, gracias a todas esas garrapatas del dinero y poder. Tranquilamente se le puede llamar país lamentable.
Besitos.
Aveces parece un sueño, estoy segura que muchos desearían que fuese sólo un sueño...
Besos mentales.
Espero que ese país que tanto amo salga de la maldita crisis. Siempre toca apretarse el cinturón a los mismos.
Un beso enorme tocayo.
Espero que ese país que tanto amo salga de la maldita CRISIS.
Siempre se aprietan el cinturón los mismos...
Un beso enorme tocayo.
Un texto que puede aplicarse a muchos países, lamentablemente. Me hizo pensar que tal vez podría hablarse acerca de un mundo con dificultades.
Un abrazo.
HD
en sentido ficción es igual de lamanetable que en la realidad... ¿qué va a ser de nosotros, de nuestros hijos?
biquiños,
Muy actual y negro. Desesperanzador. Parece que ya nada podemos hacer, y se trata de nuestro futuro... Comentaríamos menos afectados si se tratara de ficción. Igual ante un relato fantástico plantearíamos soluciones brillantes.
Un beso triste.
Una historia de terror que todavía no ha llegado al final..
Saludos
Los ricos serán cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres.
Lástima que cotorreen tanto y después se les olvide, que los de a pie, los hombres del pueblo con su sudor, son el fundamento de una sociedad.
En fin...
Pobre del mundo que languidece ante falsos valores.
Abrazos
mUY CIERTO!!
espero k escribas en mi blog"!!
Es lamentable pero cierto,
un analisis certero el tuyo,
por desgracia,
un saludo
Lamentable, amigo Moderato. Un panorama que se repite por todas partes. Aquí en Montreal tenemos a los estudiantes sacando la cara, haciéndole frente al gobierno en rechazo a la alza de los costos de escolaridad. Y le digo que eso da fuerzas, ver que los jóvenes están hartos de todo lo que le han heredado como sociedad. Del lobo un pelo. Pero comprendo perfectamente el sentimiento que transmite en este post.
Quería decirle que lamento que pare de escribir. Siempre me es grato pasar y leerle. Intenté dejarle un comentario en el último post y no pude.
Saludos desde Montreal de esta, su amiga cubana.
Sacar las castañas del fuego, tu mismo lo has dicho.
Y no es nada facil, siempre les toca a los mismos de siempre.
Besos y un abrazo.
Certera entrada Josep... así vamos , un beso !
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