Los lunes, tras la
resaca del fin de semana – mañanas heladas de enero – bajaba desde la Moncloa.
Tras adentrarme en el Parque del Oeste, tendida
bajo las ramas de un aligustre, me encontraba a Jenny aterida, envuelta en retazos de cartón. La aguja
hipodérmica insertada en el brazo y la mirada perdida, carente de vida, con aquella
peculiar forma de mirar sin ver que solo he hallado en las personas atrapadas
por la enfermedad de la ansiedad. Tenía poco dinero y sabía que colaborar
equivalía a echar monedas en un saco sin fondo; pero lo hacía.
Superado el primer
rechazo, aprendí a admirarla y casi me enamoré de su obstinada resistencia a la
vida, cuando estaba medio desfallecida; su físico frágil y a la vez correoso,
con músculos de fibra sintética y detrás de su expresión hermética e
indiferente, de forma aislada, retazos de una belleza extenuada…
A veces, tras el velo
gris de sus ojos opacos, vislumbraba un destello de inteligencia alojado bajo
una capa de costra. Estaba atrapada y sola en aquel mundo que podía llegar a
adquirir la pátina de una cinta gris metalizada.
Le ofrecía un Marlboro y
una vaga sonrisa; no conversábamos, ni era necesario. Estábamos lo más cerca
que podía estar uno del otro.
Encontré su cuerpo una
mañana. Tenía la piel dura y pálida, de haber estado expuesta al frío durante
demasiado tiempo. Alguien la había despojado del abrigo, su alimento
intravenoso y hecho algo más…
Su cadáver apenas
pesaba, estaba encogido y ni siquiera presentaba apariencia humana. La arrastré
hasta el Manzanares y a la arrojé.
Rompió el hielo, produjo un desgarro áspero y amortiguado y desapareció para siempre.
Rompió el hielo, produjo un desgarro áspero y amortiguado y desapareció para siempre.
José Fernández del
Vallado. Josef. Junio 2012.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
25 libros abiertos :
Qué buen lenguaje, pero qué duro ese cierre;igual, una existencia así ya es un desgarro.
Alguna estatua podrá reemplazarla, no hace conversar!
Me gustó “su belleza extenuada”
Un beso Josef
Me ha impresionado, quizás por haber frecuentado esa zona en mis años mozos, por entonces todavía no aparecían las Jennys y yo me escapaba por allí para hacer pellas y disfrutar de los árboles.Bs.
Me acordé de una étapa en que mi vida se acercó mucho a ese círculo... nefasto.
besos.
El Parque del Oeste tiene rincones preciosos...
Muy bueno y profundo. No se por qué también me ha costado salir de algunos recuerdos, de alguna época no tan nefasta para mi, ¿ será Junio, o la lluvia? Besos!
Es triste caer en las garras de esas sustancias de las que ya es imposible salir ,muy buen relato, también conozco muy bien el Parque del Oeste por estar trabajando al lado.
Si no entro más es por ese problema que me depara tu puerta ya que se pasa la noche cerrándomela y abriéndomela.
Saludos
Sempre temos uma recordação para lembrar... que escrito maravilhoso.
Boa semana.
Beijo carinhoso.
Es triste no haber podido rescatar a Jenni de ese horrible final. Las sustancias, la ansiedad, una vida corroída y el contraste del paisaje hermoso en donde se desarrolla la historia.
Me ha gustado el texto. Porque desde que se comienza a leer engancha.
Besitos mañaneros
Muy buen texto amigo..Aveces hay cosas que nunca olvidaremos..Un abrazo
José, es un magnífico relato que nos introduce de bruces en ese mundo "gris metalizado", negro noche de la droga y la dura realidad que se teje entre sus laberintos tapiados.
Trasmites al lector con nitidez el instante helado, frío, sobrecogedor, de la muerte hundiéndose en el gélido Manzanares. Una imagen literaria que nos impresiona.Una vida rota que concluye allí y la ciudad que continúa su rutina de todos los días.
Un placer leerte, amigo
Abrazos
Una vez más, José, nos haces vivir contigo tus historias. Esta vez una triste existencia que por desgracia existe en la realidad de muchos jóvenes.
Un abrazo
Un relato muy conmovedor lleno de profundidad, tristeza y cariño.
Un saludo y feliz semana
Triste final para Jenni, conmovedor tu relato.
que tengas una buena semana.
un abrazo.
un final devastador,desde luego, pero te ha quedado genial aunque es un relato tristísimo.
biquiños,
Una triste historia muy bien relatada. Abrazos.
Hay un mucho de crudo realismo en tu relato, pero también algo onírico, como intangible...
Un abrazo.
La frialdad se había agarrado a las almas...
historia triste pero tan real, solemos encontrar esos personajes que no quieren otro final, parece que lo buscaran
un abrazo
Trágico final, sepultura de hielo para un alma que se congelaba en el tiempo...
Dios, como duelen tantas vidas extravíadas,
mientras muchos no viramos la cabeza.
Triste pero real y necesaria de ser contada.
Abrazos y lindo fin de semana, Josef.
Me deja triste esta historia. Es una pena que alguien muera de frío y maldad humana. Y pensar que hay muchos casos así.
Josef, tengo un nudo en la garganta.
Saludos.
uf...que duro..acabar asi...en la nada de la nada....
aunque peor es vivir en la nada....
Un abrazo...¡¡¡
Déjame que te cuente
www.dejamequetecuente.net
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Essa é a consequencia de uma escolha errada... infelizmente.
Bom início de semana!
Beijinhos.
Brasil
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He seguido los pasos del protagonista...y presentido el final de la mujer.
Pero arrojarla a las gélidas aguas del Manzanares...ufff...no me lo esperaba
Te felicito. Me encanta tu narrativa.
Un abrazo.
No me gusta, esperaba un final felíz, es curioso porque siempre me gustan este tipo de finales, me enamoran, pero esta vez no, incluso he deseado que un milagro ocurriese en la última línea, un par de palabras que le devuelvan la vida a esa mujer...
Creo que he enfermado...
Besos mentales.
Es un relatazo, Josef. Haces una muy buena descripción física de la chica, del escenario del ambiente y de la atmósfera. El tono del relato me gusta mucho, sin mostrar más que humanidad, sin contraprestaciones. El final creo que engrandece al personaje y al texto. Enhorabuena por esta ocurrencia y cómo lo has narrado.
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