El autobús, cambiando de marchas, ronca viejo y gastado por carreteras que reculan entre parajes boscosos y hasta hace poco prohibidos para cualquier humano común. Y qué es un “humano común,” si somos raros engendros de la naturaleza. Ya no. Hoy somos dioses hollando una selva precoz y milenaria y quizá, tan delicada como tú...
Recuerdo aquellos instantes, los últimos que tú y yo vivimos de la mano. Tú... mi alma, medio ser de mi mismo durante años de valor insubstancial; abstraída en tus proyectos, amistades y tareas. Yo, perdido en un entramado de oficinas que lentamente estrangularon mis sentidos y sensibilidades hasta convertirme en un muñeco de cera que se derritió cuando llegó el momento de afrontar la realidad. Te fuiste, ni siquiera hubo adiós y apenas un beso residual demostró la existencia del amor. Nuestro amor recién expirado...
La ciudad sin ti resultaba agobiante y terrible. Los días pesadillas interminables de asfixia y metal y las otras mujeres, en lugar de ayudarme a olvidar, fingían la aflicción que yo no necesitaba sentir.
Se funden nubes de retal y algodón deshilachado absorbiendo vapores grises en una vegetación impenetrable. Recuerdo el río nada más pasar sobre el puente, el hermoso discurrir de sus aguas revueltas y espumosas, como una cascada de humedades adherentes. Las aves multicolores echando a volar a nuestro paso y el chirrido de los frenos del autocar; el olor a gomas calcinadas, los gritos entrecortados entre el cacareo de gallinas y una mujer santiguándose. Luego un vacío de giros entre una nada… Abrir los ojos de nuevo y el terrible dolor de cabeza. Cuerpos aplastados o encajonados, desmembrados, bloqueando las entradas. Ropas teñidas del líquido denso y oscuro de la sangre, la luz disolviéndose entre metales retorcidos y el silencio de la muerte...
Tu frialdad, y aquel beso que me dolió como un bofetón mal encajado, la falta de pasión con que saliste de mí tras cinco años de... ¿nada? ¿La culpa fue mía o de la vida?
Me arrastro y sollozo, estoy en las trincheras de mi existencia, perdido en un país desconocido, soy un extranjero y ahora también único superviviente de un desastre inesperado. No puedo caminar ¿tendré ambas, o una pierna fracturada?
Avanzo o más bien serpenteo entre la maleza, alcanzar el sendero unos metros por encima supone la vida. Aquí, en la garganta, la muerte me tomará entre sus brazos, y quizá sea lo mejor que me puede aguardar...
Despierto, todo está oscuro, es de noche, no sé cuanto tiempo ha transcurrido. Oigo voces, ¡revuelven en la maleza! La luz de una linterna me ilumina. Unos hombres me observan con indiscreta pasividad mientras cuchichean entre ellos. Gimiendo con alivio les digo que no soy de allí y les revelo mi identidad. De súbito, me miran de otra manera, preparan una camilla y me colocan en ella. Llorando, exhausto, les doy las gracias por salvarme y mis sentidos vuelven a nublarse...
Abro los ojos y un fuerte resplandor me obliga a cerrarlos de nuevo. Me llevo una mano a la frente para protegerme de la claridad y al tiempo percibo una molesta punzada de dolor y me doy cuenta, tengo una brecha en la frente. Vuelvo hacia un lado la cabeza para no mirar de frente al sol y me preguntó dónde estoy, pero un velo de inconsciencia empaña mi cerebro y no soy capaz de recordar. Me decido por incorporarme pero cuando quiero hacerlo una pierna no me obedece, está fracturada. Jadeando, consigo apoyarme sobre un brazo que pese a estar dolorido, parece encontrarse mejor. Entonces empiezo a ser consciente de mi verdadera situación. Estoy... ¿encadenado a un árbol? La cabeza me da vueltas y no distingo a nadie. Grito, pido ayuda y vuelvo a caer pesadamente sobre el colchón de hojarasca. Algo me escuece en el brazo, miro y veo un acaro grueso, más grande que una garrapata, me está picando; su volumen asqueroso se infla y deforma al tiempo que absorbe mi sangre. Alguien me lo quita de un movimiento rápido, lo revienta entre sus dedos y me ayuda a reclinarme. Puedo ver… es una mujer. Atendiéndome, deposita un paño mojado con alcohol sobre mi frente. Trato de hablar pero ella, sin dejar de observarme con una mirada triste, profunda y sincera, como nunca advertí en mi ex mujer, musita.
— Bienvenido a la selva. Me llamo Ingrid. Ingrid Betancourt. Sonríe un instante e inquiere con dulzura.
— ¿Y usted...?
No hablo. Incapaz de responder inicio un gesto de gratitud, la tomo de las manos y se las beso. Pese a estar encadenado y herido ya no me importa, de repente lo descubro, tenerla a mi lado me llena de sosiego y sobre todo, me puebla de libertad...
José Fernández del Vallado. Abril 2009. Josef.
54 libros abiertos :
Josef, me he quedado estupefacta con este relato. Y lo que más me asombra, el nombre de la chica que te cura Ingrid Betancourt.
Besos
Qué sorpresa al final.
Muy bueno.
Saludos.
Coincido con los anteriores comentaristas, me impacto Ingrid , y me gusto el remate, me puebla la libertad. Buenisimo.Besos Josef.
Buenísimo!!! Y como siempre sorpresas al fina.
Un besazo mí querido escritor.
me a encantado el relato ,un abrazo
Josef, me has dejado anonadada.
Ni ahí me hubiera imaginado a Ingrid en el final del relato, cuidándote.
Sos un genio!!!!
Te dejo un fuerte abrazo!!
(Muy buena la canción del blog)
Que manera de sorprender, manejas muy bien el poder de asombro, el texto narrado sin saber a donde va y un remate elocuente lleno de fuerza y que sostiene sin duda todo el relato con su broche de oro.
genial!!
besos muchos.
cariños.
pasaba a dejarte muchos saludos y abrazos y besines amigo mio que te extraño ya porque seguro andas escribiendo demasiado o demsasiado largo y tendido algun relatillo por ahi..sin otro particular saludo a usted atentamente..
:)sau
Hola Josef, ya una vez te dije que te extrañaba.. jajaja! y veo que ahora somos dos!! qué bien amigo! Dicen que mientras mas "se nos recuerde" mas extensa es nuestra vida, lo habias escuchado?
Bellísimo relato, como todos los tuyos. Amo el factor sorpresa con el que habitualmente nos sorprendes.
Un abrazo siempre!!
Ali
Pues a mi me encanta tu vertical ascendente de todos tus escritos... son subliminales en todos los aspectos...
He aquí otro ejemplo.
Abrazos...
Buena y vertical semana
qUE GHRANDES HISTORIAS AMIGO, SIEMPREN ESTAN LLENAS DE VIDA Y DE VELOCIDAD , SEGUN VOY LEYENDO VOY CORRIENDO Y SIEMPRE ME ESTRLO EN UNA SORPRESA.
QUE GRANDE ERES MAESTRO
Ohh!!!!
Bellisimo final.
Me encanto.
Besos.
Ella es muy fuerte. Sana a la humanidad
Saludos
Esa magia y elegancia que tienes, para llevarme de la mano hasta un final como siempre, asombroso, me encanta. Un abrazo.
Pues, yo para ser original, te diré que me identifiqué con la primiera parte. ¡Qué bien describes la inconsciencia o semiconsciencia del estado en que te sumerge el dolor!.
Tengo por ahí algo que no sé si publicaré, que haría buena pareja con tu idea de hoy.
Y el final ... Ya te lo han dicho,
¿Qué más te digo yo si hasta te han llamado "maestro"...?
Un besote
Paso a dejarte mis saludos, como siempre un placer leerte.
Mil cariños
Qué gran relato josef, el final me ha sorprendido como a todos. Un abrazo!
Me encantan las sorpresas, por ejemplo el final de este relato. Impecable como siempre.
Terrible el relato, pero no por ello menos cierto: esas historias le suceden a mucha gente. Además, lo describes todo con una elegante humanidad que me ha gustado muchisimo.
Un abrazo.
Magnífico homenaje a esta gran mujer.
Como siempre, magistral con un final sensacional. Por algo ya te he dicho que eres el Poe del siglo XXI.
Un abrazo
El final... sorpendente!!!
Estupendo relato .
Besos.
Un relato que va por un camino, seguimos paso a paso, y como siempre al final... algo inesperado.
Eres bueno, amigo
Jos, jos.
Te dejo mi nueva casa.
http://cecyensilencio.blogspot.com/
Pd. investigadora?¿?¿
hermoso relato y espectacular final, cómo siempre nos deleitas!!!!!!!!!!
felicitaciones.
abrazos
Josef me encanta venir a leerte, como describes el amor ya muerto entre ellos...y luego el final tan cariñoso de esa dama...me gusto mucho, besitos tiernos
Bueno, bueno Josef, no dudo que mucho más de una vez esta historia se repitió entre los cautivos de las FARC. Allí, en la inclemente selva y en cautiverio, las manos de una buena mujer que conoció el cielo y el infierno y hoy afortunadamente está en libertad.
Excelente trabajo Amigo!
Muchas Gracias!
Josef; siempre tan intrigante... nos llevas por un camino y allí nos dejas, buscando un final pensado, pero nos sorprendes así a tu manera tan especial, muy bueno.
Besos
Hola Jose, la vida esta a veses tan ocupada en tramoyas y tempestades, cuando de repente todo se troca, y el dolor, el miedo y la incertidumbre,te sacan de tu letania; es lo que mas me impacto de tu relato, la gente tiene que vivir cosas tan sordidas para darse cuenta?... a veses el dolor hace que las personas puedan despertarse y darse cuenta?.... esa es la pregunta del millon
Besitos
Janeth
Insisto una vez mas tus finales inesperados ya son tu marca registrada, tu característica de asesino serial.
Abrazo
Vaya, Jose, me estoy acostumbrando a que tus finales me sorprendan.
Buen texto, elegantemente descrito.
Un abrazo grande.
Qué bien que haya encontrado a Ingrid Betancourt, una mujer tan resistente y dulce.
Disfruto con tu expresión y me encanta tu manera de narrar.
Te confío que no te leo más a menudo porque me resulta muy difícil la lectura con esta plantilla. Espero que no te moleste.
Un beso.
¡Hola!
¿Cómo estas?, ¿Cómo va todo?
Me acordé hoy de ti y por eso me perdí un ratito entre tus palabras. Veo que sigues en plena forma.
Un abrazo desde mi humilde desván y felicidades por tus escritos. A ver si saco un poco más de tiempo, pues últimamente estoy bastante agobiado, pero ya ves que no me olvido de ti.
Hasta pronto.
Tus relatos son únicos.
Besitos y mucho amor
je
hay prisiones que resultan más liberadoras que matrimonios, desde luego
Salud!
Hay muchas formas de hacer poesía, y no todas son con frases cortas.
Has escrito un poema magnífico y un homenaje a una mujer que supo resistir.
Precioso, Josef...
Un beso grande.
¡¡¡Genial!!! Josef, maestro de las palabras.Me encantan tus descripciones.
Un beso.
Pilar
No salgo de mi asombro.
Besos
Llegué por casualidad y me encantó.
Precioso la historia y el blog.
Me encanta como están expresadas las ideas.
Te seguiré de cerca y pondré un link en mi blog.
Besos
Muy buen relato. Hecho a medida y sin ningunan costura sobrante. Abrazos.
Josef!!
Relato sin fisuras, directo a las entrañas en busca de comprensión hacia las diversas vías del amor.
El protagonismo de Ingrid es un giro soberbio y da un nuevo sentido.
Muy bueno querido compañero.
Saludos, cuidate.
De lo mejor que hasta ahora he tenido el placer de leerte, me ha dejado perpleja y tensa hasta el final, genial!!. Almanoor
Me está gustando mucho tu libro sobre Nefertari. Ayer fui a Granada y en el coche ( obviamente no conduzco yo) me leí casi la mitad...
No aguanto al final para contartelo.
;)
Besos
sigo pensando que tienes mucho talento.
sigo creyendo que mereces una oportunidad.
todo llega amigo..
todo llega..
sshhh..
Gracias por estar siempre.... por aquì ando visitandolo, deleitandome con sus escritos....
Le dejo un calido abrazo y gracias nuevamente por estar, lo necesitaba.... beso.
Apreciado amigo…
Me estoy poniendo al día con todos. Mucho para leer, analizar y sacar conclusiones. (Esto es lo que tiene leer la mayoría de vuestras entradas)
Ese resplandor final, inesperado ayuda a seguir imaginando entre la realidad y la ficción. Caminos creativos al fin y al cabo.
Un fuerte abrazo amigo
Hermoso relato... Me llamo Ingrid Betancourt!!!
Al final me dejas intrigada!
Lindo día.
Un abrazo
Vaya historia me has tenido hasta el final con el alma en vilo y al final no se si me has tranquilizado, creo que no.
Un abrazo
Por tú estilo, genialidad extraordinaria para crear una historia. Por la mágia que muestran esas letras que tanto amas y que nos llevan a ser protagonistas en cada uno de esos textos maravillosos. Hoy te rindo homenaje mi querido Josef. No somos de celebrar días, pero hoy Día de Sant Jordi, se da homenaje a la literatura buena y a todos los escritores. Tú eres mi favorito!!! Te dejo una rosa en mi blog. Por lo general se obsequian libros a los caballeros, ¿pero de donde saco alguno? si escribes tan genial!!!! Un abrazo bien fuerte acomapañado de muchos besos!!!
(Me encanta la fotografía Josef).
Me he quedado pegada al relato, como una tonta... Con los vellitos de punta... Señor, cuánta enseñanza, cómo es la vida... Ayer el dolor que sólo el beso más frío puede producir en la mismísima entraña y hoy, tras otro dolor de acero inmisericorde la dulzura, la paz... La mejor medicina: unos ojos que llenos de bondad nos dan la bienvenida... Aunque sea al más verde infierno.
Hoy nos dolemos y mañana nos damos cuenta de que sin aquél dolor nos hubiéramos privado de vivir tanto...
Ahora entiendo esa maravillosa imagen. Consciente y subconsciente, oscuridad y dicha.Qué alegría. Vuelvo una y otra vez a darme cuenta de lo largo y hermoso que es el camino de la vida.
Enhorabuena.
Tengo mucho que aprender de ti.
Un beso JOSEF, con todo mi cariño,
Mar.
No me extraña que le pusieras ese nombre y esa cara, Tiene gran dulzura y a demostrado una humanidad increíble.
En cuanto a la historia de amor que llevó a tu personaje a la selva de la desorientación, yo me pregunto: ¿se muere el amor? Puede que pase la historia pero el amor no se va no, que se queda a vivir en la memoria.
UN BESO,
Menudo viajecito por la selva...El final me ha dejado boquiabierto. No dejas de sorprenderme amigo
Abrazox
Excelente y sorprende relato.
Quizás la libertad sea el sosiego de unas manos acogedoras en medio de las cadenas.
Abrazos.
Creo que no te dije que me impacto y aún me impacta la imagen, esta, la de este post.
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