Tras horas de inmovilidad, sentado sobre la silla, delante del papel, cavilando a impulsos, sin concretarse en nada vino por sí solo, de la nada, como un obsequio anexo. De esos que acechan con sigilo en el interior de una mente para proyectarse cuando menos se esperan.
Recordó aquel día hace años. La ciudad sucia, tonos grises, marrones y oscuros. Árboles inclusos tras la verja del Parque del Moro, desgranando con el viento palmeadas y cobrizas hojas de plátano. La tarde, el ambiente lóbrego y nublado. Un cuadro de nubes melancólicas y amenazantes que intimidaban temporal. El frío afilado, hiriente. La marea metálica, sorda, agravante, en perseverante combustión de gases inflamables y carcasas saturando la rebosada cuesta del Moro.
Estuvieron dando vueltas, indecisos, a punto de tomar un taxi. Finalmente subieron al autobús que los condujo al barrio en las afueras. Ella, junto a él. Era chocante, sus ojos como brillantes azules no desentonaban bajo su cabellera negra, lacia y recortada, similar a una peluca egipcia. Iban en silencio, sin apenas hablarse ni rozarse. Su perfume suave, delicado, ni siquiera era intenso, pero sí profundo y, seguro, no era Dior ni Channel. Se conocían desde hacía poco, nada más verse se sonrieron mutuamente. Ninguno supo qué hacer o decir.
La fiesta. ¿Animada? Demasiada gente extraña. ¿De otro mundo? Todos eran jóvenes, juventud grabada en un mapa. Le resultaba arduo reconocer caras, gestos, conversaciones. En cambio oyó risas fanfarronas, bromas indecisas, ruidos de vajilla. No conocía a nadie y no volvería a verlos, tampoco eso importaba. Estaba ella, su semblante se revelaba vivo en medio de una fiesta de ánimas. También estuvo el amigo que los presentó. Apenas retenía de qué hablaron, sólo importaba ella.
Estaba nervioso. Apestaba a colonia. Siempre huele fuerte en lugares así, al principio después es peor todavía.
La música, antiguas melodías que su percepción volvió a rescatar puras y modernas, como lo fueron una vez.
Y allí estaba la mujer a quien amó. Su amor, si hubo amor. Hablaron. La conversación duró media hora o quizá menos. Pareció más pero fue suficiente, hablaron, sonrieron, sostuvieron un contacto inolvidable, feliz e irreversible. En la terraza, acomodados entre cachivaches inútiles, tiritando de turbación, se besaron una vez. Aquella vez... Después, sus vidas se fueron cegando, separando. La vida y el mundo los separó. Sin embargo no todo acabó, ella está ahí, para siempre, a su lado. Es un vivo recuerdo...
Estuvieron dando vueltas, indecisos, a punto de tomar un taxi. Finalmente subieron al autobús que los condujo al barrio en las afueras. Ella, junto a él. Era chocante, sus ojos como brillantes azules no desentonaban bajo su cabellera negra, lacia y recortada, similar a una peluca egipcia. Iban en silencio, sin apenas hablarse ni rozarse. Su perfume suave, delicado, ni siquiera era intenso, pero sí profundo y, seguro, no era Dior ni Channel. Se conocían desde hacía poco, nada más verse se sonrieron mutuamente. Ninguno supo qué hacer o decir.
La fiesta. ¿Animada? Demasiada gente extraña. ¿De otro mundo? Todos eran jóvenes, juventud grabada en un mapa. Le resultaba arduo reconocer caras, gestos, conversaciones. En cambio oyó risas fanfarronas, bromas indecisas, ruidos de vajilla. No conocía a nadie y no volvería a verlos, tampoco eso importaba. Estaba ella, su semblante se revelaba vivo en medio de una fiesta de ánimas. También estuvo el amigo que los presentó. Apenas retenía de qué hablaron, sólo importaba ella.
Estaba nervioso. Apestaba a colonia. Siempre huele fuerte en lugares así, al principio después es peor todavía.
La música, antiguas melodías que su percepción volvió a rescatar puras y modernas, como lo fueron una vez.
Y allí estaba la mujer a quien amó. Su amor, si hubo amor. Hablaron. La conversación duró media hora o quizá menos. Pareció más pero fue suficiente, hablaron, sonrieron, sostuvieron un contacto inolvidable, feliz e irreversible. En la terraza, acomodados entre cachivaches inútiles, tiritando de turbación, se besaron una vez. Aquella vez... Después, sus vidas se fueron cegando, separando. La vida y el mundo los separó. Sin embargo no todo acabó, ella está ahí, para siempre, a su lado. Es un vivo recuerdo...
José Fernández del Vallado. Josef. Abril 2009.
51 libros abiertos :
Me dejas absorta leyéndote, deseando terminar para saber que pasa y a la vez deseando que no acabe nunca.
Muuuuuuuuuuacks!
Anda !!!!! pues me ha gustado es tierno el relato, muy tierno.
besitos y amor
je
Hay gente que siempre será un vivo recuerdo porque nunca puede olvidarse.
Besitos de pantera.
Ah! y suerte con el concurso. Por cierto, qué foto más bonita la del relato.
Besos felinos.
MODERATO..NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIRLO..MIENTRAS ESA LLMA SE MANTENGA VIVA,SIEMPRE PODRA VOLVER EL AMOR.
UN PLACER LEERTE.
BESOS.MJ
Qué sorpresa escuchar en tu voz , el relato. Hermosa historia, siempre hay un recuerdo así.
Besos
Hay personas que solo son eso, un recuerdo.
Mejor si es feliz.
Un beso.
Es un vivo recuerdo, eso es lo que es, un recuerdo, pero lo has envuelto en una historia tierna.
Un abrazo, amigo.
Los recuerdos , a veces, están tan presentes , que son presente.
Recuerdos, muchas veces nos llevan a tiempos más alegres, que quisiéramos que dejaran o de existir, o de ser simples recuerdos y transformarlos en realidad de nuevo.
Muy hermoso relato, un placer siempre
Saludos,
José Luis
que lastima que los recuerdos sean tan solo eso recuerdos, un abrazo amigo
Esos momentos mágicos, retalitos de tiempo que no llegaron a nada pero que fueron deliciosos son auténticas maravillas para recordar.
Saludos.
Supongo que el recuerdo es lo que queda grabado. Auque a veces eso...sólo hay recuerdos.
Abrazox amigo
Tus relatos siempre seran vivos recuerdos...
Y tu gran persona... un vivo y gran amigo
Abrazos...
Bonito relato,y en tu voz mucho mejor se deja recordar.
Un placer leerte y escucharte siempre.
Un besito con cariño.
PD.en mi blog hay un reto si te apetece.
La de momentos como este que se quedan grabados volviendo una y otra vez.
Fantástico el audio, para el radioblog del 30 te voy a tener que pedir alguno como este seguro.
Saludos
Recuerdos que nunca mueren y el tiempo nos los devuelve dulces, ya no duelen; están ahí para siempre.
Un plcer leerte, siempre lo es.
Besos
Los recuerdos que no forman parte del recuerdo, no eran merecedores de ello.
Un abrazo
QUé gran relato! Muy bello, Josep!
Mi querido Josef... me ha encantado este relato que describe de forma tan perfecta el instante perfecto en que esa presencia se instaló para siempre en la vida de él...
El destino o el azar provoca los encuentros... pero del amor, y solo del caprichoso amor, dependen las despedidas... Lo cual nada tiene que ver con la ausencia, como tan magistralmente queda demostrado en tu bello texto ;)
besos!!!
Hermoso relato que muestra la melancolía de ese recuerdo que no volverá.
Al oir la narración se hace más real.
Gracias por dejarnos disfrutar con estos textos bonitos y de los cuales a veces me quedo esperando a que continuen...
Un abrazo fuerte
Besitos
Gran relato amigo. Pase a saludarte. Un abrazo!!!
Un relato lleno de magia y ternura. Precioso. Un beso
recuerdos que aunque pase el tiempo siempre quedan guardados y cuándo vuelven, vuelven sin dolor..
magnífico, amigo poeta..
besosss
Hola Jose, aqui te dejo unos versos que escribi hace ya mucho.... y que vienen bien con tu escrito.
Hay días que verte y sentirte
en todo lo que me rodea,
es tan fácil…….
Te veo en el azul del cielo,
Te siento en la brisa fresca que acaricia
En la lluvia que todo lo limpia,
En la tierra mojada que bebe fertilidad
En las flores que sonríen serenas
Mostrando tu belleza renovada,
En las estrellas, en los niños,
en toda la naturaleza...
Es un placer oir tus palabras de tus labios.
Una entonación perfecta y un texto magníficamente trabajado.
Después esta música...
Me quedo por aquí, antes de volver.
Besos.
Has descrito un momento para recordar, Jose.
Estupenda la idea de grabar los relatos.
Un abrazo grande.
Debemos dejar fluir solo los recuerdos buenos, esos momentos magicos...me gusto mucho el relato Josef, deseando que no acabe...besitosss
hola mi querido y divinisimo moderato!!
te dire que la memoria es como un rio de orillas borrascosas donde mejor seria nomacercarse.... hay recuerdos lindos y feos..pero los de amores son del peor tipo...es como volarse la cabeza de un disparo...
amigo mio te dejo miles de besines y gracias por estar alli del otro lado ..
:o)sauvignona
Moderato:
Te deseo un buen fin de semana largo, y que sigas inspirándonos con tus escritos.
Besos.
Los recuerdos siempre estaran presentes cada vez que lo deseemos..
Por ellos muchas veces suspiramos y lloramos!!
Que tengas un gran finde..
puente de mayo aqui estamos..
abrazos.
Cuantas veces hemos sido impulsados por los buenos recuerdos a seguir viviendo, triste, pero a veces es así. Esa calma que me trasmites con tu voz es imborrable. Sabes cómo me encanta leerte. Un abrazo.
Una de mis cosas buenas, creo, es que recuerdos como este los conservo como si fueran del día de ayer. No se vive de ellos, pero ayudan.
Abrazos.
Uno de esos momentos que van formando las vidas de cada uno...
En este caso quedó en forma de recuerdo, que volverá una y otra vez, seguro...
Un beso
Completo ensima me lo lees... sos una maravilla.
Me conmovió el relato, lo senti mio, me abrazo a tus palabras, me movilizaron...
cariños.
besos muchos.
La vida, el mundo, los otros... siempre algo o alguien nos separa.
Abrazo!
holaaa
bueno las dos son perras pero pueden ser amigas no? jejeje
por cierto me gusta mucho el nombre de carlota jeje es muy gracioso
BeSuCoS
Que ganas de hacer eterno el momento, tanta magia que no se repite muy seguido.
Un placer leerte mi estimado.
Besos desde el alma.
Anda¡¡ yo también soy pozuelera, qué casualidad.
AUPA POZUELOOOOOOOOOO¡¡¡
Ya vendré a leerte con tiempo.
Besos.
Bellisimo, un relato para guardar...
te abrazo, con mi cariño de siempre.
MentesSueltas
desde luego, los recuerdos son, quizás, lo único que nos pertenece realmente.
Salud y encuentros!
Eres un artista, Josef. Me faltan palabras ¡¡¡a mí¡¡¡¡
Un beso y muchas gracias por compartir tantas cosas bonitas con nosotros.
Me encanto! Gracias, por compartirlo siempre me dejas con ganas a más.
Besos.
Me encanto escuchar tu voz melodiosa relatando tu cuento, y ese final tan real, siempre tenemos un vivo recuerdo que nos acompaña.
Besos
Josef, una pena que solo un beso quede para el recuerdo... Tal vez deberían intentarlo de nuevo... La vida se puede torcer hacia el lado que uno quiere, con un poco de ganas...
Un beso, cielo.
Natacha.
Josef, me ha gustado mucho leerte, pero aun más escucharte.
Esos recuerdos que se instalan y ya no se marchan... ya forman parte de la propia esencia.
Un beso grande, amigo.
Vengo a felicitarte y a agradecerte felicitaciones, José. A felicitarte, porque tu relato me he enganchado desde el primer momento. Ella no se fue del todo, quedó en el recuerdo de él. Y a agradecerte felicitaciones, por las que me diste en mi blog por mi premio. Lo tengo gracias a vuestro afán por animarme a continuar. Gracias.
¡Un abrazo y espero que estés pasando buen puente!
Muy bonito
Me quedo con ganas de mas.
Saludos desde mi camino
oi malo es cuando vives rodeada de gente...con la unica compañia de los que ya no estan...
suena raro...pero ami me ocurre...
siempre geniales tus textos....
un abrazo enorme..siempre un placer visitarte
Los recuerdos son pequeños tesoros que yo guardo en una cajita de cristal, cerca de mi almohada, para cuando los quiera recuperar. Besos Josef, magnífico una vez más.
Josef, los amores que no mueren quedan grabados en el alma, la que nunca olvida...
Preciosa relato, como siempre un placer leerte.
Un abrazo, Josef.
Pilar
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