La refriega en el desierto fue un desastre. Los beréberes ni siquiera nos hicieron el favor de ejecutarnos; nos abandonaron en las dunas. Caminábamos perdidos, deseando encontrar el recorrido más corto hacia la muerte. Alguno tuvo esperanzas, creo recordar, y murió creyéndose a salvo. Hizo bien. La esperanza es lo último que se pierde.
Tras cinco días de caminar sin sentido, sólo quedaba yo levitando en aquel laberinto de tierra.
Ese atardecer escalé hasta la cima de la montaña más roja y alta y me senté a esperar que viniera.
Vi acercarse a la hiena y no le hice frente, pues descubrí que tenía un aire con “Dula”, mi querida perra mezcla entre dingo y lobo. Como ella, tenía las fauces entreabiertas, babeaba y una lengua rosada y larga le bailaba mientras se acercaba feliz de encontrarme.
Recuerdo que cuidé de las cuatro camadas – ¿o fueron cinco? – que tuvo "Dula" desde la primera vez que la encontré tras parir en una bocana de desagüe. Hacía un calor inclemente aquel verano, como allí. Me armé de valor, me introduje en el tubo y pese a escuchar sus gruñidos de advertencia, la alimenté. Tomó confianza y al segundo día estaba a mi lado y me dejó entrar en el caño y contemplar su preciosa camada de seis cachorros; aún tenían los ojos cerrados.
Al mes corrían por encima de mí y bebían la leche con pan que les di. Los fui entregando a los caminantes que paseaban por aquel camino de montaña y se enamoraban de ellos. Sólo ponía una condición: No abandonarlos jamás. Nada peor que te abandonen y te dejen morir. Ahora lo sabía. Lo curioso es que allí sentía las mismas sensaciones que cuando me perdí en la ciudad. A fin de cuentas, a veces, ambos lugares resultan igual de inhóspitos...
Alargué la mano y la lengua de la fiera me lamió, creo que adivinó mi pensamiento. No me atacó. Se echó a unos metros de mí y aguardó, no tenía prisa.
Estuve susurrándola toda la noche, a veces carcajeaba, creo que le impresionaron mis gracias absurdas.
Algo la asustó al amanecer y se marchó.
De pronto me vi rodeado por hombres de la cruz roja, les emocionaba encontrarme con vida, supongo, pues reían y me ofrecían cantimploras llenas de agua. Yo no sabía si estaba vivo o aquello era un sueño divino, hasta que me bajaron de allí y vi la pesadilla: El regimiento de la legión.
Habían aniquilado a los beréberes me dijeron pletóricos, y además, tenían a un prisionero a mi disposición.
Lo trajeron ante mí y me dijeron que hiciera con él lo que quisiera. El hombre, aterrado, temblaba. No lo pensé dos veces, le concedí la libertad y a continuación me di de baja. Después de lo visto, no pudieron utilizar contra mí su palabra favorita: Cobarde.
Ahora tengo una pensión en un pueblo, entre las dunas del desierto de Marruecos, y no me va mal. Yardut, así se llamaba el prisionero beréber, se vino conmigo y es mi socio y cocinero. Una amistad más fuerte que la vida nos une y estoy seguro que si tuviéramos ocasión de demostrarlo, antes que abandonarnos o dejarnos abandonar, cualquiera daría su vida por la del otro.
Tras cinco días de caminar sin sentido, sólo quedaba yo levitando en aquel laberinto de tierra.
Ese atardecer escalé hasta la cima de la montaña más roja y alta y me senté a esperar que viniera.
Vi acercarse a la hiena y no le hice frente, pues descubrí que tenía un aire con “Dula”, mi querida perra mezcla entre dingo y lobo. Como ella, tenía las fauces entreabiertas, babeaba y una lengua rosada y larga le bailaba mientras se acercaba feliz de encontrarme.
Recuerdo que cuidé de las cuatro camadas – ¿o fueron cinco? – que tuvo "Dula" desde la primera vez que la encontré tras parir en una bocana de desagüe. Hacía un calor inclemente aquel verano, como allí. Me armé de valor, me introduje en el tubo y pese a escuchar sus gruñidos de advertencia, la alimenté. Tomó confianza y al segundo día estaba a mi lado y me dejó entrar en el caño y contemplar su preciosa camada de seis cachorros; aún tenían los ojos cerrados.
Al mes corrían por encima de mí y bebían la leche con pan que les di. Los fui entregando a los caminantes que paseaban por aquel camino de montaña y se enamoraban de ellos. Sólo ponía una condición: No abandonarlos jamás. Nada peor que te abandonen y te dejen morir. Ahora lo sabía. Lo curioso es que allí sentía las mismas sensaciones que cuando me perdí en la ciudad. A fin de cuentas, a veces, ambos lugares resultan igual de inhóspitos...
Alargué la mano y la lengua de la fiera me lamió, creo que adivinó mi pensamiento. No me atacó. Se echó a unos metros de mí y aguardó, no tenía prisa.
Estuve susurrándola toda la noche, a veces carcajeaba, creo que le impresionaron mis gracias absurdas.
Algo la asustó al amanecer y se marchó.
De pronto me vi rodeado por hombres de la cruz roja, les emocionaba encontrarme con vida, supongo, pues reían y me ofrecían cantimploras llenas de agua. Yo no sabía si estaba vivo o aquello era un sueño divino, hasta que me bajaron de allí y vi la pesadilla: El regimiento de la legión.
Habían aniquilado a los beréberes me dijeron pletóricos, y además, tenían a un prisionero a mi disposición.
Lo trajeron ante mí y me dijeron que hiciera con él lo que quisiera. El hombre, aterrado, temblaba. No lo pensé dos veces, le concedí la libertad y a continuación me di de baja. Después de lo visto, no pudieron utilizar contra mí su palabra favorita: Cobarde.
Ahora tengo una pensión en un pueblo, entre las dunas del desierto de Marruecos, y no me va mal. Yardut, así se llamaba el prisionero beréber, se vino conmigo y es mi socio y cocinero. Una amistad más fuerte que la vida nos une y estoy seguro que si tuviéramos ocasión de demostrarlo, antes que abandonarnos o dejarnos abandonar, cualquiera daría su vida por la del otro.
José Fernández del Vallado. Josef. Mayo 2009.
42 libros abiertos :
¡Que grande eres Josef! No puedo dejar de leer tus posts una y otra vez.
Muuuuuuuuuacks!
o entrar siempre en tu blog, cuanto se aprende
y en otro orden de cosas:
ante todo un saludo afectuoso y quiero informarte de la creación de un nuevo blog de la factoria Té la mà Maria - Reus que lleva por título
http://trucadors.blogspot.com
va del mundo de los picaportes que nos encontramos a lo largo de este mundo, si tienes un momento le echas un vistazo, muchas gracias.
Té
cada vez q paso por aqui me escondo en tus escritos y me dejo llevar y vivo cada una de las palabras q leo...gracias josef
Bonito relato. Con un precioso mensaje de amistad verdadera, y ternura hacia nuestras mascotas. También con reflexiones interesantes de la vida. ¿Qué tanto estamos dispuestos a dar por alguien que es nuestro amigo?... “La esperanza es lo último que se pierde” Excelente Josef. Me encantó.
Me hiciste recordar un anécdota de mi pasado… estando más chica, recogí una perra de la calle, teniendo ya dos perros en casa... ¡podrás imaginar la cara de mis padres! los pobres me miraban atónitos… el caso es, que su mirada triste se me clavó en mi cabeza, y no la pude dejar desprotegida, su nombre era Chirly, y tuvo una camada de perros y el padre era uno de los míos... con el tiempo mis padres le buscaron hogar a Chirly junto con sus cachorritos, y se los llevaron…
¡Besos!
Me has recordado La vida es sueño, no tiene nada que ver pero seguro que dejó de ser un sueño.
Besos
Excelente historia. Una aventura con un costado moral.
Besos
Ayyyyy que blogger se me acaba de comer el comentario. Da una rabia...
Te decía que jamás nos atacará un animal si tendimos la mano a otro.
Que, Dula, me recuerda a Tula, mi primera perra.
Que nunca entenderé por qué hay gente que disfruta con el exterminio.
Y que me has dejado y sabor dulce de boca y los ojos empañados.
Y, claro, un beso grande.
En situaciones extremas es donde salen los verdaderos hombres y amigos...
saludos
Excelente narración, tierna y emotiva. Me atraparon tus historias.
Gracias por visitar mi blog, así tuve la oportunidad de conocerte. Pasaré seguido por aquí.
Un saludo desde Argentina
Virginia Palomeque
Buena lección.
Eres genial.
Un beso.
extremos............ahí sale lo verdadero!!
felicitaciones, amigo..
besos y buen finde
josef
impregnada de escenas nostálgicas me lleva tu relato, no puedo dejar de imaginar a un peter o'toole en la legión extranjera.
muakisitos de sol
Descubrir un Paraiso Literal
Aviva La Calidez de Los Sentidos
Sin Prisas,con Regocijo
Es Todo un Placer Sentarse en la Orilla de Tu Edén
Sintiendo Saciarse la Sed del Conocimiento
Embriagándose la Ternura de Nueva Luz.
Es Maravilloso,poder Disfrutar de Toda la Calidad Hallada en Tus Palabras.
Por Todo Cuanto Compartes.
Gracias.
Un beso,te envio
Desde Mi Siempre Eterna
Y Amada Oscuridad.
OTRO BUEN RATO A TU LADO , UN ABRAZO AMIGO.
El verdadero corazón y la Amistad eso es lo que encontró.. los de las boinas no lo tienen son máquinas de matar..Así se lo enseñaron, nada vale la vida del otro para ellos..
Un beso, Josef!
hacia mucho que no me pasaba por aki a leerte. tus finales siempre son inesperados. dos enemigos y una pensión a medias.
creo que a veces las batallas tendrían que terminar de este modo
un beso
Hola Jose, que lindo relato, esta ves muy claro encontre el mensaje, por que siempre tienes un mensaje escondido en tus letras, solo ahora me animo a declararlo,.... Dentro de lo abandonado que se sentia el hombre, nunca perdio el sentido de compasion aun cuando creia que se podia morir, eso dice mucho de una persona,.... que es un Valiente, y que la prueba estaba dejando un mensaje.
Te sigo leyendo siempre amigo,....
Janeth
Maravilloso relato!!no es la primera vez que te leo y sigue siendo un placer leerte, cada relato te moviliza de alguna manera, gracias por tu visita y ya estamos enlazados. un gran beso.
En esos momentos es donde se muestran las verdaderos valores.
Como dicen: los pingos se ven en la cancha, ni mas ni menos que asi.
Me gusto.
Besos.
Y sigues sorprendiendo cada vez más, hermoso relato...I'm speechless
José Luis
TUS HISTORIAS ME LLENAN DE ESPERANZA,
ME ILUMINAN, ME DAN FUERZA, ME AYUDAN
BESOTES JOSEF
VERO
Las guerras no siempre terminan mal. Abrazos.
Me encanto el relato, sobre todo el final esa amistad entre almas enemigas es enternecedora y da que pensar...besitossss
Gracias por tu bonito comentario en mi blog, me alegra tenerte por ahi, veo que coincidimos con bastantes blogs lo cual indica que puede que los nuestros tb nos gusten....
Tu ya eres un escritor con arte yo solo alguien que plasma con el corazon lo que siente....pero con ganas de aprender, siempre infinitas....te leeré y te escribiré....soy comprometida y creo en el compromiso, me he dado cuenta que en este mundo hay gente que escribe y le gusta que le lean y le comenten pero luego estas personas no responden a aquellos que les leen, ese no es mi caso....ya que hacemos el esfuerzo diario de nuestras cosas, tb escribimos, leemos y pasamos a leer y a escribir los blogs amigos...pues que menos que dejar un comentario que alimente....no te parece???...esa es mi filosofía en este micro mundo del blog y ya he sentido su magia....y reconozco que me atrapa y enamora sentiros de cerquita....un beso te llevo a mi blog...
Querido Moderato, con vos tengo un problema, y es que siempre, y no te miento, siempre me gustan mucho tus escritos, y temo ser reiterativo con mis elogios, pero no puedo evitarlo, me encanta como escribis Moderato no conozco otro blog asi, y otro escritor como vos.
Abrazo.
Hola amigo...
Me encanta todo lo que escribes!
Eres muy creativo y inteligente...
Te dejo mi admiración y mi abrazo fraterno.
Cuidate y que tengas un bello fin de semana.
Un beso
Ay Josef!!! Hermoso y tierno relato.
Esperar la salvación, luego de sentirse muerto; eso hace que se valore más la vida.
Entiendo que no se haya sentido dios para disponer de la vida de ese prisionero, porque solo el que ha estado en situaciones límites lo comprendería!
Y qué hermosa amistad nació allí.
Me fascinó totalmente!!!
Un beso enorme!!
Esos son los caminos de la paz:
cuidar, dar la libertad.
De ellos proviene la comprensión y la amistad en vez de la discordia y la guerra.
Lo de menos es que nos llamen cobardes.
Un abrazo.
Mucha templaza y dominio del entorno hay que tner para afrontar situaciones como esa. Solo así es posible sobrevivir en un entorno tan inhóspito como fascinante. Escribió Lawrence de Arabia que "los desiertos provocan sensaciones que si no se saben entender acaban destrozando a quien las tiene". Es lo que les ocurrió o los de la Legión que sólo sabían entender aquel espacio con una cultura de muerte. Menos mal que la hiena y tu presencia introdujeron rasgos de humanidad.
He leído tu comentario en el post de Lirio.
Yo también le he contestado en la misma linea.
(Nunca has hablado de ti, quizás lo hacen tus relatos pero no lo he notado. Nuestros comentarios hablan mucho de como somos...quizás más que nuestro propio blog)
Un saludo,
J.
Hola Josef (46)
Entre que no tengo demasiado tiempo y que los blogs que me dan respeto los dejo para el final y necesito leerlos despacio, te debo muchas lecturas. Veo que aquí te has metido en un relato histórico. Lo llevas muy en serio esto de escribir. Pues, ánimo y a seguir en ello.
Un beso y gracias por tu literatura.
Amigo, es un placer volver a perderme en tus historias, de nuevo he retomado mi vida habitual y todo marcha normal,(vamos que no me he muerto,y solo trabajo lo necesario,ja,ja).
Recibe un cordial saludo
Magnífico relato Josef, me recuerda la búsqueda del concepto filosófico sobre el perdón.
No hay forma de explicar, ni de hallar el por qué de este acto, simplemente se da, por muy desafovarables que puedan ser las circunstancias y el momento... aparece el perdón, que rompe con todos los esquemas previstos e imaginables.
Magnífico de nuevo tu relato.
Besos.
Hoy aparte de muy buen relato, viene cargado de humanidad...
Un abrazo amigo!
bajo el manto cruel de guerras y conflictos viven personas ajenas a esos grandes objetivos que movilizan a pueblos enteros
es en la biografía diaria donde se fraguan las amistades que perviven en el tiempo, cuando la ternura y la entrega son la verdadera aventura...
emocionante, excelente relato
un abrazo
Esta entrada me ha encantado, tienen mucha sabiduria tus palabras, haces con palabras maravillas. Un beso siempre es un placer leerte.
El perdón siempre es el acto más valiente. Bonito relato.
Besos selváticos.
Como siempre Josef, encantada de leerte... Lo vivo en directo. He visto las dunas...
Un abrazo fuerte
Creo que en las situaciones extremas es donde se demuestran quenes son los verdaderos amigos, y es ahi cuando realmente sabes los que son y los que pasan a ser conocidos...
Me encanto tu relato..como todos.
Un besito y una estrella.
Mar
Me sigue fascinando tu versalilidad y tu imaginación y como enlazas temas sociales desde una perspectivaa humana, única, desde una historia personal.
Un abrazo grande de admiración.
No había podido comentarte antes porque hacerlo a la ligera no es mi manera, pero después de tantas cosas lindas que te han dicho, casi que el mío no tiene importancia, entonces seré breve. Siempre para mi es un placer leerte, eres un escritor maravilloso. Un abrazo.
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