jueves, marzo 04, 2010

Camino despacio.


Camino despacio, sigo el ritmo de sus pasos, algo se alborota en mi cabeza. ¿El vino?
La tarde cae sobre el pueblo, proyecta sombras alargadas. Es curioso, sé donde estoy en cambio no donde me encuentro. Todo comenzó a cambiar hace unas horas, cuando ella todavía era Cecilia y yo no sabía que existía. Ahora es ya mucho más. Ha crecido hasta hacerse grande en mi interior; lo domina, puede abrazarlo...
¿La tomé yo de la mano o fue ella? ¿Cuando sucedió...? Desearía una respuesta, pero a pesar de estar rodeados de “gente,” no hay nadie más entre nosotros. El mundo se reduce a dos personas.
Exploramos recintos alumbrados por tenues bombillas. Pedimos chatos de tinto, sabe tibio y baja fresco en la garganta. Todo, cualquier gesto que hacemos, la más mínima mueca o sonrisa, es por primera y última vez.
Hoy, todavía estoy con ella, la beso y recuerdo su beso. Un beso entre un millón. Pagaría por volverlo a repetir. No... No hay dinero capaz de comprar beso semejante, excepto si se trata de un beso taimado, el beso de Judas...
Todo presagia ser el final de un bello cuento apenas comenzado.
El autobús aguarda para recogernos, el sonido seco de las puertas metálicas cerrándose a nuestro paso.
Pero... no estoy dispuesto. Quiero fundar una choza, un rincón, un lugar ¡lo que sea! Aquí, junto a ella. En el espacio donde permanecemos horas felices, sin más preocupación que la de superponer nuestras miradas e intercambiar besos ociosos.
No quiero perderla, nunca lo quise...
Pero la vida fluye en una sola dirección y los amores desfilan igual que bellos paisajes. A veces, te rozan casi de refilón, otras, te estampas contra la tela y la atraviesas sin siquiera dejar una pincelada de calor o color; sin siquiera darte cuenta de qué textura estaba formado el cuadro que intentaste componer...
No quiero perderla, nunca lo quise...
La marejada llegó y un oleaje imprevisto se la llevó a seguir viviendo, lejos...
Así es la realidad, y hay que aceptarla. La vida no es un casete, y no se rebobina.

José Fernández del Vallado. Josef, marzo 2010.


26 libros abiertos :

Lara dijo...

No, no se rebobina, hay que tomarla como viene intentando disfrutar lo mejor de ella. Me ha gustado mucho el post.
Muuuuuuuuuuuuuuuuacks!

MORGANA dijo...

Maravillosa tu historia tocayo.Me recuerda a la canción de Sabina "y nos dieron las diez".
Hay recuerdos que jamás se olvidan.
un enorme besos.
Morgana

Noelplebeyo dijo...

Si rebobinas demasiado...se raya

un saludo

Anónimo dijo...

no sé si es tan bueno rebobinar.......creo que hay que dejar fluir..

besosssssssss

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Que cierto es que no hay marcha atrás en la vida.

Carola. dijo...

Qué relato más bonito y qué bonita imagen. Lástima que esa maldita marea no te haya dejado terminar tu choza en ese lugar. Tal vez era azul...

lanochedemedianoche dijo...

Que historia hermosa amigo mío, recomenzar con ella, con choza o sin ella, me encanto.

Besos

Anónimo dijo...

Hola Josef
Tus relatos están llenos de “musas”, sí, nombres de mujeres que se pasean por ellos, eso me hace pensar que un día cualquiera puedes tener problemas si hablas dormido jaja.
Me gusta esta frase “ Sé donde estoy en cambio no sé donde me encuentro”, es muy buena.
Mejor que no se pueda rebobinar la vida, sino todo sería perfecto y muy aburrido.
Un beso

Susana Peiró dijo...

Y estamos dispuestos a aceptar esa realidad en la mayoría de los casos, peroooo, perder "en la marejada" ese Alguien tan importante es muy fuerte José. La vida fluye en una sola dirección, sin duda, pero nuestra brújula interior se niega a marcarnos el norte.

Un enorme Abrazo y Muchas Gracias por tus letras!

Carolina dijo...

Hermoso mi querido Josef. Sencillamente toca disfrutar el momento mientras dure. Las cosas cambian. Las personas se van. Aparecen nuevas... mmmm todo es cambiante en nuestras vidas. Si no fuera así, pienso que sería aburrido. Lo bueno, es que conservamos en ese cofrecito del corazón, las que nos cambiaron los colores del mundo por un instante e hicieron temblar la tierra sin haber sismo alguno.

Me ha encantado la historia. Extraordinaria como todo lo que escribes.

Besitos
Feliz noche

panterablanca dijo...

TE veo melancólico últimamente, contándonos aquello que pudo haber sido y al final no fue. Me ha gustado mucho.
Besos salvajes.

Amig@mi@ dijo...

Consuélate amigo con aquello que fue mientras fue. Todo en esta vida tiene fecha de caducidad, por eso hay que comerlo antes de que sea tarde.
Triste...
¿Metáfora?
Un besote

Arantza G. dijo...

Y pasa la vida....
Un gran beso

Soñadora dijo...

Una verdadera lástima que no podamos rebobinar ciertos momentos....y vivirlos una y otra vez no? Pero no, ésto es el mundo real y acá no se juega así!
Besitos,

Julia Hernández dijo...

Creo que el mar así como lleva, trae, y nos abriga para soñar y escribir versos sobre su espuma. Personalmente pienso en que somos dueños y libres de construir y elegir por cual sendero transitar, a veces es sólo cuestión de ser sinceros, decidir cómo queremos terminar de pintar ese lienzo maravilloso que es la vida y darle color y compañía. Buscar la respuesta debe ser interesante. Un abrazo inmenso. Camina siempre querido José.

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo la vida no se puede rebobinar si no alguna vez lo hariamos
como siempre una bella historia
un beso

MAYTE dijo...

No, da pena pero la vida no se rebobina, no hay marcha atras.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Que recuerdos me has traído...
Podría aplicarme tu relato de principio a fin.
Nostalgia.

Saludos.

lichazul dijo...

todo se reduce a dos
par, compañeros, complicidad, natura sin m´s pretención que la realidad más pura...

una nostalgia que se abraza desde el epicentro emocional.

Un besito d eluz Josef, felicitaciones por tu pluma , la naturlidad que tus situaciones se entrelzan dejan sensaciones placenteras en la memoria de quien te lee

felíz fin de semana

Chesana dijo...

No es el tiempo que dure si no la intensidad de lo vivido.

Me está gustando lo que leo. Te añado. Gracias por tu visita.

SOMMER dijo...

Yo pienso que la vida da segundas oportunidades... no se....
Abrazos amigo, siempre un placer visitarte

Anónimo dijo...

Y es que no hay forma de volver a vivir, y yo sueño con poderle dar a la pausa y quedarme a vivir ahí quieta, en sus brazos, sintiendo su piel, sentir su olor, y que el mundo siga si quiere que yo si estoy así no necesito seguir.

Un abrazo Jose, cuanto me gusta dejarme llevar por tus escritos.

Amig@mi@ dijo...

Cuantas veces pararíamos si pudieramos el tiempo, y cuantas lo aceleraríamos...
Pero lo que hay es esto.
Disfrutar mientras duren las cosas buenas y después vivir de los recuerdos.
Un abrazo

matrioska_verde dijo...

a veces no queda otra que decir adiós y dejar la vida discurrir.
biquiños,

p.d.: creo que me gustará leerte.

Cele dijo...

La vida no tiene retorno, las cosas pasan, a veces nos arrastran en su paso y nos dejan recuerdos o heridas. Luego vienen los podrías, deberia haber hecho y....
Ya pasó, tal vez la vida te brinde otra oportunidad, solo tendras que estar atento de esas marejadas que de vez en cuando te roban los sueños.
Un abrazo

Rosa dijo...

Soy soñadora por naturaleza, me encantó tu relato, lastima que en la vida tengamos que adaptarnos al guión. Un beso
te dejo la direccion de mi blog por si te apetece pasar
diariodeunaacogidablogspot.com

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